sábado, 8 de julio de 2023

Mensaje de esperanza para el futuro que se aproxima


Todavía estoy sanando, y no me refiero únicamente a errores del pasado, sucesos concretos, relaciones que se merecían despedidas que no existieron, problemas familiares o de amistades, o expectativas inalcanzables; estoy sanando algo mucho más interno y necesario.

Estoy empezando a sanar de nuevo las heridas de una niña que no debí descuidar, las de una niña que me pedía algo de atención, una pausa y un abrazo que nunca llegó a recibir. Reconozco que estos últimos meses y ante la intensidad de algunos momentos me pasé a un modo como de supervivencia, me puse en automático, disociación en el ámbito de la psicología, para poder seguir esforzándome por terminar un máster que ni me interesaba y dejé todo lo emocional de lado al percibirlo como peligrosos estímulos distractores.

Terminé el máster, me sentí orgullosa, muy orgullosa, pero no tanto por la finalización del mismo, sino por la fortaleza mental que me he demostrado tener este año, no ha sido un año fácil. Y ahora el momento temido, silencio afuera, ruido por dentro. Respira, tranquila, lo estás haciendo bien, es el momento de no sólo echar una ojeada por aquí dentro sino pasar una temporada con esa niña ilusionada y algo cansada que acaba de abrirte la puerta, hay mucho que trabajar, limpiar, organizar y crear en esta habitación, pero antes de hacer nada he estado varios días jugando y bailando con ella, en ocasiones nos hemos vuelto a sentir esa superheroína capaz de conquistar el mundo, iré despacio, no es fácil el nuevo camino que emprendemos, pero antes de nada es importante recuperar toda la confianza y amor que teníamos por nosotras mismas, vamos a necesitarnos fuertes para creernos de verdad que podemos hacer mucho ahí fuera, aunque ahora todavía nos cueste creérnoslo. 

Estoy sanando desde los inicios, desde las bases que estaban tambaleándose, desde el miedo a no conseguirlo, desde la incertidumbre, desde la pérdida del control y desde lo más profundo y real de mi ser. Lloro varios días a la semana, a veces estoy muy mal y otras me emociona sentirme tan feliz, y está bien, todo está bien, estoy donde debo estar y no tengo prisa por llegar a un destino que ahora mismo desconozco, pues si algo debo sanar y aprender de nuevo es que desdr la incertidumbre, desde la pérdida de control y desde ese precipicio desde el que acabaré saltando también se pueden escribir y vivir grandes historias que aún están por venir. 

Tengo miedo, la niña de aquí dentro también lo tiene, no pasa nada, es hora de parar, de sanar, de volver a conectar con quien realmente somos y recuperar nuestro poder de ser nosotras mismas hasta el final. 

Estoy sanando, ni siquiera he empezado a organizar cosas o a escribir porque aún estoy vaciando esta habitación para bailar en ella vacía, y está bien, todo estará bien.




No hay comentarios:

Publicar un comentario