Esto no es un blog, es mucho más. Es la última bombona de oxígeno que me queda en ocasiones. Es cada centímetro de mi piel sintiendo la lluvia. Es un vacío aquí dentro que a veces araña provocándome vomitar las últimas mariposas que habitan en mí. Es el conjunto de monstruos que habitan bajo mi cama confesándome sus miedos. Es un polvo sucio y rápido. Es un jodido y precioso caos difícil de entender, así que no te pido que lo entiendas, pero sí que no te olvides de donde esta la salida.
martes, 28 de diciembre de 2021
A la chica del espejo:
martes, 21 de diciembre de 2021
Es Navidad, vuelvo a casa de su mano y soy feliz
martes, 23 de noviembre de 2021
Pies fríos y corazón caliente 🤍
lunes, 8 de noviembre de 2021
A su lado siempre parece todo más fácil
Llego a casa, por fin, están siendo unas semanas algo complicadas, aquí dentro últimamente el ruido es constante y acabo agotada intentando encontrar algo de claridad, pero no lo consigo y aumenta el ruido y mis esfuerzos por controlarlo, por controlarme y no perder la capacidad de distinguir lo racional de lo irracional.
Me preparo mi Colacao caliente con sus grumitos y escondo mis pies fríos y desnudos bajo la manta, me encanta la sensación de que se vayan calentando despacio. Me pierdo un rato en varias aplicaciones de mi móvil que en el fondo ni me interesan, luego enciendo la televisión y disfruto mientras me imagino siendo la protagonista de esa película admirando la capacidad que tiene de no pensar tanto y pasar a la acción.
Pasado un rato apago la televisión y mi móvil; silencio externo, ruido interno, me pido a mí misma una tregua, algo de calma, me cuesta, pero en ocasiones lo consigo. De pronto entra mi abuelo con esa mirada apaciguada y esa sonrisa que tanto amor me transmite; se sienta a mi lado, le cuento que a veces vuelvo a sentirme muy pequeña, muy torpe y muy vulnerable, sobre todo cuando se trata de las relaciones interpersonales, creo que nunca me resultarán del todo sencillas; él me besa la frente con cariño y me dice con seguridad que sentirse perdida no es sinónimo de haber retrocedido al punto de partida, que debo ser algo paciente, que estas cosas también son parte del crecimiento, aunque me cueste identificarlas como tal, mi respuesta es un "ya" poco convencida mientras él me rodea con sus brazos mientras enciende la televisión para ver cualquier película de Navidad de esas que me encantan, y más si es a su lado.
En mis ojos se cuela cierta nostalgia que intento ocultar apoyando mi rostro en su pecho, gracias abuelo, de verdad, necesitaba exactamente esto. No verbalizo ni una sola palabra, pero me responde que siempre que le necesite estará a mi lado. Me rasco la nariz con la manga de mi bata y me acuesto en el sillón, no sé cuántas películas llevo, me hace feliz pensar que en poco ya es Navidad.
Me asomo por la ventana, las nubes tienen un color rosado precioso, seguro que mi abuelo desde ahí arriba ha movido varias cables para pintármelas así de bonitas, me gusta mucho tenerle y poder hablar con él siempre que lo necesito, me hace sentir bien (gracias).
Termino mi Colacao, y aunque aquí dentro siga existiendo más ruido del deseado, me siento mucho mejor de lo que me sentía esta mañana.
lunes, 18 de octubre de 2021
El reencuentro más temido de todos.
Y ahí estábamos, en un completo silencio esperando despertar en cualquier momento.
Las paredes habían dejado de ser paredes y esa clase ya no era sólo una clase más, sino que la sentíamos como el lugar más especial del mundo. El aire estaba cargado de una nostalgia que dolía mucho aquí dentro y de una ilusión que hacía tiempo que no experimentábamos juntos. Tenía tanto miedo a este momento..., a experimentarlo, a exponerme a él, y sobre todo, a sentirlo, tenía mucho miedo, pero aquí dentro una niña se moría de ganas y de ilusión por volver a sentirlo bien dentro de ella, por dejarse envolver durante unos minutos y por emocionarse sin control porque joder, que felices me hicieron y que felices me hacen.
