martes, 28 de diciembre de 2021

A la chica del espejo:

Repite conmigo: 

Soy mucho, valgo mucho y merezco mucho.

Así, muy bien, colócate enfrente de ese espejo donde no siempre supiste encontrarte y vuelve a decírtelo en voz alta tantas veces como sea necesario para que te lo creas. 

Soy mucho, valgo mucho y merezco mucho.

Estoy muy orgullosa de ti y te quiero, te quiero mucho por no haber dejado de dibujar corazones en las paredes ni hasta en los días más negros en los que la vida se hacía cuesta arriba y en los que creíamos habernos quedado solas, nunca lo estuvimos, pero era necesario sentirnos así para volver a encontrarnos, mirarnos con miedo pero decididas y pegar nuestro grito de guerra siendo las protagonistas de nuestra propia historia, no dejes que nunca nadie vuelva a quitarte esa posición, es tu historia, nuestra historia, y nosotras decidimos el camino.
No han sido años fáciles, aunque esto no significa que hayan sido malos, han sido años complicados porque hemos crecido y evolucionado de golpe en muy poco tiempo y eso implicó, implica y seguirá implicando numerosos cambios, pero sé que cada vez el miedo que nos generan es menor al haber aprendido a visualizar en esos cambios ventanas abriéndose de par en par mostrándonos nuevos mundos preciosos que no podríamos haber descubierto si no hubiéramos sido lo suficientemente valientes como para salir de nuestra guarida.
Estoy orgullosa de ti, porque lo estás haciendo muy bien aunque a veces creas lo contrario, te estás y me estás demostrando que eres más valiente de lo creíamos y que el amor y la ilusión que guardamos aquí dentro nos puede hacer imparables, creo que por eso cada vez logramos confiar más en nosotras mismas y hacer caso a lo que nos digan las tripas, porque hemos descubierto nuestro poder, nuestro valor, y por primera vez hemos sido conscientes de que el primer lugar al que debemos llamar "casa" porque así lo sentimos somos nosotras mismas, después sé, o espero, que sigan llegando a nuestra vida personas que nos hagan sentirnos igual, gracias por haberlas querido con todo tu corazón y no a medias, admiro mucho esa capacidad tuya, pero no te olvides nunca de ti, pues eres la persona más importante de la historia. 
¿Sabes?, eres alguien muy especial,  y ojalá vuelvas pronto a creértelo de nuevo y a no volver a olvidarlo nunca, eres especial por tu manera de dejarte corazón y entrañas en aquellos lugares que te hicieron y que te hacen feliz, eres especial por tu forma de observar el mundo que te rodea y crear otro inmenso dentro de ti, pero sobre todo eres especial por ser tú tal y como eres, así que por favor cuídate y quiérete lo suficiente como para darte cuenta de la suerte que tienen las personas con las que compartes tu vida de tenerte a su lado, sé que siempre hemos creído que éramos únicamente nosotras las que habíamos tenido suerte de coincidir con ellas, pero también tienen mucha suerte ellas de haber coincidido con alguien como nosotras, así que por favor, no te vuelvas a olvidar de esto nunca.
Vuelve a leerlo y creértelo:

Soy mucho, valgo mucho y merezco mucho.

Nadie da nada que no tiene, así que imagínate todo lo que tienes ahí guardado dentro de ti, gracias por tus esfuerzos de hacerlo más visible de puertas hacia fuera, tenía ganas de que dieras este paso y espero que sigas por ese camino.
Gracias de verdad, por cuidarme y quererme tan bien como lo haces, prometo que serás la primera persona a la que empezaré a agradecerle más cosas y a recriminarle menos; sé que no están siendo años fáciles, pero cada vez estoy más segura de que estamos cerca de una nueva ventana que abrir de par en par y a través de la cual descubrir un mundo completamente distinto a los demás. 
Ábrela, coge al miedo de la mano, abrazalo y abre esa ventana pequeña gran guerrera, el mundo es tuyo, la vida es tuya y tus sueños son tuyos, vete a por ellos a muerte con el amor por bandera y con tu fuerza y valentía de la mano, cree en ti y no dejes de hacerlo nunca, lo estás haciendo muy bien y cada vez te admiro más por ser tal y como eres, un persona extraordinaria. 
Feliz Navidad, te quiero ♡ 


martes, 21 de diciembre de 2021

Es Navidad, vuelvo a casa de su mano y soy feliz


Ha sido un día largo y cansado, la semana en varias ocasiones se ha hecho demasiado cuesta arriba y parecía que este día no iba a llegar, pero llegó y ha salido todo mucho mejor de lo que nos lo habíamos imaginado, me costaba imaginar el momento al ser la primera vez, pero tenía ganas de este tipo de cosas. 
Apareciste con esa mirada especial que tienes, algo más brillante de lo normal, tal vez por la felicidad del reencuentro, tal vez por la cervezas que ya te habías tomado a lo largo de la tarde.
No sé si fue esa mirada, mitad traviesa y con ganas de verme perder el control y mitad dulce y con ganas de abrazar y excusarse en el frío, o esa media sonrisa pequeñita que tan bonita es aunque creas lo contrario pero conseguiste en sólo unos minutos conquistar al resto de personas que rodeaban la mesa y abrirte un poquito el lado izquierdo de tu pecho para que pudieran apreciar lo que a mí ya me habías dado el privilegio de conocer hace un tiempo, a una persona especial en todos los aspectos que por muy dura y fría que parezca se derrite si se siente querida de verdad. 
A veces es bonito este instante, el momento en que te estás riendo a carcajada limpia porque eres feliz y porque sabes que, al final y contra todo pronóstico, lo estás haciendo bien, me parece muy bonito este momento porque no ha sido fácil llegar hasta aquí y porque sentir el calor de tu cuello entre mis brazos y tu mirada cuidándome y queriéndome bien es de los mejores regalos que podría recibir estas navidades. 
Y que te quiero, y que sí, que ya sé que mejor despacio y pasito a pasito que pagarnos la leche, pero que te quiero mucho y que me hace feliz estar ahora volviendo a casa de tu mano, me hace feliz porque a tu lado sé que todo esta bien aunque ni sepa qué viene ahora, me hace feliz porque me siento preciosa cuando me miras con esa carita, me hace feliz porque contigo es como un juego de niñas en el que siempre queremos quedarnos cinco minutos más jugando, y me hace feliz porque contigo he crecido en todo este tiempo muchísimo, me has abrazado con todo el amor del mundo tras cada paso importante y ahora en Navidad me ayudaste a abrir una nueva ventana a través de la cual apreciar todo lo que nos queda por descubrir. 
Por eso me haces feliz, por eso me hace feliz, que sea Navidad, estar de tu mano cogida y que seas justo tú quien camina a mi lado siendo casi tan feliz como lo soy yo contigo.

martes, 23 de noviembre de 2021

Pies fríos y corazón caliente 🤍


Andábamos equivocados; el amor no son grandes parafernalias,ni palabras grandiosas, ni besos de película... todo eso puede ser parte del amor, pero no es lo que demuestra la existencia o no de amor real.
El amor son conversaciones incómodas, pero necesarias, el amor es reconocer heridas pasadas que todavía están curando y recibir una caricia y un beso de buenas noches, el amor es llorar sin ocultar la cara por primera vez y descubrir que eres más valiente de lo que crees, el amor es perdonar y perdonarse, el amor es besar el recorrido de una lágrima y que no te asuste su existencia, creo fírmemente en el amor y me declaro fan absoluta de todas sus diversas manifestaciones, pero los cuentos de hadas olvidaron mencionar algunas de las partes más reales del amor; no es fácil querer ni dejarse querer en una sociedad en la que gran parte de las personas antes de que les hagan daño prefieren hacer daño, pero tampoco les juzgaría con demasiada dureza pues los miedos siempre hacen acto de presencia y a veces pueden intoxicarlo todo, pero supongo que por eso mismo el amor es algo para valientes, porque consiste en abrirse el pecho de par en par, cerrar los ojos y confiar en que esta vez no dolerá, porque el amor no duele, duelen los intentos de querer sin correr riesgos o sin estar dispuesto a mostrar esa vulnerabilidad, esa vulnerabilidad existe, y reconocer su existencia, validarla y compartirla es la base para aprender a querer bien. 
El amor se podría definir de infinidad de maneras distintas, pero para hablar de él no se necesita tanto ruido, ni tantos colores ni tantos castillos enormes, esas cosas son simples adornos o productos del amor, pero el amor es algo mucho más sencillo que todo eso. 
El amor es llorar al descubierto y no sentir miedo, dormir en el pecho de alguien y sonreír sin querer, notar unos pies fríos entre los tuyos, querer quedarte a vivir ahí y que un beso en la frente sea la manera más preciosa del mundo de decir "te quiero" y espantar esa noche a todas las pesadillas. 
Porque el amor no es más que eso, dejar de ocultar miedos, reconocer su existencia y querer ganarles las batallas más feroces en nombre del amor. 

lunes, 8 de noviembre de 2021

A su lado siempre parece todo más fácil

Llego a casa, por fin, están siendo unas semanas algo complicadas, aquí dentro últimamente el ruido es constante y acabo agotada intentando encontrar algo de claridad, pero no lo consigo y aumenta el ruido y mis esfuerzos por controlarlo, por controlarme y no perder la capacidad de distinguir lo racional de lo irracional.

Me preparo mi Colacao caliente con sus grumitos y escondo mis pies fríos y desnudos bajo la manta, me encanta la sensación de que se vayan calentando despacio. Me pierdo un rato en varias aplicaciones de mi móvil que en el fondo ni me interesan, luego enciendo la televisión y disfruto mientras me imagino siendo la protagonista de esa película admirando la capacidad que tiene de no pensar tanto y pasar a la acción. 

Pasado un rato apago la televisión y mi móvil; silencio externo, ruido interno, me pido a mí misma una tregua, algo de calma, me cuesta, pero en ocasiones lo consigo. De pronto entra mi abuelo con esa mirada apaciguada y esa sonrisa que tanto amor me transmite; se sienta a mi lado, le cuento que a veces vuelvo a sentirme muy pequeña, muy torpe y muy vulnerable, sobre todo cuando se trata de las relaciones interpersonales, creo que nunca me resultarán del todo sencillas; él me besa la frente con cariño y me dice con seguridad que sentirse perdida no es sinónimo de haber retrocedido al punto de partida, que debo ser algo paciente, que estas cosas también son parte del crecimiento, aunque me cueste identificarlas como tal, mi respuesta es un "ya" poco convencida mientras él me rodea con sus brazos mientras enciende la televisión para ver cualquier película de Navidad de esas que me encantan, y más si es a su lado.

En mis ojos se cuela cierta nostalgia que intento ocultar apoyando mi rostro en su pecho, gracias abuelo, de verdad, necesitaba exactamente esto. No verbalizo ni una sola palabra, pero me responde que siempre que le necesite estará a mi lado. Me rasco la nariz con la manga de mi bata y me acuesto en el sillón, no sé cuántas películas llevo, me hace feliz pensar que en poco ya es Navidad. 

Me asomo por la ventana, las nubes tienen un color rosado precioso, seguro que mi abuelo desde ahí arriba ha movido varias cables para pintármelas  así de bonitas, me gusta mucho tenerle y poder hablar con él siempre que lo necesito, me hace sentir bien (gracias).

Termino mi Colacao, y aunque aquí dentro siga existiendo más ruido del deseado, me siento mucho mejor de lo que me sentía esta mañana. 

lunes, 18 de octubre de 2021

El reencuentro más temido de todos.

 

Y ahí estábamos, en un completo silencio esperando despertar en cualquier momento. 

Las paredes habían dejado de ser paredes y esa clase ya no era sólo una clase más, sino que la sentíamos como el lugar más especial del mundo. El aire estaba cargado de una nostalgia que dolía mucho aquí dentro y de una ilusión que hacía tiempo que no experimentábamos juntos. Tenía tanto miedo a este momento..., a experimentarlo, a exponerme a él, y sobre todo, a sentirlo, tenía mucho miedo, pero aquí dentro una niña se moría de ganas y de ilusión por volver a sentirlo bien dentro de ella, por dejarse envolver durante unos minutos y por emocionarse sin control porque joder, que felices me hicieron y que felices me hacen. 

