sábado, 1 de mayo de 2021

Jaulas de papel

Entra, hay café recién hecho. 
No te esperaba, pero aquí estás, esperando como una niña pequeña ilusionada que quiera acostarme contigo aunque ambas sepamos que sólo es una mera distracción de todo lo que hace ruido ahí fuera.
¿Qué coño estamos haciendo?
Observo mi reflejo en unas pupilas llenas de amor, amor que no creo merecer y mucho menos corresponder, ya te dije que ando perdida gran parte del tiempo y que soy experta en huidas porque ya he besado el miedo, el jodido miedo a la incertidumbre y ha ganado él.
Te muerdes el labio inferior nerviosa y me dices que sabes perfectamente que esto sólo es un entretenimiento, el pasatiempo de dos niñas que juegan a sentirse queridas sin ser capaces de quererse entre ellas.
Desvío la mirada, busco palabras que prometimos que no necesitaríamos decir, busco por primera vez y desde hace tiempo unos brazos que abracen y que sean el refugio que asegurábamos no querer encontrar en nadie más que en nosotras mismas, y ya sé que te mueres por ser refugio, pero yo no quiero ser quien lo habite, no es esto lo que quiero por muy bonito que parezca desde fuera, créeme ya he visto esta película y no termina bien, pero eso no quita que me haya permitido fantasear con ello unos minutos, aún sabiendo que no quiero seguir aquí.
Me gusta la forma en que me miras, me recuerda mucho a la que yo tenía en otro momento y en otra historia, pero al mismo tiempo no me gusta que me veas así, no lo quiero aunque haya soñado como una idiota durante años cómo sería que alguien te observe como lo estás haciendo ahora tú encogida bajo las sábanas, no quiero nada de esto, no quiero ser la responsable de que a partir de hoy le digas a tus amigos cuando te pregunten sobre el amor que no se te da bien, que no es lo tuyo o que no entiendes mucho cómo va tan sólo por esconder un dolor del que, probablemente, no vayas a hablar con nadie.
Te contaré algo, no es un secreto ni mucho menos, pero nunca se lo he dicho nadie.
En mis ratos libres me encanta fantasear con todo esto que te acabo de negar, fantaseo con que alguien le cuenta a sus amigos que ha conocido a una persona increíble y se refiere a mí, fantaseo con que alguien guarde una foto mía en su cartera con cariño y con recelo, fantaseo con un "quédate 5 minutos más, no quiero empezar a echarte de menos ya", fantaseo con caminar por la calle agarrada de una mano que no me quiera soltar, fantaseo con encontrar la mirada más romántica del mundo y el suficiente nivel de pasión para que por la noche hasta las paredes se queden sin palabras, fantaseo con qué hace frío y alguien te deja su chaqueta como el regalo más especial de todos, fantaseo con conexiones más allá de condiciones, etiquetas o polvos de despedida, y sí, me emociona imaginar que ahora te beso y por arte de magia todo encaja, todo cuadra y nos convertimos sin querer en las protagonistas de esa película romántica que nunca llegamos a terminar, no sé si eso existe o no, si de verdad puede ser real o sólo son personas utilizándose como entretenimiento ante el inexorable paso del tiempo, no tengo ni idea, pero yo no quiero eso ahora, aunque ya sea algo tarde, yo no quiero seguir engañándote, seguir engañándome confundiendo de nuevo realidad con ficción.
Es muy fácil dejarse agarrar las carnes por otra persona, lo difícil es dejarse agarrar del corazón y créeme, sé con seguridad que si lo tuvieras entre tus manos le contarías un cuento de buenas noches y le mostrarías las impresionantes vistas que tiene si se queda, ojalá que le convencieras, ojalá que se quisiera quedar, pero no lo hará, aún deseándolo con todas sus fuerzas.
Te terminas el café mientras conecto con mi mirada todos los lunares y pequeñas marcas de tu cuerpo, me besas, te beso, se nos humedecen los ojos a la vez y todo concluye con "si tú no fueras tú y yo no fuera yo podría haber salido bien".
Me sujetas el rostro, volvemos a besarnos con los ojos cerrados y con un puñado de ganas como si estuviéramos a punto de despertar, como si estuvieran a punto de gritar "¡Corten!" y dar por buena y terminada la última escena de una película que jamás veremos, o no juntas. 
Las sábanas juegan una última vez a ser refugio mientras nosotras nos divertimos creyéndonos superiores al resto de personas que andan enamoradas; te beso, me besas y terminamos como idiotas creyendo que ninguna agarraría el corazón en vez de la carne. 
¿Qué se supone que pretendíamos con todo esto?
Ojalá que te quieran, ojalá que alguien lleve una foto tuya en su cartera, ojalá que alguien quiera quedarse a vivir en ti, pero yo no, yo quiero viajar mucho y muy lejos todavía. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario