domingo, 21 de marzo de 2021

Mujer enredadera


Mujer enredadera.
Que baila tímidamente y que lo ve todo desde su espacio seguro.
Mujer enredadera que se ríe de la vida y que llora a escondidas cuando esta duele.
Mujer enredadera que agarra del corazón; a veces el de otros, a veces el suyo, con miedo a soltar por el frío que ya conoció.
Mujer enredadera que se ilusiona con facilidad y sueña con los ojos abiertos.
Mujer enredadera que tanto quiere a otros y que tan poco se quería a ella.
Mujer enredadera que escapó de la tormentas y al final no le quedó otra opción que aprender a respirar y bailar bajo ella.
Mujer enredadera que todavía fantasea con un pasado que ya se fue al no creer que el futuro lo pueda superar.
Mujer enredadera que decía conocerse, que aseguraba haber encontrado las respuestas, y fue entonces cuando cambiaron todas las preguntas.
Mujer enredadera que por no escucharse tuvo que aprender por las malas, y entonces observó un cuerpo físicamente agotado.
Mujer enredadera que tantas veces se sintió defectuosa o pequeña por sentir que le faltaba el manual de instrucciones, cuando en realidad sólo hace falta tiempo, para todo y para nada a la vez, o eso dicen.
Mujer enredadera que tiembla ante la ambivalencia de placer y dolor corriéndose juntos mientras un llanto incontrolable interrumpe el gemido deseado.
Mujer enredadera que baila y que se emociona paseando por esa calle perdida al verla abarrotada de personas, aún estando vacía.
Mujer enredadera que siente que todo lo está haciendo mal, olvidándose de que ayer era Domingo y no se quedó en la cama.
Mujer enredadera que escribe porque no conoce otra forma de respirar, de vivir, de ser.
Mujer enredadera que de fácil no tienes nada, pero brilla a distancia por el conjunto de rarezas y peculiaridades en las que no siempre supo apreciar la belleza.
Mujer enredadera que se coloca su escudo y sus "estoy bien" mientras que la chica del espejo no sabe decir casi ningún día cómo está.
Mujer enredadera que se deja morder, pero no atrapar.
Mujer enredadera que viaja a otros mundos cuando este no lo entiende.
Mujer enredadera que afirma que lo suyo es escuchar por miedo a hablar.
Mujer enredadera que se maquilla de colores unos ojos que sólo piden quedarse cinco minutos más en donde fue tan feliz.
Mujer enredadera que anda algo perdida la mayor parte del tiempo, pero descubriendo nuevos rincones de este lugar, tal vez sea el mismo de siempre o tal vez no tenga nada que ver.
Mujer enredadera que llena folios en blanco de pensamientos aleatorios sin encontrarles todavía sentido ni orden.
Mujer enredadera que se abre el pecho de par en par con curiosidad por saber que hay dentro y descubriendo que no está vacío ni mucho menos.
Mujer enredadera que descubrió en una madre la mirada miedosa de quien no quiere conocer, pero por primera vez también apareció cierto puñado de ganas de quien no quiere perderse a una hija.
Mujer enredadera que dice ser caótica cuando, en realidad, su orden y ritmo no es igual al resto, pero no por eso carece de ello.
Mujer enredadera que salta en cada charco que ve, que se emociona con facilidad y que se ilusiona cuando algún desconocido  le saluda por la calle cuando le pillan bailando.
Mujer enredadera que tiene tantas ganas de crear como de quemarlo todo.
Mujer enredadera que agarra con miedo esa hoja en blanco por miedo a la ausencia de inspiración.
Espera, sólo cinco minutos más, la función está a punto de empezar o de acabar, según por donde se quiera ver o se pueda ver.

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