Me cuesta confiar en el proceso de las cosas, sobre todo en el de esas cosas que están ocurriendo aquí dentro, me suele ayudar pensar en ellas y sentirlas a mi lado, siempre están muy cerquita de mí, aunque a veces me siga sintiendo algo sola en una habitación demasiado grande, pero sé que están aquí.
Me imagino el sonido de sus risas entremezcladas y, durante unos minutos, todo parece realmente sencillo.
La vida siempre me resulta mucho más preciosa cuando les escucho reír o cuando nos pasamos días jugando, descubriendo nuevos lugares y queriéndonos de esa forma tan natural y bonita, cada una tiene en su interior una galaxia de colores preciosos, y yo me siento realmente afortunada cuando tengo la oportunidad de conocer un poquito más cada uno de sus reinos.
Una de ellas es también la persona que me tiene enamorada perdida desde hace años, tiene algo tan bonito en su interior... a veces sigue consiguiendo, con tan sólo una mirada, ponerme esa tonta sonrisa que nos sale cuando somos muy felices y que me encanta que me bese a cámara lenta, como si estuviéramos en la película más romántica de todas.
Todas ellas me han ayudado a construir nuevos castillos aquí dentro, me he emocionado al verlas a ellas con más ilusión que yo en sus ojos ante el resultado, me encanta la infinidad de cuidados y formas diferentes de decirnos "te quiero", hacemos un buen equipo cuando estamos juntas, y por eso escuchar sus risas hasta el último suspiro siempre será una de mis más bonitas fantasías, uno de mis mayores sueños.
Les quiero mucho; no sé muy bien cómo lo hacen, pero siempre me ayudan a acercarme a la mejor versión de mí misma. Cuando les echo de menos recuerdo que por muy lejos que estemos seguimos viendo la misma luna y eso, de alguna forma, me hace sentirlas un poco más cerca de mí. A veces en los días de bajón recuerdo sus mágicos abrazos antes de quedarme dormida y, entonces, sonrío sin querer porque sé que, aunque no todos los días vayan a ser buenos ni la suerte vaya a estar siempre de mi parte, ellas siempre van a estar muy cerquita de mí, a la izquierda de mi pecho y besando y queriendo sin parar a una niña ilusionada que no deja de saltar y a una mujer emocionada al sentir tanto amor y ternura en su interior.
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