domingo, 16 de mayo de 2021

No arregle la ventana, me gusta así


No voy a volver a ser la de antes, así que dejar de pedirme algo imposible, lo siento, a mí en ocasiones también me gustaría volver a ser la de hace un tiempo, pero hace unos días descubrí que no voy a volver a ser la de antes nunca más, suena drástico, lo sé, y no sabéis el miedo que me provoca decirlo en voz alta, pero a la vez sé que este momento, esto que siento ahora era inevitable, si os sirve de consuelo mantengo en mí ciertos detalles, ciertos gestos y ciertas fantasías con las que me gusta jugar y viajar en mi tiempo libre, aunque hasta ellas han cambiado.
No puedo hablaros mucho de quien soy ahora mismo, estoy en reconstrucción y todavía hay cajas de cartón que no me he atrevido a abrir, voy poco a poco, el miedo ralentiza mucho mi ritmo y en varias ocasiones me obliga a parar y respirar, pero luego sigo con ello y voy observando, a veces con curiosidad y otras con tristeza, que hay en el interior de esas cajas; esto sí que son obras desde cero.
Hay algunas cuantas paredes que he decidido mantener, pero el resto hay que destrozarlo todo para volver a construir, por ahora sólo tengo esto que ves, un montón de cajas de cartón y cuatro habitaciones vacías en cuyas paredes he pintado flores de colores para que parezca un lugar más acogedor, he salido a conocer el lugar y he descubierto un precioso campo de amapolas, suelo pasar horas bailando entre ellas con los ojos cerrados, me encanta hacerlo, es como volar.
También he conocido al nuevo vecindario y me he sentido bien al ser consciente de que cada vez hablo menos del ayer y vuelvo a hablar ilusionada de planes y sueños futuros, me sirve como prueba de qué, aunque sea demasiado despacio, voy convirtiéndome de nuevo en alguien a quien cada vez tengo más ganas de conocer. 
También he recibido visitas de dos o tres personas que llevan años aquí cerquita y me han hecho reír durante horas, hacía tiempo que no lo hacía y he sido feliz.
En mi nevera he encontrado una nota pegada con un imán: "Lo estás haciendo muy bien, no tengas miedo, estoy aquí cerquita por si me necesitas" -Mamá-, me ha hecho sonreír mucho, pero no se lo he dicho, debería hacerlo, lo sé.
Hace unas semanas me di cuenta que una de las ventanas no cierra bien y hace un pequeño ruido cuando el viento está furioso, ayer en una de las agendas que tenía guardadas leí una de esas frases de Mr. Wonderful tan escuchadas que ya ni efecto tienen: "Cuando una puerta se cierra, una ventana se abre", tal vez por eso la ventana no cierra bien, hay unas vistas impresionantes desde ella y el color rosado de las nubes al anochecer te hace no poder dejar de mirarlas.
Esta noche, mientras volvía a ver una de esas películas de las que ya he perdido la cuenta sobre el número de veces que las he visto, apareció por mi ventana uno de los dragones de mi reino que durante años ha estado aquí cerquita.
- Majestad, dígame por favor que no estabas viendo la misma película de siempre.
- Esta ya iba a ser la última hasta nuevo aviso- le digo rápidamente sabiendo que no debería estar haciéndolo. 
- Estoy seguro de que todavía no has salido de casa, y ni habrás conocido a todas las nuevas personas y seres mágicos de los alrededores, ¿me equivoco?.
- Puff, que pereza, prefiero quedarme aquí, ya tendré tiempo para salir a nuevos lugares y además sabes que el rollo de los vínculos y todo eso no se me da nada bien.
Suelta entonces una carcajada sonora que resuena en el piso.
- Bueno, así es más divertido.
Le miro con cara de pocos amigos por el comentario.
- Estoy seguro de que hay muchísimos reinos por descubrir, no voy a obligarte a que tengas ganas de salir, pero por favor, dale una oportunidad a este sitio y a ti.
Me subo entonces sobre su lomo húmedo por el tacto de las escamas y me acurruco sobre él por el viento gélido de esas horas, las nubes quedan por debajo de nosotros y sólo se observa a lo lejos un campo lleno de amapolas.
Miro un momento antes de irnos hacia el interior del piso y observo mi capa de superheroína apoyada en un viejo sillón y unas paredes llenas de flores pintadas con colores tan vivos que me siento como si estuviera a punto de empezar una nueva aventura totalmente diferente a las anteriores.
Me acerco al oído de mi dragón, le doy un beso y le susurro:
- A conquistar el mundo pequeño.

Y entonces salimos volando de allí mientras gritamos de alegría sin saber exactamente el motivo, pero con infinidad de ganas de ir descubriendo este nuevo reino al que acabo de llegar. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario