miércoles, 30 de agosto de 2023

Familia de girasoles


Te admiro mucho y desde hace tiempo, creo que nunca te lo he dicho, pero lo hago en silencio y mientras sonrío escuchándote hablar en tus días buenos y abrazándote, si me dejas, o mimándote en tus días no tan buenos. 
Te admiro y aprendo de ti cada vez que te comprometes con algo que te importa dándolo todo; corazón, entrañas, sentimiento y sacos repletos de emoción e ilusión, aunque a veces intentes aparentar que no das tanto como realmente das. Eres intensidad en todas sus formas y manifestaciones, eres abrazos regalados, sonrisas que son como cunas en las que mecerse cuando algo te preocupa, mimos reales y cargados de amor, estrellas fugaces que viajan de unas miradas a otras y un montón de melodías preciosas que llevas dentro de ti.
Y es por esto por lo que te admiro, porque estás dispuesta a darlo todo sin olvidar cómo se hacía eso de soltar, porque es hora de soltar y tú eres la primera y la mejor que sabe esto, ya está compañera, es hora de soltar, no puedes quedarte en un lugar en el que ya se han ido, es hora de soltar, agradecer y curar, pero ni se te ocurra pensar que hay algo malo en darse por aquellas personas y razones que nos hagan sentir vivos y en las que creamos, lo has hecho muy bien amiga mía, lo haces muy bien amiga mía, pero es hora de soltarnos de nuevo de quien ya dejó de sostener. 
Ahora toca cuidar y dejarse cuidar, respetar tus propios tiempos y aceptar el dolor como una parte inevitable de la vida y como consecuencia de estar vivos. 
Amiga mía, no te puedo librar del dolor ni de sentirlo, pero te prometo desde el más absoluto amor y admiración que, aunque haya momentos en los que hasta por dentro sientas que se acerca la Navidad yo siempre intentaré llenar todo nuestro mundo del color de la primavera. 
Te admiro y te quiero amiga mía ♡. 


jueves, 24 de agosto de 2023

Real como la vida misma


Escucho el barullo de voces de las personas de mi alrededor mezclándose, el ladrido de felicidad de varios perros siendo libres durante un rato, el sonido de las ruedas de los vehículos pasando por la carretera, la brisa del viento que, pese a ser caliente, disminuye un poco la sensación de calor del ambiente. Miro a lo lejos el centro comercial de Madrid Río, a estas horas ya es de noche y es lo que está más iluminado junto a la terraza de varios bares. 
Bajo volumen externo y empiezo a mirar hacia dentro sin dejar de ver todas las luces del centro comercial que tengo enfrente. 
Ojalá encontrara silencio, no lo hay, hay ruido compuesto por múltiples sinfonías difusas; miedo, vergüenza, amor, deseo, rabia y algo de curiosidad encerrada en las mazmorras de mi castillo queriendo explorar lo desconocido.
¿Cómo va esto?, ¿cómo se hace?, no tengo ni la menor idea y tengo miedo a que, por querer mirar más allá, pierda lo realmente importante y lo que de verdad me hace feliz tener, cuidar y querer, no sé cómo va ni qué hacer, el miedo en ocasiones me paraliza y se transforma en una rabia amarga por inhibir ese abrazo, ese beso o esa caricia por temor a que todo se desmorone o a encontrarme desnuda frente a la verdad, ¿es posible vivir este momento de vulnerabilidad sin dolor o en realidad somos nosotros los culpables del mismo por la infinidad de películas mentales que nos montamos en vez atrevernos a abrirnos las ventanas que nos hacen visibles ante los de ahí fuera?.
Pero, al menos, cuando ese dolor viene de nuestros miedos e inseguridades, nosotros somos quien lo controla (o quien cree que lo controla); la maldita falsa necesidad de tener el control como mecanismo de defensa, que complicado es...
Y es que lo que realmente me asusta de esta situación es eso, no tener el control, tengo un puñado de emociones haciéndome en ocasiones llorar y en otras lo contrario, pero siento que van por delante de mí y que cuanto más las intento silenciar más jaleo armán aquí dentro para que no me olvide de su existencia, ¿qué hago?, el tema de fluir nunca ha sido mi punto fuerte, necesito como cierta organización, cierta protección o arnés en el que agarrarme si me tiemblan las piernas.

Mira que es guapísima la idiota, ya le vale desequilibrar mi estantería así sin ni saber yo en qué momento exacto empezó a tambalearse la misma, tiene una niña interna realmente preciosa, bueno, en realidad varias de mis amigas tienen dentro de ellas niñas preciosas, jamás me cansaré de verlas jugar entre ellas, me da cierta envidia la facilidad con la que parecen hacerlo, ojalá apagar la mente durante un rato y usar únicamente cuerpo y corazón, a veces todo sería más fácil así.

