domingo, 27 de octubre de 2024

Feroz y preciosa energía


Ocurre así, de manera natural y sin previo aviso. 
El viento se vuelve algo más salvaje, escucho el sonido de las hojas caídas de árboles rodando por el suelo, el sonido de las voces de otras personas disminuye y mi piel siente como una caricia maternal que me envuelve con dulzura mientas me permito sentir esto que siento. 
Dura solo unos segundos, pero es como si algo en mi interior dejase de estar dentro de mí y pasase a fusionarse con la naturaleza, me genera como una paz a la que pocas veces consigo llegar por mí misma, tal vez por eso siempre quiero que duren algo más estos instantes, algo desconcertantes, pero también reconfortantes.
Es como estar unos segundos en el interior de una esfera mágica, experimento diferentes emociones y sensaciones que me hacen viajar a un rincón algo desconocido, pero también es un lugar al que los miedos no llegan.
El viento eriza mi piel, cierta caricia me estremece y me hace sonreír y, durante unos segundos solo, me siento como si tuviera unas alas enormes y preciosas a mi espalda que me hacen sentir invencible.
¿Qué acaba de pasar(me)? 

sábado, 26 de octubre de 2024

Disculpas y culpabilidad indomable


Perdón por haberte presionado a ir a un ritmo que no era el tuyo, sobre todo, en cuanto a abrirse a las personas.

Perdón por insultarte.

Perdón por haberte prohibido llorar en momentos en los que lo necesitabas.

Perdón por haberte hecho sentir insuficiente/ poca cosa.

Perdón por decirte que no te merecías ese amor y cuidados.

Perdón por no creer en ti.

Perdón por hacerte ver, en algunos momentos, tu sensibilidad como algo malo.

Perdón por exigirte cuidar de otros cuando eras tú quien necesitabas esos cuidados.

Perdón por hacerte creer, con algunas personas, que no eras merecedora de esos cuidados si no había algo físico de por medio.

Perdón por haberte culpado de que algunas personas se fueran de tu vida.

Perdón por haberte exigido llegar a todo siempre.

Perdón por enfocarme más en la meta que en el proceso.

Perdón por dejar que otros o yo misma sobrepasáramos tus límites.

Perdón por no priorizar nunca tus deseos y necesidades.

Perdón por no haberte escuchado más.

Perdón por reprimir tu emoción del enfado y no haberte dejado mostrarla del todo ante otros.

Perdón por obligarte a seguir al resto cuando tú querías un camino diferente.

Perdón por no haberte querido bien.

Perdón por haberte dejado sola en momentos en los que me necesitabas. 

Perdón por hacerte creer los comentarios negativos de otros sin pararnos a analizar si eran ciertos o no.

Perdón por los momentos en los que te abandoné ante la ansiedad y el miedo.

Perdón por culparte por sentir emociones y sensaciones que son naturales.

Perdón por decirte que no podías conseguirlo e insistirte en dejarlo o huir, gracias por no hacerlo.

Perdón por hacerte sentir que había algo mal en ti que impedía a los demás conocerte/quererte.


Gracias por seguir aquí, conmigo, a mi lado. 

viernes, 18 de octubre de 2024

La danza de las margaritas silvestres

A veces no es nada fácil ser como soy, ni mucho menos tratar y existir con esta sensibilidad. A veces un gran poder, otras un martirio. Pero sigo respirando, intento no olvidarme nunca de eso.

He leído una frase que decía: 

<<Quédate donde puedas vivir, no sobrevivir>>.

El problema viene cuando ni yo misma me encuentro, cuando me exijo de más, cuando me escucho de menos, cuando me encierro de más, cuando me quiero de menos. 

La ternura y el amor siempre serán mis dos líneas de vida, son mis pruebas de que sentir de más no es ni malo ni peligroso, mis pruebas de que las caricias y mimos siguen existiendo, al igual que las personas que te besan antes la frente que los labios como una manera preciosa de pronunciar ese "te quiero". Ven y vuélveme a besar y a mirar, me gusta sentirme aún más deseada, querida, valiosa y real a través de esa mirada curiosa y dulce que me obliga a confesarle mis verdades.

Quiero margaritas en el pelo.

Quiero flores sobre mi cuerpo.

Quiero besos, caricias y mimos.

Quiero que te quedes a dormir.

Quiero un nuevo abrazo y que jamás sea el último.

Quiero emocionarme de alegría con la cara al descubierto.

Quiero perder el control.

Confiar en que alguien ahí fuera sabrá qué hacer.

Sacar a los miedos fuera y que les de el sol.

Leerles un cuento a los monstruos de debajo de mi cama.

Respirar, respirar, respirar. Darle un beso en la frente a la niña de aquí dentro, decirle que estoy aquí, que esto es parte del proceso. Quiero un abrazo fuerte que me rompa y reconstruya, quiero un "te quiero a mi lado", pero, sobre todo, quiero creerme que me lo merezca.

Ese abrazo y ese "te quiero".