Les observé ahí sentados, a todos, a los que estuvieron, a los que estaban y a los que estarán y fui la persona más feliz del mundo de nuevo aunque estuviera muerta de miedo. Lo necesitaba urgentemente, aunque no me hubiera atrevido ni a imaginar cómo sería este instante. Necesitaba exponerme a ello de nuevo, recordar todo lo vivido, volver a sentirlo de nuevo con toda la intensidad posible, emocionarme al ser consciente de quien era cuando entré por primera vez aquí y quien soy ahora, y también, con el corazón a tres mil por hora y la piel de gallina, decirles que les quiero, que les he querido con todo mi ser y que les voy a querer siempre, pase lo que pase, no puedo no quererles porque aquí dentro he sido la persona más feliz del mundo, aquí dentro he sentido más amor del que creí que era capaz de sentir, y aquí dentro también crecí y evolucioné poco a poco, paso a paso, a veces con dolor, otras con ilusión, pero me convertí y me sigo convirtiendo en una persona de la que me siento orgullosa y a la que cada vez admiro más.
Estas personas que tengo a mi lado me han dado toda una vida en sólo unos años, no podría contaros todo lo que significaron y significan para mí porque algunas cosas no puedo ni explicarlas si no es abrazándoles bien fuerte, pero entre esa multitud de regalos que me hicieron, y que guardo bajo mi almohada para no tener pesadillas, está el amor que sentí y que siento al verles felices y al verles quererme tan bien como lo hicieron y como lo hacen.
Durante mucho tiempo pensé que todo esto desaparecería, que pasado un tiempo todo caería en el olvido, pero me equivocaba, pasará el tiempo y habrá despedidas seguro, ojalá que no, pero las habrá como procesos naturales que son de la vida, pero es que nos queda todo lo que sentimos y lo que yo siento ahora al ver la palabra reencuentro escrita en la pizarra, nos queda todo el amor que sentimos aquí dentro, y por eso soy feliz, aunque la nostalgia me haya impedido hablar sin ponerme a llorar, soy feliz porque, estén o no a mi lado, yo les tengo aquí dentro abrazándome ya para siempre y eso me hace muy feliz.
martes, 5 de octubre de 2021
Me duelen los ovarios y tenía ganas de escribir
En mi sofá hay un hueco libre que empieza a enfriarse ante tu ausencia prolongada, con mi manta construyo una madriguera y con mi linterna te busco bajo ella como si no supiera que te has ido.
Bailo sola mi lista de canciones románticas y mis ojos lanzan al mar un "te echo de menos", sonrío mientras las olas del mar me balancean con ternura y doy pequeños sorbos a mi colacao recién hecho.
Busco en la televisión cualquier cosa que baje el volumen de mis pensamientos un rato y me doy cuenta de lo cansada que estoy, debería dormir más algún día de estos. Me desahogo delante de la chica del espejo y me intenta convencer de que mañana irá mejor, lo dudo, pero no me queda otra que tragarme la mentira sin agua.
Es agotador estar rodeada de personas y sentirse sola, lo había olvidado hasta hace poco, no me gusta la sensación, pero sabía que volvería a experimentarla. Me refugio en mi mundo en pequeños instantes tarareando la nueva canción de Amaia o escribiendo en el metro, lo que daría últimamente por quedarme un ratito más en esos instante.
Ando por las calles de Madrid, ya es de noche, pero me da igual, observo en un banco a una muñeca de trapo abandonada y me doy cuenta de la cantidad de personas que se sentirán como esa muñeca, ojalá abrazarla, ojalá abrazarme, no lo hago tan bien como tú, pero hoy lo necesito.
Apoyo mi cabeza en ese sitio vacío del sofá con mi cuerpo bajo la manta, cierro los ojos y fantaseo imaginando tu mano despeinándome con dulzura, me voy quedando dormida y sonrío a la vez que te echo de menos, por mi cabeza pasa un momento la imagen de esa muñeca de trapo apoyada en un lado del banco, ojalá pudiera estar ahora aquí, conmigo, ojalá una niña se la encontrase y quisiera llevársela a su casa, no sé cuánto tiempo llevará en ese banco, pero seguro que empieza a tener frío, ojalá me creyera cuando le digo que esta vez le van a querer bien.