¿Pero por qué narices le doy tantas vueltas a todo?, ¿qué importancia tiene esto?, al final estamos hablando de algo púramente físico, lo realmente valioso y especial para mí sigue intacto e igual que siempre, pero me da miedo que pueda verse influido y/o alterado de algún modo.
Ojalá se me diera hablar con las personas, por lo menos, la mitad de bien que lo que se me da escribir, aún así sigo pensando en que soy capaz de conectar, cuidar y querer a las personas, así me lo he ido demostrando estos últimos años. 
En fin, que no sé que coño me pasa exactamente ni lo que hacer al respecto, y sé que esto no ha sonado muy poético que digamos, pero ha sonado como es, real, y a veces con eso es suficiente. 

lunes, 21 de agosto de 2023

Redes irrompibles


Que mal se me da a mí esto de soltar el timón, perder el control y confiar en que las olas nos acaben llevando a buen puerto, me cuesta todavía esto de confiar. 
Confío, en general, poco en todo proceso que me obligue a dejarme llevar y bailar con los ojos cerrados, pero, a la vez me encantan las veces en que he conseguido hacerlo y he podido comprobar que no morí, que seguí respirando tras él. 
Es literal como saltar de un avión en marcha sin haber comprobado si llevaba en la mochila el paracaídas; el corazón a tres mil por hora, el temblor de mis manos, mi respiración agitada, el dolor de mi mandíbula, todo el ruido de mi mente deseando ser expresado y ese puñado de ganas de llorar por lo lejos que me siento de mi zona segura, mi zona de confort; una amiga mía llama a este pequeño gran salto "un salto de fé", nombre muy apropiado ya que, a veces, es eso justo lo que hay que hacer, confiar, respirar y seguir confiando. 
Pero a mí me sigue costando horrores a veces, se me llena la cabeza de "y si..." que tal vez ni ocurran o de "a ti esto no se te da bien" como frontera a tierras desconocidas que, aunque me atemoricen, me encantaría poder pisar y tumbarme sobre ellas.¿Cómo se hace?, voy pasito a pasito en un constante modo de alerta por si algo me indicara que no es una buena opción la de lanzarse, a veces siento que estoy deseando encontrar una excusa para huir o no deshacerme de mi caparazón.
Pero, últimamente a mi alrededor encuentro todo lo contrario, encuentro ojos brillantes, abrazos, sonrisas, amor y cofres enteros de ternura en la entrada de mi habitación cuando decido deshacerme temporalmente de mi escudo o abrir la puerta a los de ahí fuera, gracias. 
Aquí dentro aún queda mucho por hacer, una niña de mirada color caramelo y con una ilusión especial no deja de observarlo todo atenta tapada con la colcha de su cama como si fuera su mayor y mejor arma ante nuevos ataques. Me acuesto muchas veces a su lado acariciando su cabello oscuro y le hablo con sacos llenos de ilusión y amor de las nuevas personas en quienes encontré familia y casa, de reojo le veo sonreír y emocionarse, pero sigue prefiriendo estar gran parte del tiempo callada, aunque se muera de ganas de expresar lo que lleva dentro, lo que siente y lo que piensa, ojalá lo vaya haciendo cada vez más, se merece ser escuchada, ¿me escuchas?, te lo mereces, que en alguna otra ocasión hayamos dejado nuestro cuerpo en manos con más experiencia en morder la carne que en querer no significa que otras manos, otras personas y otras niñas no vayan a saber dibujar flores en esas marquitas de tu pecho que aún te acomplejan, la ternura es revolucionaria, no lo olvides. 


jueves, 10 de agosto de 2023

Tolerancia al dolor y a una tristeza con apego ansioso


Dicen que, a veces, el dolor continuado de una situación y las acciones no muy limpias de una persona pueden hacer tambalear tus valores, tus creencias en torno a las personas, tu visión del mundo y, en definitiva, a ti misma.
Reconozco que estuvo cerca de lograr algunas de estas cosas, durante unos meses lo consiguió hasta que vi en otros miradas y palabras de odio, de rencor y de ganas de venganza; no les faltaba razón en el afecto que ahora mostraban hacia ti, pero no quise ir por el camino fácil. Quería reafirmar y confirmar en que tú y yo somos personas muy diferentes y eso suponía un esfuerzo mayor que el que conllevaba pensar cómo devolver mayor dolor del que a ti te han causado.
¿Qué se hace con el dolor cuando no quieres devolverlo ni pasárselo a otros?, transformarlo, el dolor al igual que el amor se transforma y, por paradójico y complicado que parezca, puede ser transformado en cosas y aprendizajes preciosos, sólo que el esfuerzo que este proceso implica es mucho mayor que el necesario para devolverlo o pasárselo a otro, supongo que por esto gran parte de personas eligen la opción fácil en vez de la que de verdad podría transformarles en personas mejores, o al menos, en personas más sanas.