Les observé ahí sentados, a todos, a los que estuvieron, a los que estaban y a los que estarán y fui la persona más feliz del mundo de nuevo aunque estuviera muerta de miedo. Lo necesitaba urgentemente, aunque no me hubiera atrevido ni a imaginar cómo sería este instante. Necesitaba exponerme a ello de nuevo, recordar todo lo vivido, volver a sentirlo de nuevo con toda la intensidad posible, emocionarme al ser consciente de quien era cuando entré por primera vez aquí y quien soy ahora, y también, con el corazón a tres mil por hora y la piel de gallina, decirles que les quiero, que les he querido con todo mi ser y que les voy a querer siempre, pase lo que pase, no puedo no quererles porque aquí dentro he sido la persona más feliz del mundo, aquí dentro he sentido más amor del que creí que era capaz de sentir, y aquí dentro también crecí y evolucioné poco a poco, paso a paso, a veces con dolor, otras con ilusión, pero me convertí y me sigo convirtiendo en una persona de la que me siento orgullosa y a la que cada vez admiro más. 

Estas personas que tengo a mi lado me han dado toda una vida en sólo unos años, no podría contaros todo lo que significaron y significan para mí porque algunas cosas no puedo ni explicarlas si no es abrazándoles bien fuerte, pero entre esa multitud de regalos que me hicieron, y que guardo bajo mi almohada para no tener pesadillas, está el amor que sentí y que siento al verles felices y al verles  quererme tan bien como lo hicieron y como lo hacen. 

Durante mucho tiempo pensé que todo esto desaparecería, que pasado un tiempo todo caería en el olvido, pero me equivocaba, pasará el tiempo y habrá despedidas seguro, ojalá que no, pero las habrá como procesos naturales que son de la vida, pero es que nos queda todo lo que sentimos y lo que yo siento ahora al ver la palabra reencuentro escrita en la pizarra, nos queda todo el amor que sentimos aquí dentro, y por eso soy feliz, aunque la nostalgia me haya impedido hablar sin ponerme a llorar, soy feliz porque, estén o no a mi lado, yo les tengo aquí dentro abrazándome ya para siempre y eso me hace muy feliz.


martes, 5 de octubre de 2021

Me duelen los ovarios y tenía ganas de escribir


En mi sofá hay un hueco libre que empieza a enfriarse ante tu ausencia prolongada, con mi manta construyo una madriguera y con mi linterna te busco bajo ella como si no supiera que te has ido.

Bailo sola mi lista de canciones románticas y mis ojos lanzan al mar un "te echo de menos", sonrío mientras las olas del mar me balancean con ternura y doy pequeños sorbos a mi colacao recién hecho. 

Busco en la televisión cualquier cosa que baje el volumen de mis pensamientos un rato y me doy cuenta de lo cansada que estoy, debería dormir más algún día de estos. Me desahogo delante de la chica del espejo y me intenta convencer de que mañana irá mejor, lo dudo, pero no me queda otra que tragarme la mentira sin agua.

Es agotador estar rodeada de personas y sentirse sola, lo había olvidado hasta hace poco, no me gusta la sensación, pero sabía que volvería a experimentarla. Me refugio en mi mundo en pequeños instantes tarareando la nueva canción de Amaia o escribiendo en el metro, lo que daría últimamente por quedarme un ratito más en esos instante.

Ando por las calles de Madrid, ya es de noche, pero me da igual, observo en un banco a una muñeca de trapo abandonada y me doy cuenta de la cantidad de personas que se sentirán como esa muñeca, ojalá abrazarla, ojalá abrazarme, no lo hago tan bien como tú, pero hoy lo necesito. 

Apoyo mi cabeza en ese sitio vacío del sofá con mi cuerpo bajo la manta, cierro los ojos y fantaseo imaginando tu mano despeinándome con dulzura, me voy quedando dormida y sonrío a la vez que te echo de menos, por mi cabeza pasa un momento la imagen de esa muñeca de trapo apoyada en un lado del banco, ojalá pudiera estar ahora aquí, conmigo, ojalá una niña se la encontrase y quisiera llevársela a su casa, no sé cuánto tiempo llevará en ese banco, pero seguro que empieza a tener frío, ojalá me creyera cuando le digo que esta vez le van a querer bien.

Mañana me gustaría saltarme las clases, irme bien lejos, donde sólo me sintiera sola cuando esté sola y donde sonría de verdad y no por educación. Me duelen los ovarios, seguro que está a punto de venirme la regla, ya decía yo que estaba mucho más intensa de lo que suelo ser yo de normal, en fin, hoy ha sido un día de mierda, en verdad eso es lo único que quería decir. 

domingo, 3 de octubre de 2021

A mi niña interior:


Hola pequeña; han pasado demasiadas cosas desde la última vez que hablamos, aún recuerdo ese día en el que creías que no habría nada al girar esa esquina o que no existían más libros que el que acababas de terminar completamente asustada al encontrar una hoja en blanco al final, recuerdo la velocidad de tus manos pasando las páginas velozmente con la esperanza de poder cambiar alguna parte para no llegar tan rápido al final y tus ojos humedeciéndose al ser consciente de lo pequeña y perdida que te estabas sintiendo por todo el tiempo dedicado a los de fuera y el poco tiempo que te dedicaste a ti por miedo a que los monstruos te capturasen de nuevo.
Siempre te había dicho con seguridad que todo iría bien, que era un mal día o una mala etapa, pero no una mala vida; esa noche te quedaste entre mis brazos agotada con unos ojos hinchados y con una tristeza en tu pecho al ser la primera vez que eras tan consciente de que se había acabado, de que tocaba soltar, en ese momento no fui capaz de prometerte que todo iría bien, perdóname, sé que la adulta soy yo y que debería haberte dicho que no era un drama lo que estábamos viviendo, que era algo natural e inevitable y que era condición necesaria para poder abrir nuevas puertas y ventanas, perdóname pequeña pero yo también tenía mucho miedo.
Ha pasado el tiempo desde entonces y han ocurrido muchas cosas aquí dentro y a nuestro alrededor, algunas de las personas que te vieron crecer durante años se encadenaron en el lado izquierdo de tu pecho y no se fueron ni hasta cuando intentaste con todas tus fuerzas que lo hicieran, no deberías haberles pedido algo así, pero no te hicieron caso así que cuídales bien, te quieren mucho, también hay otras personas a las que creo que quisiste tanto tanto que ya no quedaba espacio para ellas, se que a veces sigues echándoles de menos, pero debes reconocer que no estabas preparada para ciertos contextos y conversaciones, me parece de tía muy valiente haber sido capaz de soltar y de haber conseguido llegar al punto de sentirte feliz al ver a esas personas cumplir sus sueños, no te preocupes, todo lo vivido ya lo tienes contigo para siempre, también lograste terminar la carrera y entrar en el máster que querías, sé que eso de empezar ahora en una universidad nueva no te hace mucha gracia, pero bueno, llevábamos tiempo diciendo que queríamos empezar un poco de cero, pues aquí lo tienes, no eres más que nadie, pero tampoco eres menos, no lo olvides. 
También vas a conocer a alguien más dulce que el algodón de azúcar, tiene una sonrisa preciosa y te coge de la mano cuando estas nerviosa, ya, ya lo sé, nada de relaciones ni amoríos, pero escúchame, ¿te acuerdas de todas esas películas romántica en las que los protagonistas se miraban de esa forma tan especial y nosotras nos decíamos que era imposible que alguien nos mirase así, pues no sé cómo lo hace, pero ella nos mira así cuando vamos fijándonos en los escaparates de las tiendas, por favor, no te voy a decir que le cuides y le quieras bien porque eso ya lo haces hasta sin querer, pero déjate querer un poco, quítate esos miedos y siéntelo todo tanto como puedas, te lo mereces, nos lo merecemos, te prometo que no se va a asustar, ya lo he intentado yo mostrándole varios miedos de los grandes y nada, ahí está, haciéndose la dormida para que te duermas pronto, no sé, dale una oportunidad, aunque no lo vayas a admitir nunca echábamos de menos sentirnos muy queridas y lo sabes. 
Con tus padres hay momentos y momentos, pero nunca más han vuelto esas tormentas que viviste hace tiempo, a mamá le sigue costando en ocasiones eso de entenderte o de escucharte sin juicios de por medio, pero se esfuerza mucho en ocasiones, ábrete más ante ella, se lo merece, pese a lo que haya ocurrido en el pasado, papá ya sabes que es más complicado, no sé, ojalá algún día las cosas sean más fáciles con él y tengáis ganas de hablar.
En fin, mi pequeña gran guerrera, que bonita y valiente que eres, aunque no siempre te des cuenta, sigue haciendo las cosas de corazón, ponle arte y sentimiento a todo lo que hagas, estoy muy orgullosa de ti y, sobre todo, de la mujer en la que te estás convirtiendo poco a poco, no tengas prisa, vete a tu ritmo, disfrutando del paisaje que ves a través de la ventana del autobús.
P.D: Estás haciendo las cosas muy bien, de verdad, estoy muy orgullosa de ti, por todo lo que has hecho y todo lo que aún te queda, que no es poco. 

Te quiero ♡

lunes, 27 de septiembre de 2021

Los segundos anteriores a un beso


A veces me mira de la misma forma en que mirábamos los fuegos artificiales por primera vez, con asombro y maravillados ante el espectáculo de luces y colores que estaba sucediendo ante nuestros ojos en ese mismo instante; me doy la vuelta o miro a mi alrededor buscando a la persona que provoca en ella esa forma de mirar tan suya, pero no encuentro a nadie, delante de ella sólo estoy yo, y aunque todavía me resulte complicado creerme del todo que sea a mí a quien está observando con tanto amor me resulta imposible no sonreír mientras intento evitar que mis mejillas empiecen a arder ante la torpeza de no saber qué decir o qué hacer ahora. Ella echa a reír y sonríe, es una sonrisa pequeñita, pero es un lugar idóneo para quedarse a dormir y a vivir si así me dejara. Empiezo a notar como mis mejillas se queman sin necesidad de que el sol las acaricie, unas avispas asesinas me pellizcan a la altura del cuello dificultándome la tarea de decir algo lógico o simplemente algo, en mi estómago una niña pequeña dibuja corazones por las paredes y me dice que no tenga miedo, ¿no debería ser yo quien le dijera eso?, familias enteras de luciérnagas se acomodan en el fondo de mis ojos como si esto fuera un cine o algo parecido, pero esta vez mis pupilas no se esfuerzan por buscar un escondite en el que refugiarse al ser conscientes de que están brillando demasiado, esta vez permanecen enganchadas a unos ojos en los que aparece el reflejo de una chica preciosa, te miro con asombro y con cierta incredulidad de la cual todavía no he logrado deshacerme, te miro la boca, llevo horas queriendo besarla pero no se me dan bien estas cosas y no quiero asustarte ni asustarme.
Beso cada centímetro al descubierto de un rostro algo asutado y feliz a la vez manteniendo siempre la distancia de seguridad con esa curva tan bonita que no deja de aumentar sus kilómetros tentándome a que sea algo más valiente de lo normal, me acerco torpemente y me empiezo a arrepentir por lo mal que se me dan estas cosas, observo con curiosidad tus ojos y veo que me sigues observando como observábamos de pequeños los fuegos artificiales. 
Respiro, despacio, no vayas a ser consciente de la pedazo montaña rusa que llevo aquí dentro,  entonces sonrío y me deslizo tímidamente por la curva de tu nariz mientras la tuya me llena de besos de esquimal de manera torpe por los excesos de amor o felicidad. 
Termino en tu boca, terminas en mi boca y cierro los ojos, es entonces cuando escucho un montón de fuegos artificiales jugando a cazar estrellas y a besarlas a la vez, mientras disfruto aquí abajo como cuando éramos pequeños y no existiera miedo que nos pudiera frenar, durante unos minutos ha sido alucinante sentir que podíamos tocar las estrellas con nuestras manos.

martes, 14 de septiembre de 2021

Para cuando no puedas dormir:

