jueves, 1 de julio de 2021

Sabor a primavera


Beso unos labios temblorosos mientras mis manos sujetan el rostro de alguien que nunca antes había dicho un "Te quiero" en voz alta; me pierdo en cada centímetro de tu piel mientras tus ojos me leen un cuento de buenas noches con final feliz.

Me preguntas qué es lo que te estoy haciendo, te respondo que no estoy segura y sonreímos como dos niñas pequeñas al contemplar la magia ante sus ojos mientras los miedos se hacen pequeños. Me gustaría quedarme a dormir aquí, sentir que no existe un lugar mejor, que mañana sea tu sonrisa lo primero que vea al despertar y que las ganas de besarla sean tantas que hasta no sea suficiente con un beso. Mi nariz choca con torpeza con la tuya y nos reímos, es una risa nerviosa y con algo de miedo habitando en su interior, ¿dónde está la trampa?, dibujas con tu lengua un corazón en mi pecho y lo besas después, cierro los ojos y un pequeño gemido se cuela en tu interior confesándote que aquí dentro todo se está derritiendo velozmente.

- Tengo miedo, sé que esto no va a salir bien.

- ¿Y si sí?.

Entonces nuestros ojos se humedecen sin dejar de mirarse al imaginarlo y nuestras sonrisas se transforman en el beso más precioso de aquella plaza abarrotada de gente, vuelvo a besarte y me muerdes con ganas de hacerme tuya mientras mis dedos se pierden en tu pelo queriendo tenerte bien cerquita de mí, tienes un sabor que hace imposible no volver a besarte, sabes a ese final feliz que probablemente no llegue nunca, sabes a planes de futuro preciosos, a los veranos de nuestra infancia y a una cita que jamás será recordada por nadie más que nosotras dos.

Tal vez el amor no sea tan complicado como parece y sean los miedos los que nos hacen verlo como algo difícil de gestionar, porque sentirlo es muy fácil, tanto que hasta nos sentimos algo ridículas de no poder explicar por qué estamos sonriendo en silencio.

Empiezan a brillar tus ojos en mitad de la oscuridad de la noche y los míos se vuelven completos adictos de esa forma de mirar que tienen, afirmas con seguridad que se debe a esas cervezas de hace unas horas y al hecho de no haber comido nada, te susurro escondiendo mi rostro en tu cabello que sé que esa no es la razón de ese brillo constante de tu mirada; menuda suerte, menuda putada, según por donde se vea, entonces vuelvo a besarte, a sentirte y a saborearte, sabes a todo aquello que prometí no volver a permitirme sentir, ¿qué estoy haciendo?.

Ten cuidado, hay zonas de aquí dentro que aún duelen, entonces las acaricias con tanto amor que las cicatrices se vuelven puentes hacia nuevos mundos, me regocijo en tu pecho, me abrazas y sonreímos a la vez.

¿Qué estamos haciendo?.


No hay comentarios:

Publicar un comentario