Dejaste aquí dentro, en la habitación de la niña que habita el lado izquierdo de mi pecho, cajas de cartón llenas de odio, rabia, rencor, miedo y tristeza; al comienzo me abrumé ver tanta oscuridad en las mismas manos de quien me había dejado percibir algo de luz, algo de ganas de querer y dejarse querer. Después fui entendiendo que esta era tu manera de mostrar tus miedos, tu pérdida de control y tu tristeza, no por ello te estoy justificando, pero esto me ayudó a reducir parte del odio y rabia que me habías enviado. Sentí algo extraño, mitad lástima, mitad ganas de dejarte ganar para que, aunque fuera con ciertas trampas, te sintieras por primera vez la protagonista de esa historia de amor y la niña ilusionada que podría seguir guardando más detalles preciosos en sus cajas de cartón.

Cogí todas esas cajas de odio, rencor y rabia que me habías dejado y que me fuiste dejando los meses siguientes creyendo que podría con ello, y fue el contenido de esas cajas el que durante un tiempo se apoderó de mí, me quitó la ilusión, las ganas de moverme, algunas de mis creencias en el amor e hizo tambalear mi idea de que las personas, en su gran mayoría, son buenas personas. 

Me asusté y me dio tanto miedo que las escondí en el trastero confiando en que ellas solas acabarían desapareciendo sin necesidad de que yo les dedicase mayor atención que la de un par de visitas de vez en cuando, me equivocaba. He vuelto a subir todas estas cajas a mi habitación, ha sido doloroso, pero tuve la suerte de que cuando las subí por primera vez dos de mis amigas más especiales me abrazaron fuerte para que no tuviese tanto miedo, escuché el contenido de estas cajas, intenté comprenderlo, conocer su verdadero origen, lo abracé intentando que no tuviesen tanto miedo, pero acabé yo haciéndome más daño, por lo que decidí escribir acerca de todo lo que encontré y del dolor que generó en mí, decidí bailar encima, inspirarme para mis propios proyectos y aprendizajes y, tras todo esto, dejo desde hace unas semanas la puerta abierta con un montón de cajas de cartón vacías que van desapareciendo sucesivamente, lo estoy consiguiendo y estoy realmente feliz, no me acordaba de lo fuerte que era, que soy. 
He transformado un montón de oscuridad en luz y arte para quienes saben o están preparados para contemplarlo, no sé exactamente cómo lo estoy haciendo, pero lo estoy consiguiendo.
De nuevo, espero que todo te vaya bien, aquí ya no quedan apenas cajas de cartón de las que me dejaste. Reconozco que golpeaste muy fuerte, tambalearon hasta mis rincones más íntimos y tesores más preciados, pero no, no lo conseguiste.  

Sigo creyendo en las personas y en el amor tanto o más de lo que ya lo hacía; al final esto es una de las pocas cosas buenas que nos ofrecen las malas personas o las personas con mucho más miedo que valentía, enseñarnos en quienes no queremos convertirnos y a qué lugares no queremos volver.

Me queda mucho por limpiar, curar y trabajar aquí dentro, pero lo estoy haciendo bien, lo estamos haciendo bien, tengo a mi lado a unas amigas que me quieren y cuidan bien y muchísimo, y eso siempre ayuda bastante, sobre todo para volver a atreverse a dejarse querer y cuidar sin morir en el intento, os quiero. 

Y a ti, que decirte... no vuelvas por favor, pero de corazón espero que todo te vaya muy bien. 



sábado, 5 de agosto de 2023

Carboncillo


En este apartamento, desde mi ventana, se ve una gran terraza perteneciente a la casita de enfrente, allí un gatito negro, que desconozco si tiene dueños o no, se pasa las horas yendo de un sitio para otro, jugando con las hojas caídas de los árboles o durmiendo plácidamente al sol, a veces desaparece y veo a lo lejos como se va por la calle principal de este pueblo pesquero en busca de aventuras o de nuevas terrazas por descubrir; llevo viéndole desde mi ventana varios días, por lo que he decidido ponerle nombre como si fuera mío, se llama Carboncillo, o al menos mientras yo esté aquí. 

