lunes, 22 de junio de 2020

Al menos, sé a donde no quiero volver.


"No tengo ni puta idea de hacia donde voy, pero, tengo claro a donde no quiero volver".

No sé de quien será la frase, pero, me ha animado leerla al darme cuenta que, pese a sentirme demasiado perdida últimamente, sé perfectamente a donde no quiero volver, la parte de hacia donde me dirijo pues mira no lo sé del todo, pero, si lo supiera seguro que la vida haría de las suyas para cambiarme todos los planes, así que no pasa nada por no saber muy bien hacia donde me dirijo.
Hoy, después de semanas sin señales de vida, mi limonero se ha mostrado en forma de un diminuto tallo verde y he decidido tomármelo como una señal, tal vez desde fuera se perciba como una tontería, pero me ha hecho ilusión y eso es lo que cuenta, quiero aprender también a que no me importe tanto lo que piensen ahí fuera y me está viniendo bien, aunque sea demasiado duro, haberme alejado de todos.
Tengo miedo, ¿para qué negarlo?, tengo mucho miedo acerca de muchas cosas y odio la parte del día en que anochece y toca intentar pillar el sueño porque últimamente ese momento suele doler con demasiada frecuencia e intensidad, y si va acompañado de un pequeño dolor de cabeza ya es insufrible.
Está claro que no se puede decir que esté en mi mejor momento, aunque este año no creo que nadie lo esté; miro al pasado y veo etapas que fueron mucho más duras que estas y lo conseguí, conseguí superarlas y no rendirme en ningún momento, así que, aunque duela, vamos a poner de nuestra parte e intentar ir saliendo de aquí poco a poco, ¿vale?.
Algo bueno en todo esto es que el hecho de llevar tanto tiempo echándome de menos es que pienso en como solía ser cuando estaba más animada y he llegado a ver en ella más virtudes y cosas preciosas de las que me imaginaba, me sorprendí hasta yo misma de ver alguna partes de esa tía porque no suelo tratarla generalmente de muy buen modo, pero, vi alguien con posibilidades de hacer cosas importantes si dejara de tener tantas inseguridades, complejos y miedos, así que lo dicho, tengo muchísimas ganas de salir de este laberinto, por lo que seguiré avanzando, poco a poco y sin rendirme, sé que puedo conseguirlo aunque a veces todo me supere y los miedos e inseguridades me dominen a su antojo.
Y al genio, ángel de la guarda o conjunto de energías que llevamos dentro de nosotros:
Hacía tiempo que no notaba vuestra presencia y me sentía algo sola, quedaros ahí cerca por favor.

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