Quiero no olvidarme de respirar, sentarme en la incomodidad de verme rota, verme desnuda, y tener ganas de quedarme esta noche conmigo. Quedarme a mi lado y confiar en que pronto todo irá mejor. Me gustaría no tener miedo, pero aceptando ya su existencia, me gustaría demostrarles del todo que hay vida después de este instante al que tanto temen, que por favor confíen algo más en mí. 

Quiero margaritas en mi pelo y campos eternos en los que correr y bailar, sentirlo todo bien adentro y jamás frenar ante un puñado de malas hierbas o zarzas, quiero aprender a confiar en el proceso, sentirme merecedora de ese abrazo, de ese "te quiero" y de ese "hoy quiero quedarme abrazada a ti", creerte, creerme y que juntas sigamos bailando y corriendo como si nuestra única preocupación fuese que llueva y no tener donde refugiarnos.

¿Qué más da?, que llueva, que llueva bien, y que limpie y me ayude a sanar todo aquello de lo que hace un tiempo que no hablo. 

Quiero vivir, no sobrevivir. 

Elijo vivir, no sobrevivir. 

Confía en el proceso. 



miércoles, 16 de octubre de 2024

Galaxias llenas de estrellas

A la suerte no siempre la tengo de mi parte, pero a ellas sí, ellas siempre están conmigo, y por eso siempre acaban yendo las cosas bien hasta en los días de mierda.
Me cuesta confiar en el proceso de las cosas, sobre todo en el de esas cosas que están ocurriendo aquí dentro, me suele ayudar pensar en ellas y sentirlas a mi lado, siempre están muy cerquita de mí, aunque a veces me siga sintiendo algo sola en una habitación demasiado grande, pero sé que están aquí.
Me imagino el sonido de sus risas entremezcladas y, durante unos minutos, todo parece realmente sencillo.
La vida siempre me resulta mucho más preciosa cuando les escucho reír o cuando nos pasamos días jugando, descubriendo nuevos lugares y queriéndonos de esa forma tan natural y bonita, cada una tiene en su interior una galaxia de colores preciosos, y yo me siento realmente afortunada cuando tengo la oportunidad de conocer un poquito más cada uno de sus reinos.
Una de ellas es también la persona que me tiene enamorada perdida desde hace años, tiene algo tan bonito en su interior... a veces sigue consiguiendo, con tan sólo una mirada, ponerme esa tonta sonrisa que nos sale cuando somos muy felices y que me encanta que me bese a cámara lenta, como si estuviéramos en la película más romántica de todas.
Todas ellas me han ayudado a construir nuevos castillos aquí dentro, me he emocionado al verlas a ellas con más ilusión que yo en sus ojos ante el resultado, me encanta la infinidad de cuidados y formas diferentes de decirnos "te quiero", hacemos un buen equipo cuando estamos juntas, y por eso escuchar sus risas hasta el último suspiro siempre será una de mis más bonitas fantasías, uno de mis mayores sueños.
Les quiero mucho; no sé muy bien cómo lo hacen, pero siempre me ayudan a acercarme a la mejor versión de mí misma. Cuando les echo de menos recuerdo que por muy lejos que estemos seguimos viendo la misma luna y eso, de alguna forma, me hace sentirlas un poco más cerca de mí. A veces en los días de bajón recuerdo sus mágicos abrazos antes de quedarme dormida y, entonces, sonrío sin querer porque sé que, aunque no todos los días vayan a ser buenos ni la suerte vaya a estar siempre de mi parte, ellas siempre van a estar muy cerquita de mí, a la izquierda de mi pecho y besando y queriendo sin parar a una niña ilusionada que no deja de saltar y a una mujer emocionada al sentir tanto amor y ternura en su interior.


martes, 15 de octubre de 2024

Cuando las voces vuelven...


Me tiemblan las piernas de vez en cuando, se me acelera el corazón, noto la presión del nudo de mi garganta, y mi parpadeo es continuo para contener ese puñado de lágrimas; como de costumbre, no estamos en el momento para ponernos así. 
Pronuncio un "bien" con un hilo de voz, pero con rotundidad para que no vengan más preguntas después, ni me lo creo yo misma, sé que en algún momento deberé mirar aquí dentro, pero no ahora.

