sábado, 9 de enero de 2021

Almohadas rellenas de plumas

 

Yo estoy segura de ello, de que nuestros abuelos y abuelas tienen algo que ver con esto.

Admitámoslo, todos hemos estado últimamente algo tristes como si estuviéramos de resaca de lo que fue el 2020, algo apagados, algo alejados y algo raros que nos impide decir qué nos pasa con exactitud; y esto ellos lo saben, los abuelos lo saben todo como siempre y, obviamente, no se iban a quedar con los brazos cruzados al saber esto.

Así que empezaron a jugar todos allí arriba con almohadas rellenas de plumas y todavía siguen haciéndolo hasta asegurarse de que todos hemos perdido ya el número de veces que hemos sonreído estos días al ver nevar.

Y claro que hacía muchos muchos años que no nevaba tanto, pero este año ha ocurrido porque son muchos los abuelos y abuelas que se han ido antes de tiempo, pero al menos podemos estar seguros de que allí arriba están bien y que nos siguen cuidando y queriendo como siempre han hecho.

La nieve me pone feliz y últimamente son pocas las veces que me siento así, me pone muy feliz porque todas las personas vuelven a su ser; todos dejamos las pantallas en casa y salimos simplemente a jugar con la nieve, a hacer un muñeco de nieve o un ángel en el suelo.

Es como retroceder en el tiempo al momento exacto en que teníamos ganas de jugar con nuestros amigos, en que nuestra mayor preocupación era si habían mandado deberes para mañana y el mayor dolor el de nuestras rodillas raspadas por no haber aprendido a avanzar todavía sin ruedines; la nieve me pone feliz porque trae a este mundo muchos aspectos preciosos del mío.

Nuestros abuelos y abuelas siguen sacudiendo con fuerza esa almohada llena de plumas, con cada una de ellas va un "te quiero", un "sigo contigo", un "todo va a ir bien".

Los abuelos son más mágicos que la Navidad y este es su regalo, algo tan sencillo y tan especial como la nieve, disfrutémosla al máximo antes de que se vaya, pero quedémonos con lo que sentimos al jugar con ella; quedémonos con el recordatorio de que es/fue una mala etapa, pero no es una mala vida, quedémonos con la seguridad de que nuestros abuelos y abuelas están bien ahí arriba, y que aunque se fueron antes de tiempo nos siguen cuidando y queriendo como siempre han hecho, salgamos ahí afuera y hagamos tantos muñecos de nieve que consigan emocionarles haciéndoles llorar por lo orgullosos que están de nosotros, se lo debemos.

Gracias a todos los abuelos y abuelas por este regalo tan precioso y especial y, sobre todo, gracias a ti abuelo, que llevas años cuidándome y queriéndome desde ahí arriba como nadie ha hecho nunca, te echo mucho de menos en ocasiones, pero te siento aquí cerquita.

Gracias ❄💫

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