He dejado de contar estrellas y he empezado a contar los lunares de una espalda algo asustada en cuanto fue consciente de que estaba siendo acariciada y no arañada con violencia como veces atrás; he recorrido con mis dedos rutas ocultas de un cuerpo tembloroso y he contemplado que no todas las heridas tienen cicatriz, en ellas habitaron hace tiempo las ganas de averiguar rápido y mal qué es eso del amor y ahora sólo quedan los resquicios de un cariño barato y mis ganas de demostrarle que no quiero nada más que besarla despacio, acostarme en la curvatura de la lesión y hablarle de que yo tampoco sé exactamente cómo va eso del amor, pero nada tiene que ver con batallas o daños profundos y generadores de miedo a volver a las andadas.
Fue entonces cuando me perdí en unos ojos preciosos que me miraban como mirábamos de pequeños los fuegos artificiales, no pude hacer otra cosa que sonreír como una idiota sin creerme del todo que me estuvieran mirando a mí, me retorcía nerviosa suplicando a los miedos cinco minutos más de libertad y con mi mano protegía la caja torácica del lado izquierdo de mi pecho, te acercaste con cuidado de no asustarme y contemplaste a todos esos miedos desconcertados al no ser alimentados de nuevo, soplaste fuerte como si de un campo de flores se tratase mientras yo en tus ojos descubría que conocías a esos miedos, con tus manos resguardaste al corazón de posibles invasiones por parte de estos y asombrada te observaba decicida a quedarte aquí cerca, a mí lado.
Pasados unos minutos encontré en mi pecho el rostro de alguien durmiendo plácidamente mientras todos esos miedos feroces de hace un tiempo se escondían bajo la cama, perdí la cuenta de los lunares que llevaba contados sobre ese campo de batalla que fue ayer y el precioso campo de flores que era hoy y observé como una estrella fugaz desde arriba se emocionaba al ver como nos mirábamos entre nosotras siendo felices.
Coloqué mis manos en tu espalda y sentí con mis dedos las marcas de arañazos y heridas, cerraste los ojos como cuando de pequeños teníamos mucho miedo, abracé con fuerza tu cuerpo y tú acariciaste con tu nariz el lado izquierdo de mi pecho haciendo que ahí dentro una niña durante unos minutos se sintiera invencible sin espada ni armadura, seguro que el amor tiene mucho que ver con esto, tal vez por eso fue tan fácil sentirlo mientras nos mirábamos como si acabáramos de ganar un pulso a los miedos sin soltarse de la mano.
Es tarde, duérmete, yo vigilo para que los miedos se queden bajo la cama, tú sólo piensa en cosas bonitas que así es más fácil quedarse dormida.

Buenas noches ⭐


viernes, 27 de agosto de 2021

Primavera

Yo quiero un futuro lleno de flores y de amor, con eso es suficiente, del resto me encargo yo.
Quiero que me regalen flores sin ser 14 de Febrero con unas manos temblorosas, con el corazón  en un puño y con mis labios ralentizando su ritmo cardíaco asegurándole que aquí está a salvo, quiero que me regalen flores antes de salir de casa al despertar, encontrarme el pétalo de una amapola entre las páginas de uno de mis libros y recibir un beso después, quiero llenarme el cabello de flores y que el viento las haga volar bien alto, quiero dibujos de flores en la nevera, flores por el pasillo con olor a café recién hecho, y flores dibujadas entre mis lunares, bailando al ritmo de una balada lenta mezclada con algún que otro gemido, quiero vestir mi cuerpo con flores, disculparme con él y que la primavera haga el resto, quiero una corona de flores y sentirme en cualquier bosque perdida la ninfa más preciosa del reino, quiero flores volando a mi alrededor mientras me río porque hacía tiempo que no era tan feliz, quiero margaritas con las que jugar a eso del amor y que un beso me confirme que te quedas aquí cerquita, a mi lado, con eso es suficiente.
Quiero bailar, cantar, correr y, sobre todo, sentirlo todo bien dentro de mí, quiero que el amor haga conmigo lo que la primavera hace con las flores, que me lance por los aires sin avisar y que las mariposas jueguen con mi piel de gallina mientras me descubro ganando el pulso a los miedos y logrando disfrutar del vuelo. 
Quiero flores en mi vida, quiero jugar con ellas, vestirme con ellas y lanzarlas por los aires mientras soy feliz aquí y ahora por fin, quiero que nunca terminen las canciones y mis ganas de cantarlas, quiero seguir creyendo en la magia y en el amor como siempre he hecho, quiero seguir emocionándome con tanta facilidad, quiero decirle a mi yo de hace unos años que elegía flores bonitas para regalar y que escribía cartas a mano que lo está haciendo muy bien, que al verla vuelvo a creer en el amor.
Quiero una vida llena de flores hasta cuando me toque bailar bajo las tormentas más violentas, ahí también las quiero para recordar que esos momentos también son necesarios, que no hay tormenta que pueda frenar la primavera y que no hay que olvidarse de que sin ellas no podrían, no podríamos crecer.
Quiero flores, quiero muchas flores y quiero que algún día en vez de arrancarlas me saquen a bailar en mitad de un campo abarrotado de flores mientras me susurran un "Te quiero", enseñándome así de la manera más bonita posible qué es eso del amor.
Quiero sentir tanto amor y tener tantas flores tanto fuera como dentro de mí que cuando abandone este mundo nadie tenga la necesidad de llevarme flores a menudo porque ya me las regalaron todas ellas en vida.
No me lleves flores a mi tumba o a donde esté mi envoltorio, que eso lo hace cualquiera, muéstramelas ahora creciendo en una tierra fértil mientras las margaritas se emocionan al ver que ya hemos dejado de arrancar sus pétalos para averiguar si nos quieren bien.
Ven, corre conmigo, este campo lleno de flores nos está pidiendo un último baile antes de que sea tarde. 

sábado, 14 de agosto de 2021

Si la vierais sonreír lo entenderíais


Y de pronto te encuentras sonriendo como una idiota con el sonido de la respiración de una de esas personas especiales a través de tu teléfono, eliminando, mágicamente, todos los kilómetros que os separan y abrazándote con tanto amor que hasta alguna lágrima confiesa que no te creías que esto pudiera ocurrir.

Besa con sus labios cada herida pasada, toca una canción lenta en el piano de tus costillas haciendo que tú añadas la letra y recorre con su lengua cada centímetro de tu cuerpo desactivando todos tus mecanismos de defensa, derritiendo tus corazas y tentándonte a jugar a ser el funambulista que recorre un vacío en el que una mirada dulce y a la vez hambrienta se convierte en tu línea de vida, y en razón más que suficiente para echar un pulso a los miedos y que un gemido entrecortado haga que estos tiemblen de pánico al ver como el placer y la felicidad agarran corazón y entrañas y se besan con tanto amor que parece que nunca hubiesen sufrido daños en combate.
Tu cuerpo se convierte en el lienzo de obras maestras que aún no han sido creadas y mis dedos dibujan sobre tu espalda una carta de amor que quemaré después con mi lengua, mientras tus gemidos me confirman que ya la han leído y que menuda pasada sentir esto que sentimos cada vez que nuestras miradas se encuentran encubiertas en un "sin querer" que contiene más deseo del que creímos que podríamos controlar.
Jugamos a ser niñas perdidas de NuncaJamás que no quieren ser encontradas y nos planteamos quedarnos allí a vivir, que desde aquí todo es más sencillo, menos complicado; acordamos un punto común al que regresar si nos perdemos y varias estrellas se emocionan al vernos bailar con libertad sin que ello implique dificultad alguna, no sé exactamente cómo lo hacemos, pero lo hacemos bastante bien para la poca experiencia que tenemos.
Me pierdo en ti mientras tú besas unas mejillas enrojecidas y siento que exploto por los aires mientras descubro que sí que es posible llegar las nubes impulsándome lo suficiente desde ese columpio de tus labios que, aunque no sea muy grande, es el tuyo, y por eso mismo yo no quiero bajarme aún de aquí.
Sigo escuchando tu respiración, en ocasiones más acelerada, otras más pausada, me pasaría horas escuchándola y fantaseando sobre cómo sería contarte todo esto, contarte que no sé qué estamos haciendo, pero que te quedes cinco minutos más, después otros cinco y otros cinco más, y con un poco de suerte que siempre tengas más ganas de quedarte que de irte

viernes, 6 de agosto de 2021

Los miedos aprietan, pero no ahogan


Los miedos son unos hijos consentidos de mierda que te montan una rabieta o que lo destrozan todo a su alrededor en cuanto sienten el más mínimo sentimiento de abandono; les intentas explicar que ya no, que en su momento fueron el centro de tu universo, pero que ahora deben respetar tus límites y entender que en tu vida hay asuntos que merecen más la atención que ese conjunto de sensaciones desagradables que te interrumpen el sueño, estos se enfadan y hacen ruido, tanto como les hayas permitido hacer a lo largo de su crecimiento y te exigen que los abraces, que los beses y que los mimes aunque lo que desees sea su ausencia.
No lo haces, resistes y acudes a otros reinos en busca de soldados valientes para la batalla que no teman perder su vida, la gente de las aldeas cercanas a palacio te ofrecen asilo y comida para que recuperes fuerzas, las necesitarás, los más pequeños te vuelven a hacer creer en las hadas y una ardilla de los bosques te enseña en un espejo el reflejo de una chica preciosa que sonríe asombrada ante trucos de magia que no tienen trucos, sino pequeñas dosis de eso que llaman amor, el mismo que has empezado a sentir sin querer mientras bailabas una canción, olvidando que no sabes bailar. 
Todo iba bien hasta que un cuervo te observó de lejos y te escuchó de cerca, descubrió tu fuerza, descubrió que habías conocido a la chica del espejo, algo muy peligroso para los miedos a los que te ibas a enfrentar, este dio voz de alarma; agarraste tu caballo y viajaste veloz noche y día intentando llegar antes, intentando estar preparada para hacer frente a una batalla ante la que todavía no estabas preparada. El miedo entró por la puerta y el amor salió por la ventana, ¿qué narices?, no salió por la ventana, se quedó y su estancia fue tu desgracia instantánea y tu gran suerte en unos días.
Lo destrozaron, lo rompieron todo y amenazaron a la gente que te había ofrecido ayuda diciendo que ellos serían sus primeras víctimas si se quedaban, la mayoría se fueron, pero se quedaron algunos y entonces fuiste tú quien exijiste su desalojo ante el pánico de ver llenas de sangre las casas que sentiste como hogares, hay ignorantes que dicen que los miedos se apoderaron de ti haciéndote iguales que ellos, pero no fue así, no del todo, se apoderaron de ti, pero fue un acto de amor a corto plazo tu huida, un amor que sería tu verdadera coraza los próximos meses. 
Vas a pasar frío, pero no vas a morir de frío, vas a pasar hambre, pero no vas a morir de hambre, vas a sentirte tentada a levantar ese pañuelo blanco en algunos momentos de la feroz batalla, pero no lo harás, tú no, pero sobre todo va a ser una profunda soledad con la que jueguen los miedos para hacerte sentir pequeña, esa que tantas otras veces has evitado a todo pulso.
Mírate, un campo enorme en completo silencio, los primeros rayos de sol salen y se escucha el trote de los caballos llevando consigo a un ejército de miedos dispuestos a devorarte, te tiemblan las piernas y el nudo de tu estómago te regaña por dentro por haber alejado a esos reinos que querían estar hoy a tu lado, recuerda que la soledad va a ser la arma estrella con la que te ataquen sin piedad, pero no caigas, no te engañes, a tus espaldas y escondido en ese bosque frondoso hay alguna ardilla y varias aldeas escondidas viéndote con seguridad en ese campo de batalla, lo vas a conseguir, esta es tu batalla, por eso no estamos ahí, pero estamos a tu lado, aunque no quieras.
Faltan segundos para que empiece todo, los miedos se ríen seguros de su victoria y tú tiemblas al creerles, pero algo en tu interior pega un grito de guerra y te hace salir galopando hacia delante, los miedos en ocasiones tienen la capacidad de hacernos retroceder, de hacernos creer que volverán a controlar(nos) para siempre, pero cariño, en esta partida el jaque mate lo vas a decir tú, confía en ti, eres la única que queda por hacerlo. 

domingo, 1 de agosto de 2021

Barcos de papel


Sonríe y el mundo se pone a dar vueltas mientras todo se detiene aquí dentro en el segundo exacto en el que cualquiera nos haría una foto al besarnos, es una boca con sabor a mermelada de fresa y tal vez por eso sea imposible no volver a ella mientras sus ojos juguetean con los míos con una aparente seguridad que perderemos ambas en cuanto a alguna le de por acercarse unos centímetros. 

