martes, 27 de diciembre de 2022

Un día raro

 

A veces no me gusta ser como soy, me siento culpable y algo decepcionada conmigo misma, pero al final caigo en la cuenta de que no me queda otra que aceptarme también en este modo, aceptar mis miedos e inseguridades y aceptarme siendo vulnerable para comprobar que no me muero, que esto es tan natural y necesario como la vida misma.

Confío en ti, en mí y en el amor que existe entre nosotras como mi mayor armadura para cuando los miedos acechan de nuevo, intento respirar profundamente y agarrarme a ese sentimiento con fuerza, repetirme mi mantra en la cabeza y dejarme cuidar por otros, aceptar que si el amor debe seguir una norma es la de ir agarrado de la mano de la libertad y tener el enorme honor de que en esa libertad yo siga siendo "casa" entre tantos estímulos, pero a veces los miedos muerden con fuerza y se me abren viejas heridas de historias pasadas, de versiones pasadas de mí misma.

A veces querer a alguien con todo tu corazón puede llegar a ser algo complicado y duro cuando también tienes que gestionar varias cosas a la vez, pero si de algo no me arrepiento ni me arrepentiré nunca e de querer a esa chica tan bonita que me sonríe con todo mi corazón, jolín, que guapa es, estoy tan enamorada de ella que a veces hasta me cuesta creer que ella haya querido quedarse en alguien como yo.

Voy a paso a paso, con mucho miedo provocado por una incertidumbre agotadora, pero también con el corazón lleno de amor, el mismo con el que nos miramos antes de quedarnos dormidas, quiero ser su casa y que ella sea la mía, y quiero ganarle esta vez a los miedos para no dudar de que haga lo que haga en su vida acabará siempre queriendo volver a casa. 

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