Yo no sé si la vida es una noria o más una montaña rusa sin arnés, pero quiero más vueltas, más emoción, más verdad y vida estallando entre mis manos, solo así bajaré de aquí sintiendo que ha merecido la pena, que he vivido sin pensar en que esta, tal vez, fuera la última vuelta.
Me aburre el "sí, pero no", el desinterés, las medidas de precaución, las distancias innecesarias y el esfuerzo por aparentar neutralidad cuando dentro de nosotros están ocurriendo cosas preciosas.
No cariño, a ti no te sobra intensidad o ganas de abrazar, querer o sentir, es al resto al que, en muchas ocasiones, le falta valentía, ganas, emoción y verdad; no podemos pretender pasar de puntillas o con la armadura siempre puesta, pues eso es sobrevivir, y nada tiene que ver con vivir de verdad. Si quieres llegar a otros debes permitir que otros también lleguen a ti, y claro que entiendo tus miedos a esto, no siempre serán caricias, besos o cuidados lo que recibas, pero te diré algo.
Tras muchos llantos, miedos, introspección y reflexión he vuelvo a la misma conclusión que la que ya he llegado en varios momentos pasados; no quiero una piel intacta por cobarde, prefiero un cuerpo vivo, real y con algunas que otras cicatrices por valiente, nunca he destacado por mi valentía, desde pequeña siempre he sido una niña muy miedosa, sobre todo a las personas externas, pero aún con este puñado de miedos, difíciles de gestionar a veces, quiero seguir atreviéndome a saltar al vacío un millón de veces más.
Quiero tanto amor que explote en mi interior, quiero besos, muchos besos, quiero no olvidar nunca cómo se salta en los charcos, quiero abrazos que me salven algunos días y que me lancen hasta las estrellas en otros, quiero un polvo salvaje, un mordisco deseado y una caricia que me haga sentir de todo por dentro, quiero querer y que me quieran, mucho y bien, quiero bailes con mis amigas, el sonido de sus risas de fondo el resto de mi vida, quiero jugar al escondite con mis propios miedos y aprovechar para salir corriendo por un campo lleno de flores, igual que Amaia en la serie de "La Mesías", quiero cuidar y cuidarme, y nunca olvidar que estoy viva, que sigo viva y que soy libre, mi libertad será la prueba de vida más real que tenga.
Hay algo precioso, y con cierto grado de adicción, en salir ahí fuera sin armadura ni arnés y pronunciar un "te quiero", llorar al descubierto o dejar que otros vean lo que llevas por dentro; tengo miedo, pero quiero seguir siendo así, como soy.
Aún queda mucho que trabajar aquí dentro, algunos días los miedos me ganan terreno y consiguen hacerme llorar muy fácilmente, últimamente la ansiedad me roba mucha energía y por las noches no puedo dormir sin imaginarme a alguien abrazándome o sin pensar en algún momento bonito, pero no pasa nada, porque sigo viva, sigo creyendo en él amor y deseando que me saque a bailar de mil formas distintas, voy bien.
Baila pequeña, si se pone a llover sal ahí fuera y baila mientras saltas en los charcos, solo así, si esta es la última vuelta, te llevarás una historia preciosa llena de amor, emociones y vida, este es uno de tus superpoderes, cuídalo.
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