domingo, 16 de julio de 2023

Bolas de cristal

 Hay momentos en que los vives en tu cabeza como: "ahora no, ahora no, ahora no" por miedo a mostrarte vulnerable, porque sientes que no es el momento ni lugar y, como de costumbre, porque tú puedes hacerlo sola, spoiler: mentira. 

Fue un momento en el que sentí que esa bola de cristal en la que me "protegía" (encerraba) se rompió, la presión de su interior ya era demasiada como para seguir ahí dentro y los fragmentos de cristal que antes eran paredes ahora eran alfileres sobre la piel. Pánico, miedo, cierta vergüenza y puñados de vulnerabilidad expuesta, supongo que es porque, cuando aguntas tanto y tantas cosas dentro de ti, en el momento en que salen disparadas dependes de que haya alguien, de que haya unos brazos que vayan a recogerte, que vayan a eliminarte un poquito los miedos y que hasta te feliciten de haber salido de tu burbuja, aunque por dentro sepan que en realidad has salido porque no podías aguantar más. 

Amo a mis amigas con todo el corazón, a veces siento que no me merezco tener a personas tan especiales y preciosas a mi lado o que se llevarán una decepción si les dejo conocerme más, voy quitando capas con manos temblorosas y cerrando mis ojos esperando su retirada, al cabo de un rato los abro de nuevo y veo que siguen ahí, su ojos brillan como si tuvieran toda una familia de luciérnagas en su interior, su sonrisa es preciosa y me anima a que siga quitando capas, les quiero con todo el corazón.

Queda mucho por limpiar, organizar, curar y sanar aquí, la niña pequeña de aquí dentro empieza a respirar un poco más tranquila sin creérselo del todo; se estaba rompiendo, ahí, en el lugar y en el momento en que menos quería hacerlo y unos brazos le rodearon con cariño mientras esas sonrisas tan preciosas que tienen sus amigas le basaban las mejillas enrojecidas, estamos dando todavía los primeros pasos de la remontada a los miedos e inseguridades, pero este ha sido un paso importante, o al menos para mí.

Y es que, a veces, el momento en que más vulnerable te sentías y que viviste con más miedo es el momento en el que dejas entrar a la habitación del lado izquierdo de tu pecho a alguien, reconociéndole con pánico que tú también necesitas ser cuidada, y por fin te das cuenta que a veces todo comienza con escuchar desde dentro a una de esas amigas tan especiales diciéndote que todo va a ir bien.

Gracias. 

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