Mañana me gustaría saltarme las clases, irme bien lejos, donde sólo me sintiera sola cuando esté sola y donde sonría de verdad y no por educación. Me duelen los ovarios, seguro que está a punto de venirme la regla, ya decía yo que estaba mucho más intensa de lo que suelo ser yo de normal, en fin, hoy ha sido un día de mierda, en verdad eso es lo único que quería decir.
domingo, 3 de octubre de 2021
A mi niña interior:
lunes, 27 de septiembre de 2021
Los segundos anteriores a un beso
martes, 14 de septiembre de 2021
Para cuando no puedas dormir:
viernes, 27 de agosto de 2021
Primavera
sábado, 14 de agosto de 2021
Si la vierais sonreír lo entenderíais
Y de pronto te encuentras sonriendo como una idiota con el sonido de la respiración de una de esas personas especiales a través de tu teléfono, eliminando, mágicamente, todos los kilómetros que os separan y abrazándote con tanto amor que hasta alguna lágrima confiesa que no te creías que esto pudiera ocurrir.
Besa con sus labios cada herida pasada, toca una canción lenta en el piano de tus costillas haciendo que tú añadas la letra y recorre con su lengua cada centímetro de tu cuerpo desactivando todos tus mecanismos de defensa, derritiendo tus corazas y tentándonte a jugar a ser el funambulista que recorre un vacío en el que una mirada dulce y a la vez hambrienta se convierte en tu línea de vida, y en razón más que suficiente para echar un pulso a los miedos y que un gemido entrecortado haga que estos tiemblen de pánico al ver como el placer y la felicidad agarran corazón y entrañas y se besan con tanto amor que parece que nunca hubiesen sufrido daños en combate.Tu cuerpo se convierte en el lienzo de obras maestras que aún no han sido creadas y mis dedos dibujan sobre tu espalda una carta de amor que quemaré después con mi lengua, mientras tus gemidos me confirman que ya la han leído y que menuda pasada sentir esto que sentimos cada vez que nuestras miradas se encuentran encubiertas en un "sin querer" que contiene más deseo del que creímos que podríamos controlar.
Jugamos a ser niñas perdidas de NuncaJamás que no quieren ser encontradas y nos planteamos quedarnos allí a vivir, que desde aquí todo es más sencillo, menos complicado; acordamos un punto común al que regresar si nos perdemos y varias estrellas se emocionan al vernos bailar con libertad sin que ello implique dificultad alguna, no sé exactamente cómo lo hacemos, pero lo hacemos bastante bien para la poca experiencia que tenemos.
Me pierdo en ti mientras tú besas unas mejillas enrojecidas y siento que exploto por los aires mientras descubro que sí que es posible llegar las nubes impulsándome lo suficiente desde ese columpio de tus labios que, aunque no sea muy grande, es el tuyo, y por eso mismo yo no quiero bajarme aún de aquí.
Sigo escuchando tu respiración, en ocasiones más acelerada, otras más pausada, me pasaría horas escuchándola y fantaseando sobre cómo sería contarte todo esto, contarte que no sé qué estamos haciendo, pero que te quedes cinco minutos más, después otros cinco y otros cinco más, y con un poco de suerte que siempre tengas más ganas de quedarte que de irte
viernes, 6 de agosto de 2021
Los miedos aprietan, pero no ahogan
domingo, 1 de agosto de 2021
Barcos de papel
Sonríe y el mundo se pone a dar vueltas mientras todo se detiene aquí dentro en el segundo exacto en el que cualquiera nos haría una foto al besarnos, es una boca con sabor a mermelada de fresa y tal vez por eso sea imposible no volver a ella mientras sus ojos juguetean con los míos con una aparente seguridad que perderemos ambas en cuanto a alguna le de por acercarse unos centímetros.
