domingo, 15 de noviembre de 2020

Ni los buenos son tan buenos, ni los malos tan malos.


Algo se rompe o desaparece dentro de ti cuando descubres que ni los buenos son tan buenos ni los malos tan malos, cuando eres consciente de que una persona puede quererte muchísimo a ti, pero también es capaz de todo lo contrario con otras.
Y no dejas de querer a esa persona, porque al fin y al cabo a ti no te ha hecho nada, pero sientes como cierta decepción por haber puesto la mano en el fuego por alguien asegurando que jamás haría sentir mal a nadie, y hallando después que, queriendo o no, sí fue capaz de hacerlo.
Y te hablan de vínculos perdidos, de relaciones tiradas a la basura, de punto final, de nuevos capítulos y de que todo está bien, que tú haz como que no lo sabías si te preguntan.
Y es una, otra y otra persona más a las que llevas en el lado izquierdo del pecho y a quien sólo quieres que le vaya todo bien, pero luego resulta complicado creerse ese "todo está bien", venga ya...
A veces nadie dice nada, todo parece exactamente igual, pero no lo es, algo se rompió o desapareció algún día de resaca y no ha vuelto, lo llaman "ser realista", yo lo llamo no ser capaces de cuidar lo que te importa, ya sea por X o por Y.
Y aunque nadie lo mencione claramente, observas como cada parte de lo que se supone que era "familia" elige los componentes de esta y sus caminos, y no puedo ni quiero hacerlo, permanezco callada en el medio mientras me lloran los ojos porque no sé que hacer, estoy cansada de tener que poner cara de póker cada vez que se supone que esto no lo debería saber, y no es que no me guste escuchar lo que piensan las distintas partes, pero a veces me agota un poco todo, y sí ya sé que las cosas cambian, joder que si cambian...
Pero, me gustaría vaciarme del todo aunque sólo fueran 5minutos, confesar todo lo que llevo dentro, lo que pienso, lo que siento, lo que me ocurre, aunque últimamente he decidido evitar tocarlo porque algún que otro día ha dolido, y vaciarlo todo en mis fieles hojas en blanco que escribo apresurada mientras me preparo un ColaCao.
Permanezco inmóvil escuchando distintas historias, distintas versiones, distintos capítulos de varias historia diferentes de las que quiero seguir formando parte, aunque ya no sea la gran historia que prometimos cuidar, el momento es igual que estar en mitad de un campo de batalla lleno de minas.
A mí todo esto me cuesta, porque soy torpe, porque no se me dan bien las personas o porque las putas expectativas e idealizaciones se apoderan de mí más de lo que me gustaría, pero me cuesta mucho este tipo de situaciones.
Así que, consciente o inconscientemente decido alejarme, escapar por miedo y no por decisión, abrazar con toda la fuerza y el amor del mundo esas pequeñas historias en las que estoy inmersa, y es que aunque todo haya cambiado me hace feliz saber que sigo formando parte de ellas.
Sí, a veces las cosas cambian, empezando por uno mismo, como si todo se esfumara y no importara los esfuerzos que hicieras por capturarlo porque tal vez ya es tarde.
Me encantaría algún día ser capaz de vaciarme al completo, hacerlo desde el comienzo para que no resulte tan complicado luego, pero tal vez no es eso lo realmente importante, tal vez tengan razón todos y haya que ser realistas y aceptar que lo importante es cuidar y proteger las pequeñas historias de las que formes parte para, sólo así, sentir tu vida como la única gran historia que debemos disfrutar y vivir con la mayor intensidad posible.

No hay comentarios:

Publicar un comentario