Tu nariz sigue las pistas perdidas de un tesoro oculto en mi columna vertebral y termina en mi clavícula derecha columpiándose unos segundos para alcanzar mi cuello, un cuello que se retuerce despacio al ritmo de esa canción que escriben tus besos continuados, los cuales se esfuerzan por bloquear todos mis pensamientos y así dejarte llevar el control o hacerte creer que lo llevas.

El reloj nos recuerda que tenemos mucho que hacer y que ya vamos tarde, el sonido del microondas lo envuelve todo en una esfera de familiaridad y con un calor que es imposible no disfrutar unos minutos, es como estar inmerso en una rutina de la que decías que no querías formar parte hasta que has visto en la nevera una nota que pone: "¿Vamos a comer al restaurante nuevo de la esquina?, te espero allí a las tres, te quiero. ♡" 

Vuelves a sonreír con tus aparentes aires de seguridad sentada en esa mesa del Ikea y vuelvo a perderme en esa curva tan bonita de tu rostro mientras tus piernas rodean mi cintura con firmeza para evitar que me vaya, acaricio tu cuello mientras te coloco bien el cuello de la camisa, iba bien hasta que mis manos descubren un botón desabrochado, observo el resto mientras una pequeña parte racional dentro de mí me recuerda una lista interminable de cosas que hacer, acaban todos los botones desabrochados y tu piel se eriza velozmente mientras firmo en tu pecho un tratado de paz para que nadie salga ileso, ¿o era herido?, tarde, tu boca juguetea con la mía y me pide asustada que no me vaya ahora, pero me tengo que ir, se me hace tarde, se nos hace tarde. 

Saco mi colacao del microondas, disfruto los grumitos mientras me observas intentando averiguar cómo va eso de la paciencia, tardo apenas unos minutos en terminármelo y te beso rápidamente antes de irme mientras te ríes de algo que no me quieres contar.

Pasan sólo unos segundos y entro apresuradamente de nuevo, me observas sorprendida mientras cojo esa nota de la nevera, freno un momento en seco y te digo con vergüenza: 

- A las tres en el restaurante nuevo de la esquina, yo también te quiero.

No quiero rutinas, no quiero la cotidianidad del día a día, pero durante unos minutos la idea de que nuestra máxima aventura sea ir al cine los fines de semana y nuestro máximo drama elegir muebles nuevos no me ha parecido un mal plan de futuro, repito, no quiero rutinas, sólo que hoy estoy sensible, déjame joder.


miércoles, 28 de julio de 2021

El Amor sabe a melocotón en almíbar


No, ni los cuentos ni ese "fueron felices y comieron perdices" existen, no son reales porque los cuentos son eso, cuentos de buenas noches con los que fantasear en ocasiones, pero eso no significa que en la realidad no existan las historias de amor ni los finales felices, son distintos, pero eso no les quita su magia y su infinidad de razones por las que creer en ellos y en ti como una parte de esas historias.
El amor existe y la tentación de dejar de creer en ello es una parte inevitable de la historia, pero por eso mismo hay que ser valientes y creer en ello como esa energía, como esa fuerza y esa sacudida que lo pone todo patas arriba y que te hace sonreír sin querer y sin saber exactamente por qué lo estás haciendo. 
El problema, o la dificultad, es que siempre nos hablaron del amor de puertas hacia fuera sin prestar mayor atención a si existe o no en el interior de nuestra casa, pequeño gran spoiler: Antes de buscar nada ahí fuera procura encontrarlo, cuidarlo y multiplicarlo dentro de ti, sólo así podrás encontrarlo fuera después sin el temor a no encontrarlo al ya tener a solas muchísimo que sentir.
Me acurruco en tu pecho con algo de sueño sonriendo, soy feliz, tu boca me promete una noche de buenos besos con tan sólo un beso de buenas noches y tus manos dibujan corazones a la altura de mi pecho, los mismos corazones que solíamos dibujar en la última hoja del cuaderno cuando soñábamos despiertas para escapar de esa aburrida clase de matemáticas.
Me pierdo unos segundos en tus ojos oscuros y me río al contemplar tu nariz quemada por los rayos de sol, intentas enfadarte, no te sale, te beso la nariz con cuidado y me besas la frente con un puñado de amor que no te esfuerzas en ocultar.
Con el paso del tiempo he vuelto a decir "Te quiero" en voz alta, no sé en qué momento había olvidado la manera de hacerlo pero he logrado recordar cómo se hacía, soy feliz.
Te hablo del amor como esa especie de energía y fuerza que hace lo que quiere con nosotras y consigo que tú también acabes creyendo en ello, que no hay prueba más fiable que sentirlo dentro.
"Creo en el amor y creo en ti" -me susurras bajito.
Entonces sonrío mientras mi boca colisiona con la tuya en mitad de una sonrisa torpe pero real.
Yo creo, sí creo, ¿cómo no voy a creer en el amor si me resulta tan fácil sentirlo?.

martes, 13 de julio de 2021

Los grandes cambios sólo ocurren cuando todo se desmorona

 

Estoy en ese momento en el que absolutamente todos tus planes, planificaciones y rutinas diarias se desmoronan y salen volando por la ventana obligándo a hacerte la temida pregunta de: "¿ Y ahora qué?".

Tenía pocas cosas que se mantuvieran organizadas y estables, y muchas menos las nuevas rutinas que creí que establecería; lo que ahora tengo es un cuaderno lleno de garabatos, colores, datos y números, probabilidades, e ideas y pensamientos desorganizados que no tengo la menor idea de si es posible encontrar un orden o un punto de equilibrio en mitad de ellos para alcanzar a ver algo claro, creí que había mejorado en gestionar este miedo a la incertidumbre, a la ausencia de control y a la necesidad de improvisar, pero ahora mismo creo que apenas he avanzado desde la última vez que experimenté este miedo; y el problema no es que la velocidad de mi adaptación al contexto en el que me encuentro sea demasiado lento, sino que con el paso del tiempo todo se vuelve más incierto, más caótico y más complicado de gestionar, al menos para mí, es parecido a un rompecabezas en el cual no sabes que movimiento llevar a cabo ahora porque los anteriores no han hecho más que dificultar su resolución.

Ojalá la vida tuviera en ocasiones un manual de instrucciones, no estoy segura de si con él las cosas serían más fáciles, pero te permitiría al menos olvidarte durante un rato que no tienes ni la menor idea de qué hacer.

Estoy algo asustada, me he alejado tantísimo de mi zona segura, de mis esquemas previos y de mis estrictas planificaciones que ya no pretendo encontrarlos de nuevo, me esfuerzo en descubrir cada detalle de mi alrededor y que sea la curiosidad la que me guíe y la que me ayude a vivir más y pensar menos, y lo estoy haciendo, lo llevo haciendo lo mejor que puedo desde hace meses, pero ahora y en más ocasiones de las que me gustaría vuelvo a las mismas sensaciones creyendo que podrán conmigo y haciéndome dudar hasta de las cosas más seguras que tenía. 

¿Estoy yendo bien o por el camino que quiero?, ¿qué pasa si lo que para otros es la mejor opción para mí no lo es?, ¿debo entonces dejarme aconsejar y hacer caso a mi parte racional o voy a muerte a descubrir que hay al otro lado de las fronteras?, ¿este es el tiempo previo a cuando está a punto de ocurrir algo muy bueno o a cuando sientes que te equivocaste?.

Me siento perdida, pero esta vez no es con respecto a mí misma, conmigo misma estoy muy conectada y es algo que me gusta mucho aunque también me sienta algo sola a veces, me siento perdida en este lugar y en este momento, y me genera mucha incertidumbre porque conozco cada calle a la perfección, pero no sé muy bien en qué dirección caminar.

Necesito respirar un poco, parar de nuevo y alejarme unos metros para poder luego observarlo todo de una manera más clara, como si fuera un cuadro que parecía no tener sentido al estar mirándolo de muy cerca, pero el cual te acaba de mostrar un baúl lleno de diamantes al observarlo desde otra perspectiva; así que me voy a alejar unos metros a la vez que procuro no olvidarme de respirar mientras me abrazo muy fuerte, es aquí cuando más necesario es el amor propio porque es cuando más nos necesitamos. 

Estoy algo asustada porque me encuentro muy lejos de cómo me imaginaba en este momento, no sé exactamente qué me espera ni por dónde caminar, pero a veces me gusta pensar que si me tengo a mí también tengo la capacidad de hacer de este tiempo extraño el tiempo previo a qué ocurra algo increíble que jamás habría podido tener lugar si no hubiera estado dispuesta a soltar todos mis esquemas previos.

No sé, tengo algo de miedo, y cuando digo algo digo mucho, pero mañana volveré a ser yo la que decida el tamaño de estos. 

lunes, 12 de julio de 2021

Terrorismo emocional


Ayer iba con prisas a un lugar que ni recuerdo ahora mismo, pero al que era muy importante llegar a una hora determinada; en mis cascos llevaba esa lista de canciones que me hacen viajar lejos de aquí y mi mirada se dirigía continuamente a los carteles que encontraba por los pasillos subterráneos del metro con el objetivo de poder llegar a mi destino.
Escuché de pronto el sonido de las puertas del metro cerrándose mientras bajaba las últimas escaleras para llegar a la vía del metro al que debía subir y supe ahí que lo iba a perder, pero eso fue lo de menos ya que, mientras escuchaba el molesto sonido de las puertas y observaba a las personas que acababan de salir de ese metro y que caminaban en dirección contraria a la mia, un olor que supe reconocer inmediatamente se adentró en mí y provocó una mezcla de frío y calor que hizo que me tambaleara, estabas ahí, y no sé si me encantó o me aterrorizó sentirte tan cerca, hacía mucho que no te sentía y en esas escaleras habías aparecido de golpe y sin previo aviso.
Con miedo fui fijándome en los rostros de todas las personas, escuché atenta el ruido de la muchedumbre esperando identificarte aún sin saber si era eso lo que quería, pero deseando encontrarte bajando de ese metro.
Se me humedecieron los ojos y permanecí inmóvil esperando de la misma manera en que un niño pequeño espera el día de su cumpleaños a que sus amigos lleguen a ese parque de bolas; me imaginé viéndote bajar de ese metro, me imaginé tu sonrisa al verme y me imaginé abrazándote en mitad de esa muchedumbre y contándote que iba a un lugar que ya no recuerdo y que tenia prisas que ya han desaparecido. 
Me dejé atrapar un poco más por ese olor, tenía tanto miedo que cerré los ojos y todo a mí alrededor desapareció, le pedí a ese olor fácilmente reconocible que no se fuera, que se quedara cinco minutos más sólo, que lo había echado mucho de menos a solas y que hacía tiempo que imaginarlo ya no era suficiente.
Fue como una especie de electricidad que te pone la piel de gallina y que te retuerce por dentro mientras todo explota brutalmente en un completo silencio, nadie lo escuchó pero yo lo sentí, sentí ese olor haciendo de las suyas, siendo la alfombra de Aladdin llevándome a una historia preciosa y, a la vez,  la caricia más delicada y la tormenta más agresiva de todas.
¿Cómo un simple olor puede llevarte tan lejos del aquí y del ahora?
Volví a abrir los ojos, terminé de recorrer con mi mirada los rostros de cada persona que había salido de ese metro y dejé de prestar atención al sonido al no haber escuchado más que ruido en él; no estabas, ya no, o tal vez no habías estado en ningún momento, pero parecía tan real que hasta creí sentirte aquí durante unos minutos, disfruté y padecí a la vez la ilusión de sentirte aquí y después me despedí de ella mientras volvía a mi realidad, al aquí y al ahora.
Le quedaban 7 minutos al metro, llegaba tarde, pero ya no me importaba, en realidad no recuerdo ni a dónde iba ni por qué era tan importante llegar a una hora concreta, como si la vida fuera tan fácil sólo por llegar puntual...

lunes, 5 de julio de 2021

Bésame las entrañas como si fuera la primera vez


Permanezco en una estación fantasma con un gélido viento arañando mi espalda y con mis manos, temblorosas y rojas por el frío, sujetando un billete de vuelta como si fuera una niña con diabetes agarrando una bolsa de chucherías, tentada a abrirla y volver a probarlas con la fantasiosa esperanza de que ya no te vayan a sentar mal. 
No hay nadie a mi alrededor y tampoco se escucha el sonido de ningún tren que esté llegando a la estación, la niebla me aprieta el nudo que no logré deshacer entre mi garganta y mi corazón y mis ojos se esfuerzan por no humedecerse, tengo los labios cortados y si los chupo sé que sangrarán, no sabría como parar entonces la hemorragia.
Permanezco inmóvil sin desplazar la mirada de las vías del tren, queriendo observar a lo lejos unas luces que me vuelvan a hacer sentir ese calor que sientes cuando llegas a casa después de una tormenta o de un día de invierno.
Tengo mucho miedo a este momento, a este frío y a esta sensación de sentirme perdida, de sentirme desahuciada de mí misma.
Escucho los pasos de alguien, no consigo identificar su rostro ni a centímetros de distancia, me sonríe con ternura de la misma forma en que tu madre te sonreía cuando habías hecho alguna pequeña trastada, me besa la frente y unas manos cálidas agarran la bolsa de golosinas que sostenía con las mías.
- "Es por tu bien ".
Agarras mis manos y haces una pequeña madriguera con ellas, soplas en su interior para devolverles algo de vida y vuelves a sonreírme pidiéndome con cierta tristeza y cierto amor entremezclados que salga de aquí, que ese tren tal vez vuelva o tal vez no, pero que yo valgo algo más que esta espera indefinida hacia una promesa de una vida más fácil, que no mejor.
Jugueteo con la niebla haciendo como si tocara con mis dedos sus miedos ocultos, bailo despacio con los ojos cerrados dejándome besar por ella mientras mis ojos enrojecen ante la adrenalina o miedo del momento.
En los grandes carteles de publicidad veo el reflejo de una chica preciosa que me sonríe con algo de timidez, le devuelvo la sonrisa y su mejillas adquiere un color rosado que se apresura a asegurarme que es por el frío.
Respiro profúndamente, ese nudo molesto sigue ahí, entre corazón y garganta, pero ahora aprieta un poco menos, mis pulmones agradecen el oxígeno con un pequeño temblor causado por el placer de simplemente respirar.
Veo entre los adoquines de la acera una amapola congelada, cualquier persona diría que está muerta, que con tocarla se rompe, yo sé que no es así; me muerdo el labio inferior con fuerza como siempre hago segundos antes de hacer algo que me da miedo, vuelvo a dirigir mi mirada a la chica reflejada en los carteles de publicidad de la estación.
- ¿Quieres bailar conmigo? -desvío la mirada antes de terminar de formular la pregunta por miedo a generar una situación demasiado incomoda.
- No sé bailar -me confiesa con cierta culpabilidad.
- Yo tampoco -sonrío por vergüenza y volviendo a perderme en sus ojos.

Nos quedamos unos minutos intentando no terminar nuestra conversación de esa manera.

- ¿Quieres aprender a bailar conmigo? -entonces sonreímos a la vez y echamos a reír.

viernes, 2 de julio de 2021

El arte de estamparse y salir volando


Antes creía que eran antónimos, Incompatibles, y que si uno ocurría ya era imposible que el otro pudiera suceder en el mismo instante, pero me equivocaba, la magia a veces puede hacer que se mezclen de tal forma que sea complicado distinguirlos desde fuera.
A veces te estampas y sigues después recorriendo nuevos territorios desconocidos, a veces crees que estás despegando, pero en realidad estás aterrizando en un nuevo reino, y la gran putada o la gran suerte es que esto sólo puedes descubrirlo una vez que estás dentro de ese laberinto que es la vida y del cual nadie tiene ganas de salir. 
Tenemos miedo a que todo se nos vaya de las manos, a esa gran ostia o a ese despegue por el temor a lo que viene después y a que no nos quede otra que descubrir lo desconocido, miedo a querer volver y no poder, pero eso solo es señal de que no fue sólo un viaje rápido, sino un gran viaje, uno de esos en los que terminas descubriendo a una persona increíble cuando te ves en el espejo, y es por eso mismo, por la posibilidad de que estés a punto de comenzar un nuevo viaje, una nueva aventura, aún sin saberlo, por lo que no deberíamos tener tanto miedo a los finales alternativos, ni a los golpes, ni a los rasguños, ni a las despedidas, pues es ley de vida pasar por ahí para conquistar nuevos reinos.
Nos hablaron mucho de finales felices, de evitar cualquier tipo de dolor o imprevisto y de los extremos de lo correcto/incorrecto para asegurarte llegar a un destino, el cual es el mismo para todos.
Lo que podemos decidir en parte es nuestro recorrido y el nivel en que nos dejamos atrapar por cada emoción y cada instante del viaje; no tengas miedo a estamparte, a escaparte si lo necesitas, a despedirte o a romper todos tus esquemas al comprobar que ninguno te sirvió, todos acabamos improvisando en mayor o menor medida, y al final es así, probando, quitándole seriedad y miedos a todo descubres una nueva puerta, un mundo escondido en el interior de cualquier viejo mueble o una nueva perspectiva que te permite alcanzar un nivel de libertad al que no podrías haber llegado si no se te hubiera ido todo a la mierda, así que confía en mí, y sobre todo en ti, no te has perdido, no vas a sentirte cómo te sientes ahora siempre, tan sólo has elegido un camino que nunca antes te habías atrevido a recorrer, es normal que todo se desestabilice, que pierdas el equilibrio y que creas haberte perdido a ti misma también, pero no es así, esto tan solo es el tiempo en que frenas, en que te paras a observar los daños, tu alrededor, y descubres que estás volando, aún sin llevar un paracaídas en la mochila de tu espalda, pero como ves era necesario saltar, atreverse, y no siempre vamos a ser capaces de dar ese pequeño gran salto, a veces los miedos vuelven a hacer de las suyas.
Pero si has saltado, si vas dentro de ese vehículo a toda velocidad con una lista de canciones nuevas, si has sido capaz de despedirte sin mirar para atrás, si has salido de casa aún sin saber con seguridad hacia dónde ir créeme, lo más complicado ya lo has hecho, ahora solo disfruta, abre mente y corazón y siéntelo todo tanto como puedas, mañana con seguridad eso será lo único que nos quede, así que disfrutemos del viaje y no tengamos prisa por llegar, pues el destino siempre es lo de menos, y en este juego de la vida nadie quiere llegar primero.

jueves, 1 de julio de 2021

Sabor a primavera


Beso unos labios temblorosos mientras mis manos sujetan el rostro de alguien que nunca antes había dicho un "Te quiero" en voz alta; me pierdo en cada centímetro de tu piel mientras tus ojos me leen un cuento de buenas noches con final feliz.

Me preguntas qué es lo que te estoy haciendo, te respondo que no estoy segura y sonreímos como dos niñas pequeñas al contemplar la magia ante sus ojos mientras los miedos se hacen pequeños. Me gustaría quedarme a dormir aquí, sentir que no existe un lugar mejor, que mañana sea tu sonrisa lo primero que vea al despertar y que las ganas de besarla sean tantas que hasta no sea suficiente con un beso. Mi nariz choca con torpeza con la tuya y nos reímos, es una risa nerviosa y con algo de miedo habitando en su interior, ¿dónde está la trampa?, dibujas con tu lengua un corazón en mi pecho y lo besas después, cierro los ojos y un pequeño gemido se cuela en tu interior confesándote que aquí dentro todo se está derritiendo velozmente.

- Tengo miedo, sé que esto no va a salir bien.

- ¿Y si sí?.

Entonces nuestros ojos se humedecen sin dejar de mirarse al imaginarlo y nuestras sonrisas se transforman en el beso más precioso de aquella plaza abarrotada de gente, vuelvo a besarte y me muerdes con ganas de hacerme tuya mientras mis dedos se pierden en tu pelo queriendo tenerte bien cerquita de mí, tienes un sabor que hace imposible no volver a besarte, sabes a ese final feliz que probablemente no llegue nunca, sabes a planes de futuro preciosos, a los veranos de nuestra infancia y a una cita que jamás será recordada por nadie más que nosotras dos.

Tal vez el amor no sea tan complicado como parece y sean los miedos los que nos hacen verlo como algo difícil de gestionar, porque sentirlo es muy fácil, tanto que hasta nos sentimos algo ridículas de no poder explicar por qué estamos sonriendo en silencio.

Empiezan a brillar tus ojos en mitad de la oscuridad de la noche y los míos se vuelven completos adictos de esa forma de mirar que tienen, afirmas con seguridad que se debe a esas cervezas de hace unas horas y al hecho de no haber comido nada, te susurro escondiendo mi rostro en tu cabello que sé que esa no es la razón de ese brillo constante de tu mirada; menuda suerte, menuda putada, según por donde se vea, entonces vuelvo a besarte, a sentirte y a saborearte, sabes a todo aquello que prometí no volver a permitirme sentir, ¿qué estoy haciendo?.

Ten cuidado, hay zonas de aquí dentro que aún duelen, entonces las acaricias con tanto amor que las cicatrices se vuelven puentes hacia nuevos mundos, me regocijo en tu pecho, me abrazas y sonreímos a la vez.

¿Qué estamos haciendo?.


domingo, 20 de junio de 2021

Amapolas congeladas


El sonido de un despertador llena la habitación de un silencio denso que cuesta romper. 

Busco en unos ojos asustados el escondite en el que refugiarme antes de que nos encuentre de nuevo esa rutina tediosa de la que creímos habernos liberado, cuando en realidad sólo estábamos fantaseando sobre cómo sería eso de quererse sin un plan B; ¿cómo sabes si estás a punto de aterrizar o despegar?, entonces eres tú quien con esa pregunta me observas como una niña asustada tras haber decidido saltar al vacío por primera vez, llevamos horas jugando a ser valientes y parecía fácil hasta que nos hemos mirado desnudas una frente a otra, parecíamos felices minutos antes mientras yo me proclamaba reina a la vez que tu boca colisionaba con la mía, no me hubiera importado quedarme un ratito más en ese instante.

Me regalas unas flores que agarras con unas manos temblorosas y yo escribo en tu servilleta que he ido a por el desayuno y qué por favor no te vayas, jugamos a ser los personajes de distintas historias mezcladas mientras el mundo ahí fuera se olvida de nosotras; tu colección de discos nos fotografía aquí y ahora y nos emocionamos a la vez imaginando un futuro que no llegará mientras rascamos viejas cicatrices queriendo averiguar cómo se hace eso de quererse bien.

Encuentro una bala, la misma que tú encontraste hace unos días y la cual volviste a esconder por quedarte cinco minutos más sobre mi pecho, la beso y siento un sabor amargo que creía haber olvidado, me pides que tenga cuidado, te confieso que tengo miedo y de reojo observo que varias plantas de nuestra pequeña terraza se están marchitando, te beso queriendo ser feliz, me besas siendo feliz, y joder, se me acaba de meter algo en el ojo.

Me visto mientras mi cuerpo se balancea, creo que ya sé en qué se distingue un despegue de un aterrizaje, te muerdo con ganas queriendo sentirte bien dentro de mí para que no te vayas, para que no te esfumes del todo; me pides que no me vaya, no quiero irme, no así, pero quiero ser feliz y sé que aquí no es. 

