martes, 13 de marzo de 2018

Resaca Rutinaria.


Enciende la luz para observarse, y en el espejo ve al monstruo que cuida de ella cada noche y que nadie conoce.
Ella es melancólica y explosiva, como un poeta que se echa a reír, como un mordisco lento mientras lloras; así es como la conocen todos los que están a su lado, así es como se muestra al mundo.
Hoy, ha sucumbido a los encantos de la nostalgia en una noche de cielo descubierto que se va nublando, despacio, a causa de las lágrimas que intenta esconder sonriendo constantemente.
Hoy; mientras todos reían, hablaban y saltaban ha llegado a tocar fondo sabiendo que sólo quedaba andar, y ha gastado tanto la suela de sus zapatos que ha decidido pararse y empezar a soñar con los pies en el suelo, mientras ríe a carcajadas de este siniestro.
Se mira al espejo, de nuevo, demasiada resaca para tan poco alcohol, vomita las últimas mariposas muertas y se toma una aspirina como si en ella fuese a hacer efecto.
Los cigarros ya no le saben a nada, enciende otro y pasa lo mismo, y pasan los días, y con ello, el tiempo.
Y ella sigue ahí, pidiendo auxilio a gritos sin que nadie se de cuenta...
       Hoy se ha vuelto a mirar en el espejo y, esta vez, no ha sabido reconocerse entre tantas gritas, entre tantos arañazos.
                                               

No hay comentarios:

Publicar un comentario