En mi interior no dejan de suceder cosas, algunas ciudades se derriban, otras nuevas se crean, el ruido es ensordecedor en algunos momentos del día, y yo no dejo de subir el ruido de aquí fuera para evitar oír el de dentro.
"No es suficiente" me repito varias veces al día, en momentos yo misma me vuelvo mi peor enemiga haciéndome llorar; las noches, por lo general, son los peores momentos cuando aquí dentro no están las cosas estables o bien, intento centrar toda mi atención en mi respiración, en momentos como estos siempre me atemoriza la idea de volver a tener la ansiedad descontrolada, me reprocho que llevo ya algún tiempo sin mirar hacia dentro, tengo razón, debería hacerlo.
En ocasiones me consuela el pensar que todo lo que aquí dentro está pasando me llevará a una versión más libre y real de mí misma, el problema está en que a mí esto de valorar y respetar mi propio proceso y ritmos siempre me ha costado, con los de otros no tengo dificultad alguna en cuidar, respetar y acompañar los mismos, pero conmigo misma no soy tan buena compañía.
Me siento culpable varias veces al día por demasiadas cosas por las que soy consciente de que no debería sentirme culpable, pero sobre todo lo siento cuando percibo en esta habitación a una niña encogida llorando sobre su cama y diciéndome que no sabe cómo hacerlo mejor, me hace sentir mal el pensar que yo soy quien, a veces, le ha hecho sentir así; algunos días de tregua me acuesto detrás de ella, le abrazo fuerte y le susurro que lo estamos haciendo bien, no siempre nos lo creemos, pero siempre nos hace sentir algo mejor.

Me he tatuado hace unos días nuestras siluetas de la mano, el proceso de hacerlo fue realmente bonito, mi niña interna se emocionó varias veces y la adulta que soy le miraba con orgullo sonriendo. Te quiero, quiero tenerte el resto de nuestra vida conmigo.
Están siendo semanas algo complicadas, y como de costumbre yo me alejo de todo y de todos para evitar molestar o preocupar, los mismos pensamientos obsesivos con sus mismas distorsiones cognitivas, en el fondo conozco a varias personas que querrían también poder acompañarme en estos momentos, pero me sigue costando dejarles estar cuando pierdo el control.
Respiro, lo vuelvo a hacer de manera más profunda e intento respetar y confiar en mi propio proceso y en que de aquí saldré algo distinta, pero también saldré viva y algo mejor de lo que estaba antes de todo este tornado.

Confía, confía, confía...

lunes, 7 de octubre de 2024

Declaración de intenciones


Yo no sé si la vida es una noria o más una montaña rusa sin arnés, pero quiero más vueltas, más emoción, más verdad y vida estallando entre mis manos, solo así bajaré de aquí sintiendo que ha merecido la pena, que he vivido sin pensar en que esta, tal vez, fuera la última vuelta. 
Me aburre el "sí, pero no", el desinterés, las medidas de precaución, las distancias innecesarias y el esfuerzo por aparentar neutralidad cuando dentro de nosotros están ocurriendo cosas preciosas.
No cariño, a ti no te sobra intensidad o ganas de abrazar, querer o sentir, es al resto al que, en muchas ocasiones, le falta valentía, ganas, emoción y verdad; no podemos pretender pasar de puntillas o con la armadura siempre puesta, pues eso es sobrevivir, y nada tiene que ver con vivir de verdad. Si quieres llegar a otros debes permitir que otros también lleguen a ti, y claro que entiendo tus miedos a esto, no siempre serán caricias, besos o cuidados lo que recibas, pero te diré algo. 
Tras muchos llantos, miedos, introspección y reflexión he vuelvo a la misma conclusión que la que ya he llegado en varios momentos pasados; no quiero una piel intacta por cobarde, prefiero un cuerpo vivo, real y con algunas que otras cicatrices por valiente, nunca he destacado por mi valentía, desde pequeña siempre he sido una niña muy miedosa, sobre todo a las personas externas, pero aún con este puñado de miedos, difíciles de gestionar a veces, quiero seguir atreviéndome a saltar al vacío un millón de veces más. 
Quiero tanto amor que explote en mi interior, quiero besos, muchos besos, quiero no olvidar nunca cómo se salta en los charcos, quiero abrazos que me salven algunos días y que me lancen hasta las estrellas en otros, quiero un polvo salvaje, un mordisco deseado y una caricia que me haga sentir de todo por dentro, quiero querer y que me quieran, mucho y bien, quiero bailes con mis amigas, el sonido de sus risas de fondo el resto de mi vida, quiero jugar al escondite con mis propios miedos y aprovechar para salir corriendo por un campo lleno de flores, igual que Amaia en la serie de "La Mesías", quiero cuidar y cuidarme, y nunca olvidar que estoy viva, que sigo viva y que soy libre, mi libertad será la prueba de vida más real que tenga.
Hay algo precioso, y con cierto grado de adicción, en salir ahí fuera sin armadura ni arnés y pronunciar un "te quiero", llorar al descubierto o dejar que otros vean lo que llevas por dentro; tengo miedo, pero quiero seguir siendo así, como soy.

Aún queda mucho que trabajar aquí dentro, algunos días los miedos me ganan terreno y consiguen hacerme llorar muy fácilmente, últimamente la ansiedad me roba mucha energía y por las noches no puedo dormir sin imaginarme a alguien abrazándome o sin pensar en algún momento bonito, pero no pasa nada, porque sigo viva, sigo creyendo en él amor y deseando que me saque a bailar de mil formas distintas, voy bien.

Baila pequeña, si se pone a llover sal ahí fuera y baila mientras saltas en los charcos, solo así, si esta es la última vuelta, te llevarás una historia preciosa llena de amor, emociones y vida, este es uno de tus superpoderes, cuídalo.