sábado, 25 de julio de 2020

Lo mismo de siempre


Hola, te echo de menos, llevo casi media hora buscando alguna excusa para escribirte y poder esconder ese "te echo de menos", pero no se me ha ocurrido nada y yo sigo echándote de menos.

Enviar

Joder, parece hasta fácil darle a "enviar", pero no lo haré, esta vez no, no se me dan bien las pantallas y seguro que me arrepentiría al instante, así que he decidido elegir alguno de mis dragones o coger mi escoba mágica y viajar allí donde estés para darte el maldito abrazo que nunca creí que me haría llorar tanto el pensar en él.
Llego en 5 minutos, a no ser que ya estés tú viniendo.
Estoy bien, en serio, estoy bien, pero me siento sola más de lo que me gustaría, ojalá hablarte de todo y nada a la vez y que me hagas sentir que es interesante lo que te estoy contando, no sé como lo haces, pero, siempre lo consigues.
Es curioso y a la vez es una gran mierda, llevo estos últimos días diciendo a todo dios que he perdido la inspiración para escribir, pero pienso en ti y... ¡walla!, las palabras salen solas y hasta yo me sorprendo de la facilidad con la que lo hacen.
Te juro que lo he intentado, que intenté prometérmelo aún sabiendo que no lo cumpliría, y así ha sido; he perdido ya la cuenta de las veces que me he leído cada conversación pasada acabando siempre con el corazón algo encogido, pero también con la seguridad de haber disfrutado cada instante al máximo, joder que si lo he disfrutado... de la misma manera en que disfrutaba de pequeña el algodón de azúcar olvidándome de que en algún momento se terminaría, y sé que aún queda mucha historia por escribir, muchas aventuras que vivir y muchos instantes que guardar en el baúl mágico que guardo con recelo bajo mi almohada, pero ahora mismo entre introspección e introspección vivo más tiempo en el pasado que en el presente, y sonrío, y a veces hasta bailo en él, y soy feliz, y dejo de sentirme perdida durante unos minutos.
Menuda paradoja, haces todo tan fácil y llenas todo de luz y luego te asusta la idea de que ahí dentro no haya nada, que tu ausencia pase desapercibida porque tu presencia nunca fue lo suficientemente notoria, ¿quién o qué coño te ha hecho sentir tan reemplazable o tan invisible?.
Tu ausencia duele, duele mucho en ocasiones; y no creo que esto sea ninguna sorpresa y tampoco creo que esto vaya a cambiar nunca, pero cada vez que apareces haces que los niños perdidos de NuncaJamás se mueran de envidia al vernos volar sin necesidad de polvo de hadas, y repito, no tengo ni la menor idea de cómo lo haces, pero lo haces.
Llenas cada rincón de colores, espantas a los dementores sin llamar demasiado la atención y luego la gente lo llama: "suerte".
Suerte dicen... suerte es tenerte en nuestras vidas; y la verdad, no creo que nunca llegues a ser consciente ni tu ni casi nadie de lo que haces, de lo que provocas, pero tal vez en la inconsciencia sobre tu magia reside tu poder y la causa por la que hoy se te echa más de menos de lo que estoy acostumbrada a hacerlo, y da igual el día y el momento en el que leas esto si es que algún día lo lees, te echo de menos y te quiero mucho más de lo que me imaginaba que era capaz de hacer, y sería muy fácil ahora decirte todo esto aunque de poco sirviera, pero no lo voy a hacer. 

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