Eso sí, me he dado cuenta de algo, todos los días, cuando empieza a anochecer, Carboncillo vuelve a esa terraza que hay enfrente de este apartamento y se sienta mirando a la entrada de la terraza, tras unos minutos sale de la casita una señora de cabello canoso y rostro tierno y sonriente caminando hacia la terraza, cuando llega va directa a Carboncillo, le coge entre sus brazos gorditos para abrazarle y la curvatura de su sonrisa aumenta, siendo el elemento principal y más bonito de su rostro, Carboncillo estira sus patitas entre los brazos de esa señora y mueve con dulzura su cabeza como si llevara todo el día pensando en este instante. Llevo aquí una semana, y los siente días he visto la misma escena, hay algunas noches en las que Carboncillo se queda a dormir en la terraza y otras en las que, tras su rutinario y especial abrazo, sale de allí con sus elegantes movimientos felinos. 

No sé si es porque en vacaciones echo más de menos a mi abuela de lo normal o porqué, pero me transmite mucha dulzura esa señora que sale religiosamente a abrazar al gatito de su terraza, el primer día en que vi esta peculiar escena deseé ser ella para abrazar a Carboncillo, pero ahora a veces desearía ocupar también el lugar de ese gato negro. 

Es curioso, ¿no?, desde pequeños se nos potencia la autonomía, la independencia, y según vamos creciendo deseamos que nuestros padres nos vayan dejando hacer más cosas solos, salir solos, viajar solos, vivir solos, etc. Pero, un día cualquiera, vemos a una dulce mujer de cabello canoso abrazando a ese gato negro que ves por tu ventana y entonces no sabes si le envidias más a ella o al felino.

Me parece bonita la metáfora; que haya un montón de personas ahí fuera acusando a los gatos negros de su mala suerte en la vida y que esta señora, ajena a todos y a todo, salga cada noche a abrazarle y darle las buenas noches.

Creo que el amor y la felicidad tiene mucho que ver con este instante que presencio cada día desde mi ventana, tal vez por eso fantaseo a veces con tener de mayor cierto parecido a esa señora tan pero tan preciosa. 

Buenas noches Carboncillo, hasta mañana. 

jueves, 3 de agosto de 2023

Despacito y con buena letra


Estoy aprendiendo a entender que aún estoy aprendiendo, que aún estoy conociéndome, creciendo y evolucionando. Miedos de siempre y nuevos miedos me siguen de cerca, pero han reducido mucho su tamaño desde que les dedico parte de mi tiempo para enseñarles que no hay tanto que temer y que las cosas que no nos salgan bien hoy serán anécdotas que contar mañana con las amigas.

Llevo unos meses intentando aprender cómo va eso de dejarse llevar, querer y cuidar, no está siendo tarea sencilla, desde muy pequeñita yo he sido siempre más de intentar tener el control y ser yo quien cuidaba de otros, me gusta mucho hacerlo, aunque en ocasiones ha sido más el escapar de mí misma lo que me motivaba a hacerlo, algo no muy sano la verdad. 

Recuerdo mi infancia con bastantes momentos felices, pero también con frases como "no llores", "tienes que poder hacerlo tú sola", "imagina que nadie está a tu lado, ¿qué harás entonces?", también recuerdo que sólo ante aprobados académicos escuché frases como "estoy orgullosa de ti" y que antes suspensos o noticia malas lo que había eran reproches, violencia y tras esta un silencio ensordecedor que podía durar varios días, esto junto a otros recuerdos no tan bonitos de mi infancia me enseñó en esa casa que poco tenía de hogar que sólo con ser yo no era suficiente para que las personas de mi entorno se sintieran orgullosas de mí, era necesario que hiciese algo, que aportase algo; y que ante malas noticias o cosas feas en mí o a mi alrededor no habría nadie que se fuera a quedar carca de mí. 

Con el tiempo descubrí que me equivocaba de lleno y que hay personas, a las que actualmente tengo la suerte de llamar amigas, que se sienten realmente orgullosas de mí por ser yo tal como soy y que me quieren y cuidan como pocas personas habían hecho hasta el momento, pero supongo que por cosas así aún encuentro dificultades en esa movida de dejarse querer y cuidar, aún así sigo intentándolo, pero antes de adentrarme en un reto como este debo, con toneladas de miedo y pánico, romper un montón de expectativas por si el afecto de alguien estuviera basado en las mismas. 

Allá voy. 