Tu nariz sigue las pistas perdidas de un tesoro oculto en mi columna vertebral y termina en mi clavícula derecha columpiándose unos segundos para alcanzar mi cuello, un cuello que se retuerce despacio al ritmo de esa canción que escriben tus besos continuados, los cuales se esfuerzan por bloquear todos mis pensamientos y así dejarte llevar el control o hacerte creer que lo llevas.
El reloj nos recuerda que tenemos mucho que hacer y que ya vamos tarde, el sonido del microondas lo envuelve todo en una esfera de familiaridad y con un calor que es imposible no disfrutar unos minutos, es como estar inmerso en una rutina de la que decías que no querías formar parte hasta que has visto en la nevera una nota que pone: "¿Vamos a comer al restaurante nuevo de la esquina?, te espero allí a las tres, te quiero. ♡"
Vuelves a sonreír con tus aparentes aires de seguridad sentada en esa mesa del Ikea y vuelvo a perderme en esa curva tan bonita de tu rostro mientras tus piernas rodean mi cintura con firmeza para evitar que me vaya, acaricio tu cuello mientras te coloco bien el cuello de la camisa, iba bien hasta que mis manos descubren un botón desabrochado, observo el resto mientras una pequeña parte racional dentro de mí me recuerda una lista interminable de cosas que hacer, acaban todos los botones desabrochados y tu piel se eriza velozmente mientras firmo en tu pecho un tratado de paz para que nadie salga ileso, ¿o era herido?, tarde, tu boca juguetea con la mía y me pide asustada que no me vaya ahora, pero me tengo que ir, se me hace tarde, se nos hace tarde.
Saco mi colacao del microondas, disfruto los grumitos mientras me observas intentando averiguar cómo va eso de la paciencia, tardo apenas unos minutos en terminármelo y te beso rápidamente antes de irme mientras te ríes de algo que no me quieres contar.
Pasan sólo unos segundos y entro apresuradamente de nuevo, me observas sorprendida mientras cojo esa nota de la nevera, freno un momento en seco y te digo con vergüenza:
- A las tres en el restaurante nuevo de la esquina, yo también te quiero.
No quiero rutinas, no quiero la cotidianidad del día a día, pero durante unos minutos la idea de que nuestra máxima aventura sea ir al cine los fines de semana y nuestro máximo drama elegir muebles nuevos no me ha parecido un mal plan de futuro, repito, no quiero rutinas, sólo que hoy estoy sensible, déjame joder.
miércoles, 28 de julio de 2021
El Amor sabe a melocotón en almíbar
martes, 13 de julio de 2021
Los grandes cambios sólo ocurren cuando todo se desmorona
Estoy en ese momento en el que absolutamente todos tus planes, planificaciones y rutinas diarias se desmoronan y salen volando por la ventana obligándo a hacerte la temida pregunta de: "¿ Y ahora qué?".
Tenía pocas cosas que se mantuvieran organizadas y estables, y muchas menos las nuevas rutinas que creí que establecería; lo que ahora tengo es un cuaderno lleno de garabatos, colores, datos y números, probabilidades, e ideas y pensamientos desorganizados que no tengo la menor idea de si es posible encontrar un orden o un punto de equilibrio en mitad de ellos para alcanzar a ver algo claro, creí que había mejorado en gestionar este miedo a la incertidumbre, a la ausencia de control y a la necesidad de improvisar, pero ahora mismo creo que apenas he avanzado desde la última vez que experimenté este miedo; y el problema no es que la velocidad de mi adaptación al contexto en el que me encuentro sea demasiado lento, sino que con el paso del tiempo todo se vuelve más incierto, más caótico y más complicado de gestionar, al menos para mí, es parecido a un rompecabezas en el cual no sabes que movimiento llevar a cabo ahora porque los anteriores no han hecho más que dificultar su resolución.
Ojalá la vida tuviera en ocasiones un manual de instrucciones, no estoy segura de si con él las cosas serían más fáciles, pero te permitiría al menos olvidarte durante un rato que no tienes ni la menor idea de qué hacer.
