viernes, 2 de julio de 2021

El arte de estamparse y salir volando


Antes creía que eran antónimos, Incompatibles, y que si uno ocurría ya era imposible que el otro pudiera suceder en el mismo instante, pero me equivocaba, la magia a veces puede hacer que se mezclen de tal forma que sea complicado distinguirlos desde fuera.
A veces te estampas y sigues después recorriendo nuevos territorios desconocidos, a veces crees que estás despegando, pero en realidad estás aterrizando en un nuevo reino, y la gran putada o la gran suerte es que esto sólo puedes descubrirlo una vez que estás dentro de ese laberinto que es la vida y del cual nadie tiene ganas de salir. 
Tenemos miedo a que todo se nos vaya de las manos, a esa gran ostia o a ese despegue por el temor a lo que viene después y a que no nos quede otra que descubrir lo desconocido, miedo a querer volver y no poder, pero eso solo es señal de que no fue sólo un viaje rápido, sino un gran viaje, uno de esos en los que terminas descubriendo a una persona increíble cuando te ves en el espejo, y es por eso mismo, por la posibilidad de que estés a punto de comenzar un nuevo viaje, una nueva aventura, aún sin saberlo, por lo que no deberíamos tener tanto miedo a los finales alternativos, ni a los golpes, ni a los rasguños, ni a las despedidas, pues es ley de vida pasar por ahí para conquistar nuevos reinos.
Nos hablaron mucho de finales felices, de evitar cualquier tipo de dolor o imprevisto y de los extremos de lo correcto/incorrecto para asegurarte llegar a un destino, el cual es el mismo para todos.
Lo que podemos decidir en parte es nuestro recorrido y el nivel en que nos dejamos atrapar por cada emoción y cada instante del viaje; no tengas miedo a estamparte, a escaparte si lo necesitas, a despedirte o a romper todos tus esquemas al comprobar que ninguno te sirvió, todos acabamos improvisando en mayor o menor medida, y al final es así, probando, quitándole seriedad y miedos a todo descubres una nueva puerta, un mundo escondido en el interior de cualquier viejo mueble o una nueva perspectiva que te permite alcanzar un nivel de libertad al que no podrías haber llegado si no se te hubiera ido todo a la mierda, así que confía en mí, y sobre todo en ti, no te has perdido, no vas a sentirte cómo te sientes ahora siempre, tan sólo has elegido un camino que nunca antes te habías atrevido a recorrer, es normal que todo se desestabilice, que pierdas el equilibrio y que creas haberte perdido a ti misma también, pero no es así, esto tan solo es el tiempo en que frenas, en que te paras a observar los daños, tu alrededor, y descubres que estás volando, aún sin llevar un paracaídas en la mochila de tu espalda, pero como ves era necesario saltar, atreverse, y no siempre vamos a ser capaces de dar ese pequeño gran salto, a veces los miedos vuelven a hacer de las suyas.
Pero si has saltado, si vas dentro de ese vehículo a toda velocidad con una lista de canciones nuevas, si has sido capaz de despedirte sin mirar para atrás, si has salido de casa aún sin saber con seguridad hacia dónde ir créeme, lo más complicado ya lo has hecho, ahora solo disfruta, abre mente y corazón y siéntelo todo tanto como puedas, mañana con seguridad eso será lo único que nos quede, así que disfrutemos del viaje y no tengamos prisa por llegar, pues el destino siempre es lo de menos, y en este juego de la vida nadie quiere llegar primero.

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