No puedo más, yo voy primero, y eso no significa dejar de ser una buena persona, pero sí que significa echar de mi vida a todas aquellas personas, por cercanas que sean, que no respeten mis normas y límites, significa que no quiero cuidar de alguien cuando en realidad lo que necesito es cuidar de mí misma, significa que necesito llorar a mares lo que llevo aguantando, más o menos, durante meses, significa que quiero empezar a ser la protagonista de mi propia vida, escribir mi propia historia por miedo que me de, bailar sin parar en el centro y emborracharme cualquier noche con mis amigas sin sentirme culpable por si después alguna hace lo mismo y me necesita para volver a casa, significa, mamá, que no quiero sentarme como una señorita ni mucho menos comportarme como una señorita si eso me resta libertad, que quiero jugar sin parar en tantos mundos como pueda fantasear, hoy quiero ser la dulce y romántica Blancanieves que cree en el amor y mañana quiero ser maléfica y fantasear en la cama y fuera de ella con cada persona que me remueva por dentro, que ambas versiones son compatibles y que ambas están bien, significa que quiero seguir conociéndome y aprendiendo a amar cada vez más libremente, que una mala persona no me va a hacer creer que no sea posible dejarme cuidar y querer por personas que se mueran de ganas por conocerme física y emocionalmente (por miedo que me de), significa que mi sensibilidad resultó que no era un defecto, sino mi mayor fortaleza, y que gracias a ella soy capaz de ver la infinita belleza de las arruguitas de los rostros de mis amigas cuando sonríen, las formas de las nubes y el olor de las flores que me llevan a recuerdos preciosos, se están perdiendo todo un mundo aquellos que me decían que me iría mal siendo tan sensible. 

Significa que soy mucho más que la chica mona y algo tímida, que sí, que me acojona abrirme a personas nuevas y ahora mucho más que antes, pero no soy sólo una cara bonita; soy la divertida, la alegre, la fantasiosa y la risueña, pero también soy la pervertida, la cachonda perdida cada vez que alguien que me gusta me mira más de dos segundos a los ojos, la perra que luchará por su espacio en la psicología y que no permitirá que ningún  unga-unga le arrebata el puesto por ser hombre, tu bollera favorita, la feminazi que te señala como te atrevas a decir que tú, Manolo, eres feminista y que por eso ayudas a tu mujer en casa y tu mayor enemiga como creas que por querer ser una buena persona voy a permitirte que me hagas daño, esto ya no va así, como ya he dicho: yo voy primero.

En resumen, soy un partidazo, y perdonad si sueno algo creída pero es que llevo tanto tiempo, tanto tiempo esforzándome por ser tantas versiones diferentes que la gente esperaba de mí que me he agotado y, aunque sigo con algunos miedos de abandono o insuficiencia procedentes principalmente de recuerdos algo feos de la infancia, me toca a mí, me elijo a mí hoy y siempre siendo la chica más mona y dulce de la fiesta y también la más pervertida cuyo lema antes de cualquier fiesta es: "el perreo hasta el suelo y la autoestima hasta el cielo". 

Estoy enamoradísima de estas dos versiones de mí misma y estoy dispuesta a enamorarme de tantas versiones de mí misma como me queden por conocer.

Llevo un año realmente complicado personal y emocionalmente, he visto como se tambaleaba todo mi mundo y yo con él, pero también  ha sido un año de renacer, de redescubrimientos, de aprender sin parar infinitas cosas aquí dentro y por fuera, y de mucho mucho amor propio y entre todas mis amigas, que suerte he tenido con ellas. 

No ha sido nada fácil el camino hasta aquí, sigo actualmente intentando sanar muchas más heridas de las que creí que tendría con 24 años, voy bien. Soy fuerte, soy valiosa y soy merecedora de todo el amor y cosas buenas que me pasen, cometí el error de olvidar esto durante unos meses, pero he vuelvo a recordarlo e interiorizarlo, he vuelto conmigo sin miedo a futuras recaídas. 

Me siento feliz, aún sintiéndome en pañales en esta nueva etapa en la que estoy, por todos los avances y aprendizajes realizados hasta ahora, todo va a ir bien.

Eso sí, ya no quiero seguir siendo la musa que se esfuerza por resultar agradable, dulce y ecantadora para quien decida mirarla con la esperanza de recibir cierta aprobación externa, soy la artista que está empezando a decidir sobre ella misma y a ser la protagonista de su propia historia. 

Estoy aprendiendo a entender que aún estoy aprendiendo, que aún estoy conociéndome, creciendo y evolucionando, y está bien, no voy ni más lenta ni más rápida que otros, voy a mi propio ritmo, así que sé, por fin, que lo estoy haciendo bien.