Apagas el despertador, pero ya es tarde, la realidad ya ha vuelto a hacerse con el papel protagonista y nosotras ya no somos más que dos niñas jugando a quererse, no se nos daba nada mal para tener tan poca experiencia. 


viernes, 18 de junio de 2021

El amor es como la electricidad

El amor no muere, se transforma en una especie de energías que no siempre nos hace estar arriba, a veces también nos hace estamparnos, sentirnos inmortales durante unos segundos y recordar después la razón por la cual dicen que querer mucho es de valientes.
En muchas ocasiones en cuestiones de corazón somos nosotros mismos los que lo complicamos todo por esa falsa máscara que llevamos de seguridad, de seres distantes y precavidos, cuando en realidad con el paso del tiempo lo que de verdad escondemos es una montaña de miedos, miedo a ser demasiado intensos, a mostrarnos vulnerables, a reconocer que no tenemos ni la menor idea de cómo va esto, en definitiva, miedo a querer de más por el temor a que nos quieran de menos.
¿En qué momento los miedos jugaron tan bien sus fichas hasta el punto de hacernos creer que es malo querer de más?
Tenemos un protocolo de seguridad que hemos ido creando y perfeccionando con el tiempo; mantén las distancias, evita constantes manifestaciones de afecto, no muestres demasiado lo que sientes, mantén los pies en el suelo y no le des demasiada importancia.
Tenemos tantísimo miedo que casi nunca somos capaces ni de reconocerlo, preferimos agarrarnos a ese estúpido protocolo con la creencia de que si lo seguimos y nos acabamos estampando luego dolerá menos.
No creo en ese amor y no pienso seguirlo nunca, no creo en que querer a medias sea la solución, es más, creo que si quieres a alguien lo que debes hacer es eso mismo, quererlo con ganas e intentando que los miedos no jueguen un papel demasiado importante; querer mucho nunca será un error, lo que sí será es un acto valiente en una sociedad cada vez más individualizada y precavida, pero por eso mismo hay que ir en contra de la corriente y atreverte a querer con todo el corazón sin un plan B o sin un "por si no sale bien", sólo así podremos acercarnos a conocer qué es el amor.
Y no estoy diciendo con esto que vaya a salir bien ni mucho menos, son muchas las batallas a las que deberemos hacer frente y nos vamos a estampar un montón de veces a lo largo de nuestras vidas, y aunque no sea la primera vez que nos ocurre, siempre sentiremos ese dolor intenso a lo largo de los días y semanas que crees que ya no se irá nunca del todo, pero se irá, ese dolor no es para siempre, solo es una tormenta de las fuertes, permítete sentirlo también, déjate abrazar por él, confiésale tus miedos y ante tu ausencia de temor a reconocerlos este se acabará yendo; el amor también es eso, es un montón de emociones y sentimientos explotando a la vez en la que dos personas sin tener la menor idea de cómo va esto se atreven a quererse y a plantarle cara a los miedos que vengan a partir de ese momento en mitad del caos.
Tengo muchos miedos, sí, como todas las personas y como ser humano que soy, pero no quiero un escudo, no quiero querer a medias ni que me quieran a medias, no quiero mantener las distancias, no quiero esa forma de querer, quiero pasarme queriendo de más a quien me nazca querer, sin que ello suponga olvidarme de mí misma, tan malo es la dependencia como no ser capaces de reconocer que las personas pueden llegar a jugar importantes papeles en nuestra vida y nuestra felicidad, no somos tan independientes como queremos o como nos gustaría ¿qué problema hay?, pues que eso nos hace sentir vulnerables y, por tanto, le otorga a la otra persona la capacidad de hacernos daño, pero es que creo que por eso querer es de valientes, porque es enseñar aquellas partes de nosotros que contienen heridas, cerrar los ojos y confiar en que esa herida está a punto de recibir un beso y no un arañazo, ¿cómo no va ser de valientes querer?.
No tenemos ningún control sobre casi nada, y mucho menos en temas de amor, pero por favor, seamos valientes, al final somos lo que dejamos en el corazón de otros, y yo siempre preferiré querer de más y que me recuerden así, antes que querer a medias.
Y es que como ya he dicho, el amor no muere, tan sólo se transforma como esa chispa que nos hace sentirnos vivos de verdad. 



viernes, 11 de junio de 2021

2:14 y sigo sin pillar el sueño


A veces es raro, porque sé que necesito escribir urgentemente para no ahogarme pero no sé qué escribir, es parecido a ese tipo de tristeza que sientes en ocasiones y que no te hace llorar porque ni siquiera sabes identificarla con claridad ya que lo único que experimentas es un vacío que sigue doliendo alguna que otra noche; en muchas ocasiones siento que intento ir más rápido de lo que puedo y vuelvo a caerme, es cierto que también siento como voy mejorando, como voy adaptándome y evolucionando, pero ocurre todo tan despacio que me cuesta no intentar aumentar la velocidad, aunque sea sólo un poco.

Hace unos días escribí varias cartas volviendo a tocar aquellas zonas dolorosas de mi cuerpo, escribí sobre el puñado de pensamientos que nunca verbalizo y sobre la verdad en su máximo esplendor, pegué el sello y luego quemé las cartas, otras personas la tiran en una botella al mar, pero yo no quería que mi proceso terapéutico/intensito supusiera cierto nivel de contaminación, así que las quemé en la ventana ante la mirada de alucine de algún que otro vecino que confirmaba así que era una bruja, y no sé si fue por lo intensita que estaba ese día, por la playlist de música celta o por lo que en aquellas cartas quedó escrito, pero fue de algún modo liberador el hacerlo y el ver como las cenizas salían volando.

Una parte de mí está feliz por haber logrado muchísimas cosas que ni se imaginaba conseguir, pero la otra no tengo ni idea de cómo está, la siento agotada, pero desde hace un tiempo su cuidado y su atención está en mi lista de prioridades y es algo que me está viniendo muy bien.

No sé, intento cuidarme mucho y bien, hacer las cosas lo mejor que puedo, pero constantemente me encuentro en escenarios nuevos y ante emociones y sensaciones nuevas que nunca antes había experimentado, jamás habría imaginado que son tantas, y es como que estoy algo cansada de estar en alerta constante ante todo, estoy cansada de esforzarme tanto en cosas que parece que no le cuesta ningún trabajo al resto del mundo, estoy cansada de autosabotajes perfectamente planificados, de la lentitud de los procesos y de mí misma, pero es muy extraño todo porque, pese a estas sensaciones, tampoco diría que estoy mal, o no del todo, estoy en construcción, y el hecho de ser tan consciente de que el proceso de evolución en el que me encuentro no tiene retorno me asusta a veces porque ni yo misma sabría especificar en qué tipo de persona me estoy convirtiendo, conservo algunos aspectos importantes para mí, pero el resto está totalmente en demolición y no sé si son cambios a mejor o a peor, a veces intento observarlo todo desde la curiosidad y contemplar lo que va sucediendo, pero me cuesta demasiado, ojalá que este tipo de cosas fueran como los estudios y se pudieran mejorar en una biblioteca, pero creo que por eso mismo me cuesta, porque la única forma de mejora es la de salir de tu espacio seguro y atreverte, me encantaría algún día ser capaz de hacerlo siempre del todo, sería súper feliz.

En fin, no sé muy bien a dónde voy, estoy ya en un momento en el que estoy improvisando o inventándome formas nuevas de intentar llegar a algo, aunque no todo es malo, a veces entre las montañas, entre el furioso temporal y entre el conjunto de miedos aparece un área de servicio con vistas bonitas a un campo de flores y con personas con historias increíbles a sus espaldas, tal vez lo que necesito no sea más que eso, volver a encontrar otra área de servicio y ponerme a bailar entre las flores con la seguridad de que recordaré como se hacía.

Como de costumbre... yo que sé... sé que esta expresión no es nada poética, pero me define perfectamente en muchas más ocasiones de las que me gustaría. 

jueves, 10 de junio de 2021

La nostalgia del presente serán las historias que nos emocionen en el futuro

Tal vez los tristes somos nosotros y no los Domingos, tal vez los Domingos no sean más que un recordatorio de que la semana ya ha terminado, y tal vez en ella hayamos vivido las últimas veces de momentos en los que siempre querremos quedarnos cinco minutos más. 

Tal vez esta vez quieras tener ese último baile, y que sea conmigo, y que quieras abrazarme como solías hacer tiempo atrás, y tal vez yo quiera ese abrazo, que coño…me muero por recibirlo.

Tal vez la vida algún día nos permita encontrar las formas de quedarse, las formas de estar, los 5 minutos más antes de partir, las formas de poder realizar esa llamada y ser lo suficientemente valiente como para reconocer que, aunque no tenga ni la menor idea de cómo se sale de este punto, quiero salir de aquí junto a ti, que me da igual que esto no sea un "final feliz", pero molaría encontrar otras formas para no perder por el camino aquello que nos hizo felices.

Tal vez ocurra; en otro momento, en otro espacio y en otra historia, tomaremos café con leche y unas pastas de chocolate como las señoras fetén que siempre fuimos y hablaremos de cómo la gente tenía razón, que la vida no se acababa en esa despedida, sino que empezaba ahí, y joder ojalá que tu ausencia no hubiera sido parte de ese comienzo, pero es que tal vez todo esto era necesario para poder ahora contarte la infinidad de aventuras y viajes que viví, tal vez todo esto era necesario para valorarte y valorarme y para ser consciente de que a veces esa foto de tu cartera puede conservar más magia que el trébol de cuatro hojas que todos aspiran encontrar sin darse cuenta que lo llevamos aquí dentro.

Tal vez la vida son etapas y tal vez se pueda volver a algunas de ellas sin que eso implique retroceder, tal vez el mundo es un lugar fácil y los complicados somos nosotros, tal vez sí hay vida después del fin del mundo, tal vez la otra cara de la luna no sea tan distinta a la que vemos, tal vez los abrazos de despedida no son abrazos de despedida, sino el primer abrazo de una nueva historia, tal vez la otra cara de la moneda es la que necesitabas contemplar, y tal vez desde ahí no te quieras ir, tal vez quieras quedarte, y tal vez, sólo tal vez, yo quiero que te quedes.


   

viernes, 4 de junio de 2021

Cajas de música


Muerdes con ganas de verme perder el control y yo te miro con ganas de que no pares, de que te atrevas a seguir agarrándome con la misma rabia de quien intenta atrapar las olas de mar con sus brazos y con la misma fragilidad con la que una niña acaricia una flor preciosa, ambos polos se entremezclan en tu mirada, algo incierta, algo misteriosa; tu lengua juguetea con mi clavícula mientras tus dedos tocan sobre mis costillas una canción de piano triste y feroz a la vez.
Intento averiguar dónde está la trampa, descubrir en cualquiera de los mapas del tesoro que forman tus lunares la x invisible, pero no inexistente.
Agarro con mis manos el rostro de alguien inménsamente vulnerable y entonces aumentas la velocidad, me sujetas con más fuerza como para hacerme callar, intentando hacerme creer que tú mandas aquí, pero te equivocas, ninguna de las dos lo hace y si lo hacemos lo hacemos sin saberlo.
El dolor y el placer se entremezclan de una manera tan perfecta y tan irracional a la vez que genera cierta adicción a un no sé que, y aunque no podamos definirlo con exactitud podemos sentirlo como un tornado en el pecho que sube y baja a su antojo como si fuéramos las marionetas de una representación teatral en la que se escucha de todo excepto palabra alguna.
Tus manos se convierten sobre mi cuerpo en los cimientos de un edificio antiguo que no sé si se está derrumbando o contruyendo ante esos ojos oscuros, pero lo sujetas con firmeza, lo observas como un cuadro precioso sin pintar aún y escribes sobre él una carta de odio y de amor a la que acabaremos prendiendo fuego antes de salir de aquí para que nadie se entere, para que nadie descubra que lo irracional a veces resulta ser lo más lógico últimamente de nuestro día a día. 
El tiempo se enamora de nosotras, las canciones se emocionan o nos tachan de insensatas por la falta de normas a nuestro alrededor, y en tu vientre se derriten las razones por las que prometimos ir dejando todo esto, que no tiene sentido, pero tiene más del que tendría un par de besos formales. 
Dibujo en ti castillos en el aire y me proclamo vencedora de una batalla que nada tiene de batalla, te busco entre las zarzas y te encuentro a mis espaldas, susurrando mi nombre y derritiendo mis miedos por la dulzura y el distanciamiento con que lo pronuncias.
Te miro desafiante y te beso, entonces soy yo quien te susurra la verdad, quien se apodera de ti y de tus aparentes aires de seguridad y quien se pierde entre las sábanas de un mar que ruge violento.
- "Tengo que irme".
- "No te vayas".
Joder, que bonito nos acaba de quedar este momento, ten cuidado, te acabo de ver sonreír mientras dormía sobre tu pecho y eso podría destrozarlo todo. 

domingo, 30 de mayo de 2021

El equilibrio perfecto es que el caos te enseñe a bailar.


