lunes, 18 de octubre de 2021

El reencuentro más temido de todos.

 

Y ahí estábamos, en un completo silencio esperando despertar en cualquier momento. 

Las paredes habían dejado de ser paredes y esa clase ya no era sólo una clase más, sino que la sentíamos como el lugar más especial del mundo. El aire estaba cargado de una nostalgia que dolía mucho aquí dentro y de una ilusión que hacía tiempo que no experimentábamos juntos. Tenía tanto miedo a este momento..., a experimentarlo, a exponerme a él, y sobre todo, a sentirlo, tenía mucho miedo, pero aquí dentro una niña se moría de ganas y de ilusión por volver a sentirlo bien dentro de ella, por dejarse envolver durante unos minutos y por emocionarse sin control porque joder, que felices me hicieron y que felices me hacen. 

Les observé ahí sentados, a todos, a los que estuvieron, a los que estaban y a los que estarán y fui la persona más feliz del mundo de nuevo aunque estuviera muerta de miedo. Lo necesitaba urgentemente, aunque no me hubiera atrevido ni a imaginar cómo sería este instante. Necesitaba exponerme a ello de nuevo, recordar todo lo vivido, volver a sentirlo de nuevo con toda la intensidad posible, emocionarme al ser consciente de quien era cuando entré por primera vez aquí y quien soy ahora, y también, con el corazón a tres mil por hora y la piel de gallina, decirles que les quiero, que les he querido con todo mi ser y que les voy a querer siempre, pase lo que pase, no puedo no quererles porque aquí dentro he sido la persona más feliz del mundo, aquí dentro he sentido más amor del que creí que era capaz de sentir, y aquí dentro también crecí y evolucioné poco a poco, paso a paso, a veces con dolor, otras con ilusión, pero me convertí y me sigo convirtiendo en una persona de la que me siento orgullosa y a la que cada vez admiro más. 

Estas personas que tengo a mi lado me han dado toda una vida en sólo unos años, no podría contaros todo lo que significaron y significan para mí porque algunas cosas no puedo ni explicarlas si no es abrazándoles bien fuerte, pero entre esa multitud de regalos que me hicieron, y que guardo bajo mi almohada para no tener pesadillas, está el amor que sentí y que siento al verles felices y al verles  quererme tan bien como lo hicieron y como lo hacen. 

Durante mucho tiempo pensé que todo esto desaparecería, que pasado un tiempo todo caería en el olvido, pero me equivocaba, pasará el tiempo y habrá despedidas seguro, ojalá que no, pero las habrá como procesos naturales que son de la vida, pero es que nos queda todo lo que sentimos y lo que yo siento ahora al ver la palabra reencuentro escrita en la pizarra, nos queda todo el amor que sentimos aquí dentro, y por eso soy feliz, aunque la nostalgia me haya impedido hablar sin ponerme a llorar, soy feliz porque, estén o no a mi lado, yo les tengo aquí dentro abrazándome ya para siempre y eso me hace muy feliz.


No hay comentarios:

Publicar un comentario