domingo, 10 de enero de 2021

En reconstrucción


Los finales felices solo ocurren en las películas, porque en la vida si hay finales no se experimentan nunca como felices, nadie quiere abandonar los sitios donde fue muy feliz por miedo a no poder regresar después y, sobre todo, por un temor irracional a no encontrar nuevos lugares en los cuales alcanzar esos niveles de felicidad.
La vida es esa montaña rusa de emociones, sentimientos, situaciones y personas que nunca deja de cambiar hasta el último de tus días, y en algún momento por mucho que lo evites debes enfrentarte a ello, a los cambios.
Empiezas por pequeños cambios que te dan algo de vértigo y un día, sin simulacro previo y sin ningún paracaídas a tus espaldas, debes aceptar el cambio que más miedo te provocaba.
Sentir como todo se desmorona a tu alrededor, como vuelves a sentir que todo desaparece y que aún estado ocurriendo delante de tus ojos te quedas ahí con unas ganas inmensas de dentrozarlo todo y de gritar tanto que hasta se rompan los cristales, pero solo se escucha silencio, un silencio lleno de ruido.
Dentro de un tiempo mirarás hacia atrás y te darás cuenta de que todo esto era necesario...
¿Necesario para que?
Necesario para comprobar que ese no era el fin del mundo, aunque así lo experimentases, que el dolor cuando no te mata te hace más fuerte, y necesario para aprender a relativizar todas las etapas en las que te sientes perdida, pues, al fin y al cabo, tal vez tengan razón en que hace falta perderse varias veces para encontrarse después.
Comenzamos etapas y terminamos otras, conocemos personas, muchas pasajera, un puñado que te dejan una parte de ellos ahí dentro y alguna que otra cuidándote hasta cuando creas que no lo están haciendo.
Este momento tiene sabor amargo a despedida y no sé como se abrazan este tipo de instantes, no sé como se hacen estas cosas y mucho menos como les parece tan fácil al resto.
Hay etapas y etapas, y todas pasarán de largo mucho antes de lo que nos imaginamos, ¿por qué solemos olvidar esto en las noches complicadas?
Y por supuesto, en esa película de Domingo los personajes acabarán juntos porque como buena película es lo que debía ocurrir, y porque joder, se merecen ser felices.
Y yo ahora estoy así, algo perdida, demorándome en muchos momentos, llorando en tantos otros por el miedo que siento en ocasiones e intentando adaptarme a eso mismo, a la vida.
Pero sigo creyendo y recordando que esto es una mala etapa, pero no una mala vida.
Que volveré, volveré a bailar por las calles, volveré a cantar aunque lo haga de pena, volveré a ilusionarme por cada pequeña tontería que no es una tontería, volveré a hacer que todo vuelva a encajar y volveré a escribir, sobre nuevos lugares, nuevas personas, nuevas historias dentro de la misma historia, volveré a ser muy feliz y tal vez, sólo tal vez ahí descubriré que todo esto era necesario.
Esto no tiene nada que ver con las películas, aquí las personas somos mucho más difíciles y más complejas, aquí no todos los finales son felices, pero son reales, esto que esta sucediendo es real y las despedidas y finales son imprescindibles para nuevos reencuentros y comienzos, nos merecemos volver a ser felices, nos merecemos sentirlo todo tanto como podamos, nada es para siempre y esto también pasará, pero leí una vez que somos lo que dejamos en los corazones de los demás y lo que los demás dejan aquí dentro, así que por favor, sentid tanto como podáis y descubrir nuevos lugares y nuevas personas.
Estoy muerta de miedo, yo no había sentido con tanta intensidad esto antes y no sé como se hacen estas cosas, pero escribo, escribo lo que sucede aquí dentro y algo me hace sentir mientras lo hago que es una mala etapa, pero no una mala vida, y que todo esto sólo es el puente a una nueva aventura, a una nueva historia, todavía no estoy lista, pero sé que lo estaré en algún momento. 

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