domingo, 18 de agosto de 2024

Veranos con sabor a mar


El verano se acaba oficialmente cuando tú también te vas con él, y es una mierda, pero a la vez es una metáfora preciosa el que ambos os vayáis a la vez; tienes ese superpoder de hacernos sentir siempre en verano, independientemente de la estación en la que estemos, y supongo que por eso eres de esas personas con las que ojalá siempre me quede un abrazo pendiente. 

Y aquí estoy, disociada perdida para no pensar en ese maldito último abrazo que sé que no será el último, pero siempre siento algo de vértigo a la semana siguiente a la que te has ido, la jodida siempre consigue pellizcarme en esas partes sensibles de mí haciéndome llorar, pero me encanta ser capaz de olvidar esto durante el verano y vivir cada momento del presente como el último y el más especial de todo el verano.

Eres una personas especial y realmente preciosa, y supongo que, cuando ves esa luz en mí, estás tan sólo viendo tu propio reflejo. Pero no sé, me gusta observar el mundo a tu lado y desde tus ojos, me haces sentir siempre que soy más valiente, más capaz y más revolucionaria de lo que probablemente sea en realidad; he fantaseado una infinidad de veces con verme a mí misma a través de tus ojos, me da curiosidad saber qué es lo que encuentras en nosotras que te hace sentir tan querida y en casa. 

Ojalá siempre tengas ganas de volver a casa, ojalá perder el miedo a mostrarme tal cual soy del todo, ojalá creerme del todo tus palabras positivas hacia mí, ojalá verte sonreír, reír y ser tú en un millón más de momentos, porque es que esa es tu verdadera magia, tu sello, lo que queda aquí cuando ya te has ido. Una esfera de ternura, amor, cuidados, fortaleza, rebeldía y ganas de ponerlo todo patas arriba y bailar y cantar canción tras canción. 

Ojalá siempre nos quede un abrazo pendiente, y ojalá siempre te queden ganas de que ya no esté pendiente. 

Te quiero mucho. 

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