Estoy algo asustada, me he alejado tantísimo de mi zona segura, de mis esquemas previos y de mis estrictas planificaciones que ya no pretendo encontrarlos de nuevo, me esfuerzo en descubrir cada detalle de mi alrededor y que sea la curiosidad la que me guíe y la que me ayude a vivir más y pensar menos, y lo estoy haciendo, lo llevo haciendo lo mejor que puedo desde hace meses, pero ahora y en más ocasiones de las que me gustaría vuelvo a las mismas sensaciones creyendo que podrán conmigo y haciéndome dudar hasta de las cosas más seguras que tenía.
¿Estoy yendo bien o por el camino que quiero?, ¿qué pasa si lo que para otros es la mejor opción para mí no lo es?, ¿debo entonces dejarme aconsejar y hacer caso a mi parte racional o voy a muerte a descubrir que hay al otro lado de las fronteras?, ¿este es el tiempo previo a cuando está a punto de ocurrir algo muy bueno o a cuando sientes que te equivocaste?.
Me siento perdida, pero esta vez no es con respecto a mí misma, conmigo misma estoy muy conectada y es algo que me gusta mucho aunque también me sienta algo sola a veces, me siento perdida en este lugar y en este momento, y me genera mucha incertidumbre porque conozco cada calle a la perfección, pero no sé muy bien en qué dirección caminar.
Necesito respirar un poco, parar de nuevo y alejarme unos metros para poder luego observarlo todo de una manera más clara, como si fuera un cuadro que parecía no tener sentido al estar mirándolo de muy cerca, pero el cual te acaba de mostrar un baúl lleno de diamantes al observarlo desde otra perspectiva; así que me voy a alejar unos metros a la vez que procuro no olvidarme de respirar mientras me abrazo muy fuerte, es aquí cuando más necesario es el amor propio porque es cuando más nos necesitamos.
Estoy algo asustada porque me encuentro muy lejos de cómo me imaginaba en este momento, no sé exactamente qué me espera ni por dónde caminar, pero a veces me gusta pensar que si me tengo a mí también tengo la capacidad de hacer de este tiempo extraño el tiempo previo a qué ocurra algo increíble que jamás habría podido tener lugar si no hubiera estado dispuesta a soltar todos mis esquemas previos.
No sé, tengo algo de miedo, y cuando digo algo digo mucho, pero mañana volveré a ser yo la que decida el tamaño de estos.
lunes, 12 de julio de 2021
Terrorismo emocional
lunes, 5 de julio de 2021
Bésame las entrañas como si fuera la primera vez
viernes, 2 de julio de 2021
El arte de estamparse y salir volando
jueves, 1 de julio de 2021
Sabor a primavera
Beso unos labios temblorosos mientras mis manos sujetan el rostro de alguien que nunca antes había dicho un "Te quiero" en voz alta; me pierdo en cada centímetro de tu piel mientras tus ojos me leen un cuento de buenas noches con final feliz.
Me preguntas qué es lo que te estoy haciendo, te respondo que no estoy segura y sonreímos como dos niñas pequeñas al contemplar la magia ante sus ojos mientras los miedos se hacen pequeños. Me gustaría quedarme a dormir aquí, sentir que no existe un lugar mejor, que mañana sea tu sonrisa lo primero que vea al despertar y que las ganas de besarla sean tantas que hasta no sea suficiente con un beso. Mi nariz choca con torpeza con la tuya y nos reímos, es una risa nerviosa y con algo de miedo habitando en su interior, ¿dónde está la trampa?, dibujas con tu lengua un corazón en mi pecho y lo besas después, cierro los ojos y un pequeño gemido se cuela en tu interior confesándote que aquí dentro todo se está derritiendo velozmente.
- Tengo miedo, sé que esto no va a salir bien.
- ¿Y si sí?.
Entonces nuestros ojos se humedecen sin dejar de mirarse al imaginarlo y nuestras sonrisas se transforman en el beso más precioso de aquella plaza abarrotada de gente, vuelvo a besarte y me muerdes con ganas de hacerme tuya mientras mis dedos se pierden en tu pelo queriendo tenerte bien cerquita de mí, tienes un sabor que hace imposible no volver a besarte, sabes a ese final feliz que probablemente no llegue nunca, sabes a planes de futuro preciosos, a los veranos de nuestra infancia y a una cita que jamás será recordada por nadie más que nosotras dos.
Tal vez el amor no sea tan complicado como parece y sean los miedos los que nos hacen verlo como algo difícil de gestionar, porque sentirlo es muy fácil, tanto que hasta nos sentimos algo ridículas de no poder explicar por qué estamos sonriendo en silencio.
Empiezan a brillar tus ojos en mitad de la oscuridad de la noche y los míos se vuelven completos adictos de esa forma de mirar que tienen, afirmas con seguridad que se debe a esas cervezas de hace unas horas y al hecho de no haber comido nada, te susurro escondiendo mi rostro en tu cabello que sé que esa no es la razón de ese brillo constante de tu mirada; menuda suerte, menuda putada, según por donde se vea, entonces vuelvo a besarte, a sentirte y a saborearte, sabes a todo aquello que prometí no volver a permitirme sentir, ¿qué estoy haciendo?.
Ten cuidado, hay zonas de aquí dentro que aún duelen, entonces las acaricias con tanto amor que las cicatrices se vuelven puentes hacia nuevos mundos, me regocijo en tu pecho, me abrazas y sonreímos a la vez.
¿Qué estamos haciendo?.
domingo, 20 de junio de 2021
Amapolas congeladas
El sonido de un despertador llena la habitación de un silencio denso que cuesta romper.
Busco en unos ojos asustados el escondite en el que refugiarme antes de que nos encuentre de nuevo esa rutina tediosa de la que creímos habernos liberado, cuando en realidad sólo estábamos fantaseando sobre cómo sería eso de quererse sin un plan B; ¿cómo sabes si estás a punto de aterrizar o despegar?, entonces eres tú quien con esa pregunta me observas como una niña asustada tras haber decidido saltar al vacío por primera vez, llevamos horas jugando a ser valientes y parecía fácil hasta que nos hemos mirado desnudas una frente a otra, parecíamos felices minutos antes mientras yo me proclamaba reina a la vez que tu boca colisionaba con la mía, no me hubiera importado quedarme un ratito más en ese instante.
Me regalas unas flores que agarras con unas manos temblorosas y yo escribo en tu servilleta que he ido a por el desayuno y qué por favor no te vayas, jugamos a ser los personajes de distintas historias mezcladas mientras el mundo ahí fuera se olvida de nosotras; tu colección de discos nos fotografía aquí y ahora y nos emocionamos a la vez imaginando un futuro que no llegará mientras rascamos viejas cicatrices queriendo averiguar cómo se hace eso de quererse bien.
Encuentro una bala, la misma que tú encontraste hace unos días y la cual volviste a esconder por quedarte cinco minutos más sobre mi pecho, la beso y siento un sabor amargo que creía haber olvidado, me pides que tenga cuidado, te confieso que tengo miedo y de reojo observo que varias plantas de nuestra pequeña terraza se están marchitando, te beso queriendo ser feliz, me besas siendo feliz, y joder, se me acaba de meter algo en el ojo.
Me visto mientras mi cuerpo se balancea, creo que ya sé en qué se distingue un despegue de un aterrizaje, te muerdo con ganas queriendo sentirte bien dentro de mí para que no te vayas, para que no te esfumes del todo; me pides que no me vaya, no quiero irme, no así, pero quiero ser feliz y sé que aquí no es.
Apagas el despertador, pero ya es tarde, la realidad ya ha vuelto a hacerse con el papel protagonista y nosotras ya no somos más que dos niñas jugando a quererse, no se nos daba nada mal para tener tan poca experiencia.
viernes, 18 de junio de 2021
El amor es como la electricidad
viernes, 11 de junio de 2021
2:14 y sigo sin pillar el sueño
A veces es raro, porque sé que necesito escribir urgentemente para no ahogarme pero no sé qué escribir, es parecido a ese tipo de tristeza que sientes en ocasiones y que no te hace llorar porque ni siquiera sabes identificarla con claridad ya que lo único que experimentas es un vacío que sigue doliendo alguna que otra noche; en muchas ocasiones siento que intento ir más rápido de lo que puedo y vuelvo a caerme, es cierto que también siento como voy mejorando, como voy adaptándome y evolucionando, pero ocurre todo tan despacio que me cuesta no intentar aumentar la velocidad, aunque sea sólo un poco.