Como un funambulista, juego con el tiempo, con un puñado de emociones y con una montaña de pensamientos agresivos que pesan lo suficiente como para que la cinta que sujeta mis pies tiemble por miedo o adrenalina. 
Me paso horas pensando cada movimiento y aumentando la probabilidad de caer, guardo con extremo cuidado todo en cajones y jugueteo con los miedos antes de dormir para que algún día ya no me den miedo, pinto paisajes nuevos en lienzos antiguos creyendo que no lo son, grito los dogmas de una religión en la que ni creo, pero a la que me agarro cuando siento que el mundo es un sitio muy grande y yo un ser con demasiadas horas para pensar como para elegir la opción de no hacerlo; a veces logro durante unos minutos que todo permanezca en silencio, que la cinta sobre la que apoyo mis pies no tiemble, y llego ahí a disfrutar las diversas direcciones del viento, estas me muestran colores preciosos en hojas caducas que me invitan a a bailar una canción nueva en mitad de este caos. 
Pero caigo de mi columpio, de mi esfera y de mi tirolina perdida entre árboles porque ya no es mi momento, es nuestro momento; son muchos los rostros que me observan, algunos con curiosidad, otros con cierto desconcierto y otros con admiración, pierdo entonces los estribos por sentir la presión externa de llegar a ser ese alguien que siempre tenga un pasillo en el que poder ir descalza, paso entonces a conocer a las imágenes y recuerdos que esas personas tienen del funambulista que observan y me olvido de mí y de quien soy yo o quien quiero ser, intento de nuevo equilibrar todo, encontrar una forma de no caer al vacío y de poder seguir caminando sobre el aire que ahora ha pasado a ser algo más agresivo, a veces creo conseguirlo, otras vuelvo a las andadas y me siento vacía, como si fuera esa caja de música que carece de sentido si no la abre nadie.
Es tentadora la idea de colocarme ese cartel de "en obras" y seguir conmigo, seguir trabajando por lograr el equilibrio entre ambas perspectivas, pero demasiado tiempo sola también me puede hacer sentir una especie en extinción cuando no soy más que la chica que va leyendo en el metro y que curiosea sobre todo lo que hacen el resto de personas, entonces ¿alguien puede explicarme cómo se hace?, necesito la ayuda del público, la pista doble para llegar a entenderlo y entenderme, o la llamada telefónica para avisar de que hoy llegaré tarde.
No pretendo alcanzar un equilibrio, no pretendo encontrar la meta en algún momento o poder afirmar con seguridad que lo conseguí, pues esto no se trata de un objetivo a alcanzar, sino de un proceso al que poder adaptarme y lograr estar bien mientras evoluciono y me transformo en una persona distinta sin dejar de ser yo.
No pretendo tampoco ser dueña de la incertidumbre ni la marioneta de un destino inexistente del todo, sólo quiero tener la seguridad de que las ráfagas de viento en algún momento me enseñarán pasos de baile nuevos y no sólo a no caerme, es más, desde el suelo ya tengo la confianza de que también se puede aprender a bailar y a ser quien tú quieras ser en cada capítulo de esta historia, de la cual, ya te he hecho varios spoilers. 

sábado, 29 de mayo de 2021

Pequeñas cosas e instantes que me hacen feliz ✨

La carcajada que hace creer que el mundo es un sitio algo más fácil, los planes de futuro en cualquier cafetería y ser feliz aún sabiendo la complejidad y dificultad de que salgan, las cenas en el sofá con tu madre y no dejar de hablar, los "Te quiero" sin control y los "avísame cuando llegues a casa", los viajes improvisados, el olor a humedad, el sonido de las olas, el final perfecto de un libro, una nueva temporada de esa serie que ojalá no fuera a terminar, la cara de la gente ante las sorpresas, correr a abrazar a alguien sin importar el lugar, los dibujos con bolígrafos por aburrimiento en la mano o en cualquier trocito de hoja, cuando alguien habla de algo que le hace tanta ilusión que ni puede hablarlo con calma, perder la cuenta de las cervezas con alguien y no por alguien, descubrir una canción nueva y que te encante, la luna llena, las nubes con formas bonitas, los gestos de amor de los animales y su forma de mirarte, que te agarren de la mano cuando estás nerviosa, el sonido de las gaviotas mientras desayunas, bañarse cuando estás triste, los segundos antes de que comience un concierto, los olores que contienen recuerdos, desenvolver un regalo, las tapas de los bares en Madrid cuando no hay mucha gente, los picnics en el campo, la puesta de sol, el "subo, me cambio y bajo" en verano, llevar sudadera y pantalones cortos después de cenar en una terraza, las olas del mar, el tacto de las sábanas recién lavadas, las duchas frías en verano antes de acostarse, el sonido de las voces de tus amigos mezcladas, las películas con manta los días de lluvia y escuchar su sonido o bailar bajo ella, la comida basura entre horas tirada en el sofá, que un desconocido te sonría por la calle o te deje salir del metro antes de entrar él, notar como vas aumentando la amistad y confianza con alguien, ver las estrellas acompañada, sonreír a solas porque te has acordado de alguien o de un recuerdo feliz, beber agua muy fría en verano cuando tienes sed, la voz del bus diciéndote que has llegado a Avenida de América cuando se viene un plan muy chuli, poder contar algo bueno que te ha pasado y que te digan "yo ya sabía que lo conseguirías", que cualquier trabajador de cara al público te desee un buen día y que se note que lo dice de verdad, que me miren continuadamente sólo para ver como me pongo roja, que te echen de menos y te lo digan, que deje de doler y sentirte libre de nuevo, los abrazos por la espalda, apoyar la cabeza en la ventana del coche con música y mucho viento, ver a alguien cumplir su sueño, ver abrazos que no entienden de fronteras, comprarse un vestido y que te veas increíble, el contacto de las piedras de la playa con tus pies, la sensación de que estás haciendo las cosas bien, comprobar que ya vas estando más feliz, emocionarse y reírse a la vez, los abrazos fuertes, el ship de albalia, bailar todas las canciones, los besos de esquimal, sentirse parte del grupo y que pase el tiempo volando, los segundos antes de hacer una locura, los segundos antes de que se abra el telón, las películas Disney con palomitas, las voces unidas en las manifestaciones por los derechos de cualquier colectivo, las fresas con nata, que te abracen en silencio mientras lloras, comer o cenar fuera y que haya un postre con chocolate, prepararse antes de salir durante horas y que al verme en el espejo me sienta preciosa, echarme crema de manos y que se absorba con rapidez, la primera cita con alguien y que salga bien, hacer regalos a mano, compartir un plato pequeño con alguien con los mismos cubiertos, aprobar un examen que creíste que ibas a suspender, el olor a mandarinas y limón, estar de fiesta con amigos, alejarse y darte cuenta de lo feliz que te hacen, tocarme las tetas despacio, que mi abuela entre en la habitación cuando me hago la dormida y que me eche otra manta, los primeros brotes cuando plantas algo, las ardillas y todo lo que tenga que ver con ellas, la poesía y distintos tonos de voz recitando, hablar de quien te gusta con una amiga, que ella te hable de quien le gusta y gritar ambas ilusionadas, los ojos brillantes de las personas, los espaguetis con mucho tomate, las tartas hechas únicamente de chocolate, la sensación de complicidad con alguien sólo con miradas, estrenar ropa nueva, ver a niños y niñas  jugando todos juntos, el sonido de la cámara de fotos analógica, cantar en voz alta con amigas, observar una vela derritiéndose, quemarse los mofletes por el sol, las conversaciones profundas durante horas, escribir con música de fondo muy alta, que en el dentista te digan que no tienes caries, el café en la resaca, decirle cosas bonitas a la gente y que te respondan exageradamente y con audios y stikers, las croquetas, decir algo bajito y que te escuchen todos, los días previos a un plan grande y especial, mirar el reloj y que sean en punto, reírse mientras te estás acostando con alguien y tener que parar, ver a la gente que quiero felices, la piel de gallina, el olor a maría, pasar horas viendo la galería de fotos, sentirse bien en sitios nuevos y no sentirse tan atada al pasado, las margaritas, un pétalo de una amapola en un libro, los besos de los perros y los gato acaticiándote con su patita, comer algo que te gusta mucho cuando tienes hambre, las patatas fritas recién hechas, tener un hobbie nuevo, cantar en la ducha con agua muy caliente, ir en taxi y que el conductor sea majo, que te den las gracias, dejar de hablar porque crees que no te están escuchando y que alguien te diga: "sigue que te estaba escuchando", el sonido de las tortugas acostándose, ir al cine y que apenas haya gente, la cucharita y los mimos, que nieve, comer un dulce que no sabías que estaba relleno de chocolate, el sonido de las  aves, el sonido del tren, el algodón de azúcar, las camas elásticas, que te de el sol teniendo una chaqueta puesta y que no te sobre la chaqueta, cualquier tipo de mamífero abrazando a otro, saltar en los charcos, jugar con un hilo suelto y arrancarlo.
No te preocupes si hoy ha sido un día de mierda y sentías que todo iba mal, ya estoy yo aquí para mostrarte que las cosas van mejor de lo que parecen.

lunes, 24 de mayo de 2021

Estimado Mario Benedetti:


Te he leído en mis ratos libres, de puntillas, con atención, emocionada y dejándome abrazar por ti antes de dormir, en muchas noches has sido una manera más sencilla, menos complicada y más fácil de quedarme dormida, aún me queda mucho que descubrir de ti y prometo que pronto volveremos a seguir con nuestras citas nocturnas.
He disfrutado contigo, no lo voy a negar, pero mientras te leía me hubiera gustado que me hablaras más de qué ocurre estando a solas, qué ocurre cuando el final no es un "fueron felices y comieron perdices", y por qué lo muestras como el fin del mundo cuando es de esos finales, en verdad, cuando de verdad se puede decir que estás comenzando de nuevo. 
Lo he hecho, sí, te he seguido el juego en ocasiones en las que lo necesitaba, me he columpiado en ese "para siempre" del que hablábas, aún sabiendo que no era bueno para mí, pero me ha gustado hacerlo durante un rato, el problema es que tú no te has bajado en ningún momento de él y no sé si te admiro o me asustan tus excesivas expectativas en el amor; tampoco me gustaría ahora criticarte con dureza, pues durante muchos años te he disfrutado mucho y he creído en ti y en la utopía de que el amor todo lo puede, sería bonito que así fuera, pero creo que te equivocaste, no pasa nada, yo me equivoco constantemente.
He descubierto un nuevo mundo, todavía estoy aprendiendo y adaptándome a él, pero es un lugar más flexible, menos idílico y, en definitiva, más real.
En él he descubierto otra cara del amor del que no me has hablado demasiado, el amor de dejar ir, de soltar, de agradecer lo vivido, de experimentar el dolor de después y de confiar en que en algún momento se irá del todo; verás, no siempre hay que quedarse, pues el amor no hace todo posible, hay que saber cuidarse, quererse a uno mismo antes de nada y saber en qué punto te encuentras para no verse inmerso en batallas en las que no estás preparado para hacerles frente.
Estoy segura de que tú eres de esos que si se enamora de alguna flor preciosa del campo la arrancas en nombre del amor, no amigo no, la vida no es tan fácil como para creer que siempre puedes permanecer junto a esa flor ni que esta tenga que ser quien se adapte a tus contextos y a tu historia, tal vez sea posible que en ocasiones un poquito de su parte y un poquito de tu parte pueda aumentar las posibilidades de esa historia romántica jamás contada del todo, pero en otras ocasiones el amor es irse, hasta nuevo aviso o para siempre, yo que sé, pero si de verdad te parece preciosa esa flor lo último que deberías querer hacer es arrancarla de ese campo, lárgate de ahí y háblame del después, háblame de cómo llegas ese día a casa sin saber el camino de vuelta, háblame de cómo tu dolor se va transformando hasta ser una mariposa que echa a volar lejos, háblame del amor desde su máxima expresión y de la libertad,tuya y de esa flor, como una de las manifestaciones de amor más puras y de verdad, esta cara de la moneda no es fácil, a nadie le gusta leer finales alternativos a los clásicos, pero por eso mismo me hubiera gustado que tú hubieras hablado de ello.
Querido Mario Benedetti; adoro nuestras citas nocturnas, nuestros viajes en el tiempo y nuestras sesiones terapéutica como ese conjunto de cuentos de buenas noches, te agradezco mucho nuestras conversaciones y tu manera de querer, pero como ya te he dicho, me hubiera gustado que me hablaras también de las ocasiones en que el amor en vez de un "para siempre" es un "gracias por todo, adiós".
Nuestras vidas son importantes Sr. Benedetti, no las reduzca a un capítulo de la historia o una historia concreta tan sólo por creer que no hay más libros en la estantería, hay muchísimos más, algunos que ni conocemos y otros esperando ser escritos por nosotros, no tenga miedo al fin del mundo, yo también lo tuve, me asusté mucho y eché a correr, pero le puedo asegurar que hay vida después del fin del mundo y que sin la existencia de los finales sería imposible empezar nuevos comienzos, ¿no cree?.
Nos vemos pronto en cualquiera de nuestras citas nocturnas, tengo ganas de escucharle. 



domingo, 23 de mayo de 2021

Insomnio rutinario


Yo a estas alturas ya no sigo una dirección concreta aquí dentro ni un camino bien marcado, a veces me gustaría tenerlo, pero al final acabas cayendo en la cuenta de que tú eres quien marcas gran parte del recorrido.

