miércoles, 1 de julio de 2020

Hoy me siento orgullosa de mí misma y quería contároslo


Y esa niña, contra todo pronóstico, sobrevivió, fue valiente, luchó como la guerrera que siempre fue; respira hondo y vuelta al ruedo, lo hizo y lo sigue haciendo cada día porque en las paredes ya no quedaba espacio libre en el que no hubiera escrito todo lo que llevaba dentro, pero se dio cuenta que eso no era suficiente, el oxígeno empezaba a escasear, los miedos y monstruos de hace unos años acechaban cada noche bajo su cama, algunos externos, otros generados por ella misma y de los cuales ya había perdido el control.
En más de una ocasión su cuerpo le suplicó de distintas maneras una pausa, una caricia o un mejor trato, pero nada de eso ocurrió, las inseguridades te hacen mierda la cabeza.
Y los días pasaban, los miedos y monstruos crecieron, se hicieron fuertes mientras ella hacía lo contrario hasta tal punto de perderse de nuevo en laberintos de los cuales creía recordar donde estaba la salida, pero no era así.
Aquí dentro hacía frío y negaba continuamente su existencia creyendo que así pasaría antes, creyendo que así no dolería tanto.
Pero, como ya os he dicho, fue valiente, fui valiente y volví a mirar aquí dentro, me alejé de todos y de todo y observé, se notaba que hacía tiempo que no lo hacía.
Ya os dije que las recaídas son inevitables, ¿no?, pues eso.
Destrocé la paredes, rompí las ventanas y grité, grité porque no podía más, porque necesitaba salir de aquí y lo hice, a veces con algo de ayuda, otras por mi cuenta, me disculpé con la chica del espejo y lo sigo haciendo todavía, creo que esta vez nos llevará más tiempo.

Y la verdad, ojalá todo hubiera sido más fácil en ocasiones, pero el hecho de que no lo fuera me hizo conocer a una persona realmente valiosa y fuerte, me ha dicho que tiene miedo, que me tiene miedo porque le he juzgado en demasiadas ocasiones sin darle la oportunidad de defenderse, estoy ganándome su confianza y quiero ir despacio, pero en cuanto lo consiga volveré a colocarme en el centro, a ser valiente, a romper las paredes y volver a alzar el vuelo, porque contra todo pronóstico lo conseguí, sobreviví de mí misma y de mis monstruos nocturnos, y sé que aún queda mucho por hacer, pero me siento orgullosa de lo que llevo.

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