Hace unos días escribí varias cartas volviendo a tocar aquellas zonas dolorosas de mi cuerpo, escribí sobre el puñado de pensamientos que nunca verbalizo y sobre la verdad en su máximo esplendor, pegué el sello y luego quemé las cartas, otras personas la tiran en una botella al mar, pero yo no quería que mi proceso terapéutico/intensito supusiera cierto nivel de contaminación, así que las quemé en la ventana ante la mirada de alucine de algún que otro vecino que confirmaba así que era una bruja, y no sé si fue por lo intensita que estaba ese día, por la playlist de música celta o por lo que en aquellas cartas quedó escrito, pero fue de algún modo liberador el hacerlo y el ver como las cenizas salían volando.
Una parte de mí está feliz por haber logrado muchísimas cosas que ni se imaginaba conseguir, pero la otra no tengo ni idea de cómo está, la siento agotada, pero desde hace un tiempo su cuidado y su atención está en mi lista de prioridades y es algo que me está viniendo muy bien.
No sé, intento cuidarme mucho y bien, hacer las cosas lo mejor que puedo, pero constantemente me encuentro en escenarios nuevos y ante emociones y sensaciones nuevas que nunca antes había experimentado, jamás habría imaginado que son tantas, y es como que estoy algo cansada de estar en alerta constante ante todo, estoy cansada de esforzarme tanto en cosas que parece que no le cuesta ningún trabajo al resto del mundo, estoy cansada de autosabotajes perfectamente planificados, de la lentitud de los procesos y de mí misma, pero es muy extraño todo porque, pese a estas sensaciones, tampoco diría que estoy mal, o no del todo, estoy en construcción, y el hecho de ser tan consciente de que el proceso de evolución en el que me encuentro no tiene retorno me asusta a veces porque ni yo misma sabría especificar en qué tipo de persona me estoy convirtiendo, conservo algunos aspectos importantes para mí, pero el resto está totalmente en demolición y no sé si son cambios a mejor o a peor, a veces intento observarlo todo desde la curiosidad y contemplar lo que va sucediendo, pero me cuesta demasiado, ojalá que este tipo de cosas fueran como los estudios y se pudieran mejorar en una biblioteca, pero creo que por eso mismo me cuesta, porque la única forma de mejora es la de salir de tu espacio seguro y atreverte, me encantaría algún día ser capaz de hacerlo siempre del todo, sería súper feliz.
En fin, no sé muy bien a dónde voy, estoy ya en un momento en el que estoy improvisando o inventándome formas nuevas de intentar llegar a algo, aunque no todo es malo, a veces entre las montañas, entre el furioso temporal y entre el conjunto de miedos aparece un área de servicio con vistas bonitas a un campo de flores y con personas con historias increíbles a sus espaldas, tal vez lo que necesito no sea más que eso, volver a encontrar otra área de servicio y ponerme a bailar entre las flores con la seguridad de que recordaré como se hacía.
Como de costumbre... yo que sé... sé que esta expresión no es nada poética, pero me define perfectamente en muchas más ocasiones de las que me gustaría.
jueves, 10 de junio de 2021
La nostalgia del presente serán las historias que nos emocionen en el futuro
Tal vez los tristes somos nosotros y no los Domingos, tal vez los Domingos no sean más que un recordatorio de que la semana ya ha terminado, y tal vez en ella hayamos vivido las últimas veces de momentos en los que siempre querremos quedarnos cinco minutos más.
Tal vez esta vez quieras tener ese último baile, y que sea conmigo, y que quieras abrazarme como solías hacer tiempo atrás, y tal vez yo quiera ese abrazo, que coño…me muero por recibirlo.