Estoy improvisando sin saber exactamente cómo lo hago, estoy intentando cuidarme algo más de lo que lo hacía, pensar menos o que hacerlo no me suponga tanto desgaste e intentar, demasiado despacio para mi gusto, abandonar todo lo que está en un nivel demasiado superior al mío o lo que me haga sentir defectuosa, me niego a creer que lo sea, soy rara y complicada, pero defectuosa ya me suena muy mal y no quiero echar por tierra los logros que llevo ante la opción de esa alternativa. 

Ojala que aquí dentro se pudiera lograr el mismo silencio que el de fuera, ojalá que mágicamente las cosas fueran más fáciles o que me dieran sino un manual de primeros auxilios, se supone que debería estar feliz y emocionada por terminar una etapa, sé que estoy camino de volver a serlo, pero todavía no lo he conseguido, me encantaría ver, como si esto fuera una ruta por el campo, una marca blanca en alguna de las piedras como señal de que voy bien, en verdad no sabría decir si voy bien o mal, como ya he dicho estoy improvisando, estoy haciendo las cosas lo mejor que puedo en cada momento, desde fuera no es suficiente, pero a mí me sirve para mantenerme por ahora. 

Todo el mundo me habla del tiempo, dan por supuesto cómo estoy en cada momento cuando ni yo misma lo sé y si no sonrío lo suficiente me dicen que estoy rara mientras inician un discurso existencialista que seguro que ni entienden ellos mismos.

A veces me gustaría que alguien quisiera saber qué he comido hoy tan sólo por acabar hablando de cómo ha sido el día, sin normas ni juicios precipitados, no sé...

Tengo ganas de ir a la playa y escuchar durante horas las olas del mar, en algunas ocasiones he conseguido sólo escucharlas a ellas y eso es exactamente lo que necesito ahora para poder dormir algo. 

domingo, 16 de mayo de 2021

No arregle la ventana, me gusta así


No voy a volver a ser la de antes, así que dejar de pedirme algo imposible, lo siento, a mí en ocasiones también me gustaría volver a ser la de hace un tiempo, pero hace unos días descubrí que no voy a volver a ser la de antes nunca más, suena drástico, lo sé, y no sabéis el miedo que me provoca decirlo en voz alta, pero a la vez sé que este momento, esto que siento ahora era inevitable, si os sirve de consuelo mantengo en mí ciertos detalles, ciertos gestos y ciertas fantasías con las que me gusta jugar y viajar en mi tiempo libre, aunque hasta ellas han cambiado.
No puedo hablaros mucho de quien soy ahora mismo, estoy en reconstrucción y todavía hay cajas de cartón que no me he atrevido a abrir, voy poco a poco, el miedo ralentiza mucho mi ritmo y en varias ocasiones me obliga a parar y respirar, pero luego sigo con ello y voy observando, a veces con curiosidad y otras con tristeza, que hay en el interior de esas cajas; esto sí que son obras desde cero.
Hay algunas cuantas paredes que he decidido mantener, pero el resto hay que destrozarlo todo para volver a construir, por ahora sólo tengo esto que ves, un montón de cajas de cartón y cuatro habitaciones vacías en cuyas paredes he pintado flores de colores para que parezca un lugar más acogedor, he salido a conocer el lugar y he descubierto un precioso campo de amapolas, suelo pasar horas bailando entre ellas con los ojos cerrados, me encanta hacerlo, es como volar.
También he conocido al nuevo vecindario y me he sentido bien al ser consciente de que cada vez hablo menos del ayer y vuelvo a hablar ilusionada de planes y sueños futuros, me sirve como prueba de qué, aunque sea demasiado despacio, voy convirtiéndome de nuevo en alguien a quien cada vez tengo más ganas de conocer. 
También he recibido visitas de dos o tres personas que llevan años aquí cerquita y me han hecho reír durante horas, hacía tiempo que no lo hacía y he sido feliz.
En mi nevera he encontrado una nota pegada con un imán: "Lo estás haciendo muy bien, no tengas miedo, estoy aquí cerquita por si me necesitas" -Mamá-, me ha hecho sonreír mucho, pero no se lo he dicho, debería hacerlo, lo sé.
Hace unas semanas me di cuenta que una de las ventanas no cierra bien y hace un pequeño ruido cuando el viento está furioso, ayer en una de las agendas que tenía guardadas leí una de esas frases de Mr. Wonderful tan escuchadas que ya ni efecto tienen: "Cuando una puerta se cierra, una ventana se abre", tal vez por eso la ventana no cierra bien, hay unas vistas impresionantes desde ella y el color rosado de las nubes al anochecer te hace no poder dejar de mirarlas.
Esta noche, mientras volvía a ver una de esas películas de las que ya he perdido la cuenta sobre el número de veces que las he visto, apareció por mi ventana uno de los dragones de mi reino que durante años ha estado aquí cerquita.
- Majestad, dígame por favor que no estabas viendo la misma película de siempre.
- Esta ya iba a ser la última hasta nuevo aviso- le digo rápidamente sabiendo que no debería estar haciéndolo. 
- Estoy seguro de que todavía no has salido de casa, y ni habrás conocido a todas las nuevas personas y seres mágicos de los alrededores, ¿me equivoco?.
- Puff, que pereza, prefiero quedarme aquí, ya tendré tiempo para salir a nuevos lugares y además sabes que el rollo de los vínculos y todo eso no se me da nada bien.
Suelta entonces una carcajada sonora que resuena en el piso.
- Bueno, así es más divertido.
Le miro con cara de pocos amigos por el comentario.
- Estoy seguro de que hay muchísimos reinos por descubrir, no voy a obligarte a que tengas ganas de salir, pero por favor, dale una oportunidad a este sitio y a ti.
Me subo entonces sobre su lomo húmedo por el tacto de las escamas y me acurruco sobre él por el viento gélido de esas horas, las nubes quedan por debajo de nosotros y sólo se observa a lo lejos un campo lleno de amapolas.
Miro un momento antes de irnos hacia el interior del piso y observo mi capa de superheroína apoyada en un viejo sillón y unas paredes llenas de flores pintadas con colores tan vivos que me siento como si estuviera a punto de empezar una nueva aventura totalmente diferente a las anteriores.
Me acerco al oído de mi dragón, le doy un beso y le susurro:
- A conquistar el mundo pequeño.

Y entonces salimos volando de allí mientras gritamos de alegría sin saber exactamente el motivo, pero con infinidad de ganas de ir descubriendo este nuevo reino al que acabo de llegar. 

sábado, 8 de mayo de 2021

Pétalos de Margaritas


Hoy me fui a perderme por Malasaña en busca de algún bar en el que refugiarme durante unas horas del estrés, de la ansiedad y del miedo ante el futuro de estas semanas y meses que hay por delante. 
Acabé en uno ya conocido lleno de estanterías llenas de libros y donde preparan un café con la espuma en forma de corazón que está riquísimo, es una tontería, pero ese detalle y la sonrisa de la dueña del bar hacen que me sienta como en una nube aislada del mundo.
Me encanta escribir en sitios así ya que suelo tener más inspiración de lo normal con tan sólo fijarme en las personas que me rodean.
Esta vez estuve observando a dos mujeres de cabello canoso que vestían dos abrigos tan elegantes como si fueran dos actrices en su mejor momento personal y profesional, ambas reían con ganas y con gestos de complicidad hasta tal punto que acabaron llorando de la risa que se contagió a otra personas que estaban cerca.
Me hizo sonreír observar la divertida escena, pero a la vez me encogió un poco el corazón al ser consciente durante esos minutos que hace demasiados meses que yo no me río de esa forma, lo reconozco, me ha dado mucho envidia; cada vez más me río por compromiso, porque algo me ha hecho gracia o porque estoy nerviosa, pero hace mucho que no me río de verdad hasta el punto de llorar y lo echo tanto de menos...
En voz alta no he dicho nada, pero dentro de mí he escuchado a una niña secándose rápido las lágrimas y diciendo: "jo, yo quiero eso".
En verdad hace muchos meses que no me río de verdad, que no sonrío porque de verdad quiera hacerlo o que no me siento como súper ilusionada, es como si me hubiera transformado en una persona seria y que se limita sólo a seguir la corriente al resto porque le han dicho que eso es lo que hay que hacer si quiere dejar de sentirse mal.
No sé, me he echado muchísimo de menos hoy; yo solía reírme sin parar hasta sin saber muy bien por qué había empezado a reír, sonreía porque me sentía con ganas de hacer mil cosas y tenía ideas tan locas y creativas que era capaz de viajar a mi mundo y sentirme invencible allí, me encantaba ese lado de mí y, jamás lo hubiera imaginado, pero me encantaba que no me entendiera casi nadie con facilidad y que ni siquiera me importase, jo, ¿dónde estás?.
Ahora las personas de mi alrededor me dicen que se me ve mucho mejor, que me adapto mejor a todo y me hablan de cosas actuales que han pasado; joder yo no quiero ser como vosotros, no quiero ser normal ni acercarme a ello, quiero ser como era antes en todo lo bueno, estar sola y no sentirme sola o ser rara para la mayoría, estoy cansada de esperar que ese lado de mí regrese porque cada vez me cuesta más creer que pueda volver.
Estoy muerta de miedo y no me gusta sentirlo durante tanto tiempo, tengo tantísimo miedo respecto a tantas cosas diferentes que a veces sólo me gustaría desaparecer un rato hasta que todo pase o hasta que las cosas no parezcan tan difíciles; a veces me encantaría recibir una carta de mi yo futuro y poder leer en ella algo como: "Vuelves a ser la de siempre, aunque no sea como antes, confía en mí".
No sé, al menos me serviría como una prueba de que todo irá bien, estoy agotada de no saber qué hacer en casi ningún momento y que sean otros los que deciden por mí lo que sentir o dejar de sentir.
Después de un rato, las dos mujeres se levantaron y se fueron sin poder articular palabra sin que alguna carcajada les interrumpiera, a una de ellas se le cayó una margarita algo mustia, me levanté y fui a devolvérsela creyendo que tal vez podría ser como un amuleto o tener algún valor especial.
Ambas se miraron entre ellas y luego la mujer a la que se le había caído la margarita sacó de su otro bolsillo muchas otras margaritas sin apenas pétalos, en ese momento confirmé lo tanto que me gustaría en unos años ser como ella y llevar mis bolsillos llenos de flores.
- "Quédatela, por cada pétalo puedes pedir un deseo como yo he hecho con estas otras, ¿ves?".
Mi cara era un cuadro y no sabía si esas dos mujeres me estaban vacilando, pero ambas me miraban serias y sin apariencia de que estuvieran bromeando.
- "Gracias, supongo" dije mientras les sonreía por lo surrealista que estaba siendo ese momento.
Volví a entrar en la cafetería, me terminé mi café y me quedé sonriendo a la nada como si acabara de hablar con dos seres de un mundo mágico.
Observé la margarita, arranqué un pétalo y lo apreté con fuerza en mi puño.
"Quiero volver a reírme sin parar hasta llorar un montón de veces porfi, echo muchísimo de menos sentirme así".
Soplé con fuerza el pétalo y este echó a volar, ojalá que se cumpla.
Volví a casa sin haber escrito apenas nada, pero más animada que antes, ojalá volver a salir más veces a sitios como estos, me encanta hacerlo y lo hago demasiado poco para lo tanto que me llena ese tipo de días.