sábado, 10 de diciembre de 2022

Batalla contra los miedos de siempre


Se retuercen de dolor, se enfadan, golpean y arañan justo en las zonas de mi cuerpo más sensibles mientras se reproducen velozmente llenándome el horizonte de visiones catastróficas acerca del futuro y mi cabeza de feroces pensamientos que tienen la clara intención de hacerme escapar o de volver a enjaularme yo misma en esa jaula de barrotes de hierro creyendo que así estoy más protegida del mundo. 
Me gritan, me golpean, me insultan y me amenazan a la vez que destrozan durante unos minutos todo mi alrededor dejándome desnuda en mitad del caos. 
Tengo frío, mucho frío, me tiemblan las piernas, me cuesta respirar y lloro delante de ellos sin querer por la rabia y el pánico que siento, ellos aprovechan estos momentos de aparente debilidad para hacerse fuertes y golpear con más fuerza; "nadie te va a querer durante mucho tiempo seguido", "es una chica demasiado guapa para que se haya fijado en alguien como tú", "probablemente no tenga ningún interés en conocerte y lo único que quiere es follar contigo", "tú no vales para esto de relacionarse con las personas", "si te sigues mostrando ante otros te acabarán haciendo daño", "vas a hacer el ridículo como siempre haces".
Cada mensaje que me lanzan es una feroz espada que lanzan a gran velocidad hacia el lado izquierdo de mi pecho, me repito sin parar "me están mintiendo", "me están mintiendo", "me están mintiendo", pero aún así consiguen darme justo en el centro de la diana y aquí dentro me duele hasta respirar después de cada golpe, ellos lo perciben y me vuelven a obligar a entrar en esa jaula de barrotes de hierro indicándome que es por mi bien, que ahí dentro no me pasará nada malo, yo les miro dudosa y atemorizada con los ojos aún llorosos, pero sin ninguna pizca de intención de tirar la toalla y les digo: "Si me meto ahí dentro tampoco me podrá pasar nada bueno, así que me quedo aquí fuera pese a los riesgos que ello conlleve." 
Pego mi grito de guerra, crezco al hacerlo, agarro al miedo de la mano estando más asustada de lo que he estado en toda mi vida y con la rabia y las ganas de vivir que tengo les digo: soy mucho, valgo mucho y merezco mucho, y tenéis razón, ahí fuera hay personas que me van a reventar, que me van a agarrar del corazón y lo van a estampar contra el suelo, pero también hay muchas otras personas que tengan tantas ganas de acostarse conmigo como de mimarme y cuidarme el corazón, así que me quedo aquí fuera por mí y por ellas, yo no soy más que nadie, pero tampoco soy menos y os aseguro que no me vais a volver a convencer para encerrarme en esa jaula de hierro por miedo a la vida, elijo vivir, me elijo a mí con todo aquello que me hace ser tal y como soy, me doleis y me hacéis daño cada vez que aparecéis, pero no pienso rendirme.

Silencio durante unos segundos y deciden marcharse, sé que no han desaparecido, sé que volverán en momentos futuros y que volverán a golpear fuerte, pero respiro hondo e intento cuidarme para estar fuerte cuando decidan volver, sé que algún día dejarán de visitarme.

Queridos miedos; aquí os espero, me elijo a mí siendo valiente para mañana ser feliz, elijo la vida, elijo vivir, independientemente de los riesgos que ello conlleve. 


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