Tal vez la vida algún día nos permita encontrar las formas de quedarse, las formas de estar, los 5 minutos más antes de partir, las formas de poder realizar esa llamada y ser lo suficientemente valiente como para reconocer que, aunque no tenga ni la menor idea de cómo se sale de este punto, quiero salir de aquí junto a ti, que me da igual que esto no sea un "final feliz", pero molaría encontrar otras formas para no perder por el camino aquello que nos hizo felices.
Tal vez ocurra; en otro momento, en otro espacio y en otra historia, tomaremos café con leche y unas pastas de chocolate como las señoras fetén que siempre fuimos y hablaremos de cómo la gente tenía razón, que la vida no se acababa en esa despedida, sino que empezaba ahí, y joder ojalá que tu ausencia no hubiera sido parte de ese comienzo, pero es que tal vez todo esto era necesario para poder ahora contarte la infinidad de aventuras y viajes que viví, tal vez todo esto era necesario para valorarte y valorarme y para ser consciente de que a veces esa foto de tu cartera puede conservar más magia que el trébol de cuatro hojas que todos aspiran encontrar sin darse cuenta que lo llevamos aquí dentro.
Tal vez la vida son etapas y tal vez se pueda volver a algunas de ellas sin que eso implique retroceder, tal vez el mundo es un lugar fácil y los complicados somos nosotros, tal vez sí hay vida después del fin del mundo, tal vez la otra cara de la luna no sea tan distinta a la que vemos, tal vez los abrazos de despedida no son abrazos de despedida, sino el primer abrazo de una nueva historia, tal vez la otra cara de la moneda es la que necesitabas contemplar, y tal vez desde ahí no te quieras ir, tal vez quieras quedarte, y tal vez, sólo tal vez, yo quiero que te quedes.
viernes, 4 de junio de 2021
Cajas de música
domingo, 30 de mayo de 2021
El equilibrio perfecto es que el caos te enseñe a bailar.
sábado, 29 de mayo de 2021
Pequeñas cosas e instantes que me hacen feliz ✨
lunes, 24 de mayo de 2021
Estimado Mario Benedetti:
domingo, 23 de mayo de 2021
Insomnio rutinario
Yo a estas alturas ya no sigo una dirección concreta aquí dentro ni un camino bien marcado, a veces me gustaría tenerlo, pero al final acabas cayendo en la cuenta de que tú eres quien marcas gran parte del recorrido.
Estoy improvisando sin saber exactamente cómo lo hago, estoy intentando cuidarme algo más de lo que lo hacía, pensar menos o que hacerlo no me suponga tanto desgaste e intentar, demasiado despacio para mi gusto, abandonar todo lo que está en un nivel demasiado superior al mío o lo que me haga sentir defectuosa, me niego a creer que lo sea, soy rara y complicada, pero defectuosa ya me suena muy mal y no quiero echar por tierra los logros que llevo ante la opción de esa alternativa.
Ojala que aquí dentro se pudiera lograr el mismo silencio que el de fuera, ojalá que mágicamente las cosas fueran más fáciles o que me dieran sino un manual de primeros auxilios, se supone que debería estar feliz y emocionada por terminar una etapa, sé que estoy camino de volver a serlo, pero todavía no lo he conseguido, me encantaría ver, como si esto fuera una ruta por el campo, una marca blanca en alguna de las piedras como señal de que voy bien, en verdad no sabría decir si voy bien o mal, como ya he dicho estoy improvisando, estoy haciendo las cosas lo mejor que puedo en cada momento, desde fuera no es suficiente, pero a mí me sirve para mantenerme por ahora.
Todo el mundo me habla del tiempo, dan por supuesto cómo estoy en cada momento cuando ni yo misma lo sé y si no sonrío lo suficiente me dicen que estoy rara mientras inician un discurso existencialista que seguro que ni entienden ellos mismos.
A veces me gustaría que alguien quisiera saber qué he comido hoy tan sólo por acabar hablando de cómo ha sido el día, sin normas ni juicios precipitados, no sé...
Tengo ganas de ir a la playa y escuchar durante horas las olas del mar, en algunas ocasiones he conseguido sólo escucharlas a ellas y eso es exactamente lo que necesito ahora para poder dormir algo.