martes, 10 de abril de 2018

El instante en que lo mejor que puedes hacer es alejarte.


¿Os acordáis cuando éramos pequeños y nos caíamos al suelo?.
Te soplaban ahí donde te doliese y te prometían que, poco a poco, el dolor iría disminuyendo, y así era, llegaba un momento en el que sólo recordabas haberte caído por los arañazos de tus rodillas o tus manos, el dolor ya había desaparecido gracias, tan sólo, a que te soplaran ahí donde te dolía.
¿Y si pasa lo mismo con las despedidas?.
Tal vez es esa la razón por la que nos cuesta tanto llevarlas a cabo, aún sabiendo que si no lo hacemos, si seguimos ahí esperando que las cosas funcionen, va a ser mayor el dolor y con ello la herida que después tendremos que ir curando.
 Creo que todo se reduce al miedo que sentimos al ser conscientes de que, tal vez, dejarlo ir sea lo mejor que podemos hacer, en muchas ocasiones esperamos y esperamos, pero, en el fondo es eso, el creer que nos hundiremos o no sabremos seguir si decidimos cambiar de barco en el que navegar.
Es algo así como si dos personas estuvieran tirando de una goma elástica y una de ellas ya la hubiera soltado y nos encontrásemos en ese corto periodo de tiempo en el que no sabemos si soltar o seguir aguantando sabiendo que el dolor será mayor.
Y no estoy diciendo que siempre sea esta la solución, pero, si sentimos en nuestro interior que "ese algo" que antes te impulsaba a seguir ya no está creo que lo mejor es ser valientes por nosotros mismos y por esa persona que hace tiempo que ya no está (aunque esté a tu lado) y dejarlo ir, ser valiente y no impedir la caída, que sí, que vamos a tener que pasar por ese momento de dolor al que tanto tememos, pero, aunque os parezca increíble, alguien o vosotros mismos soplaréis ahí donde se encuentra la herida como si se tratase de una de esas veces en que nos caíamos de pequeños e iremos sintiendo como va pasando, aunque sea lentamente, y nos daremos cuenta que a veces para seguir hace falta ser valientes y dejar que ese dolor nos invada hasta cuando creamos que no podemos aguantarlo más y ahí, justo en ese instante, será cuando te darás cuenta que hay cosas, personas o momentos que no tenemos porque olvidarlos, pero, sí dejarlos ir para dar paso a nuevas aventuras, pues hay circunstancias en las que hay que dejar ir aquello que más crees necesitar para darte cuenta que lo único que necesitas para poder seguir y avanzar es ese sentimiento de confianza en ti mismo.

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