lunes, 11 de septiembre de 2023

La escurridiza hora del recreo

¿En qué momento acepté todas estas aparentes rígidas normas, estos "debería" y estos "elimina esta sensación ya"?, no lo sé. 
Pero me encuentro en ocasiones tan atada a ellas que ni siquiera soy capaz de ejecutar movimiento o palabra por fuera, es como un mecanismo de sobreprotección ineficaz que al final acaba oprimiendo más de lo que aparentemente debería proteger. Le pido, como si fuera mi niña interna la que hubiera cogido el control, un recreo entre tanta exigencia interna y estúpida, que me dejen hoy probar a jugar un poco más con mi libertad escurridiza, a veces lo consigo, aunque sean tiempos muy breves. 
Disfruto de la velocidad con la que se eriza mi piel, el sonido y ritmo de mi respiración, mi imaginación haciendo de las suyas, el tacto de mis labios cortados con mi lengua, y cada mayor y menor sensación desde la curiosidad de alguien tentado a descubrir un nuevo lugar especial. 
Pero la tregua finaliza rápido, y como si se tratara de un desproporcionado castigo por haberme escapado de mi caparazón durante un rato, los miedos, los "deberías", la vergüenza, la culpa y alguna que otra inseguridad atacan de nuevo. Muerden, en ocasiones duele, y me obligan a volver a mi caparazón sin darle espacio a lo que he sentido y vivido ahí fuera, ¿por qué lo siento como algo tan negativo si no lo es?, ¿por qué yo no puedo jugar con mi libertad, disfrutarla y sentirla sin represalias?.
Aún queda mucho por hacer aquí dentro, pero a veces estoy harta, agotada, y solo miro al resto de personas con cierta envidia de lo libres que parecen ser olvidando que tal vez alguna de esas personas también fue como yo tiempo atrás.
En fin... ya tendrás más tiempo y calma para la introspección, pero ahora, en la recta final, más te vale tatuarte bien adentro cada instante y sensación, pues todos estos son los recuerdos con lo que tendrás que construir lazos y puentes cuando la distancia vuelva a interponerse. 
Ojalá los recreos fueran algo más largos, ojalá cinco minutos más de libertad, ojalá no sentirme tan prisionera y dejar de tapar con tantas ansias lo que merece incendios, ojalá no tener miedos, o mejor aún, ojalá convencer a estos temores de que no hay nada malo ni peligroso en sentir, que esto no es nada más ni menos que estar viva. 



No hay comentarios:

Publicar un comentario