martes, 20 de diciembre de 2022

Volver a construir

 

Quiero un amor al que para poder acceder sé que debo deconstruir muchas cosas, romper los cimientos y las bases de aquel amor al que nos hicieron creer que todos debíamos aspirar. 

Siento mucho miedo, frío, en ocasiones soledad y en muchas otras un dolor punzante producto de los otros tres elementos, me tiembla el corazón cuando siento mucha alegría o mucho miedo, últimamente no me deja de temblar y en ocasiones acabo realmente agotada.

Te quiero libre, y en tu libertad te quiero conmigo, quiero aprender a hacerlo, poder respirar bien, estar tranquila y que todo esto no me genere tantas dificultades, pero te quiero libre y te quiero siendo feliz porque no se me ocurre representación más bonita que esa de creer en la justicia y en que cada uno recibe lo que da, te quiero feliz y llenita de amor, te quiero feliz y llenita de sueños, te quiero feliz y llenita de ilusión y, dentro de todo esto, de tu libertad y tu historia, te quiero conmigo creyendo ambas fielmente en que esto que sentimos es de verdad, es real y es la razón más fuerte y poderosa para querer volver a casa siempre.

Pero me cuesta, los miedos me hacen sentir vulnerable en muchos momentos y en ocasiones temo que hayas encontrado un rincón más calentito, unos brazos que te mimen mejor y una casa donde las cosas sean más fáciles, y entonces lloro del miedo que experimento pensando que tal vez ya no vuelvas o no te acuerdes de que aquí estoy yo esperando a que me digas que has llegado bien a casa, el temor se mezcla con una sensación tan bonita como dolorosa de querer que seas feliz aunque algún día pueda ocurrir que eso signifique no estar conmigo, y entonces intento gestionar todo esto pero son como granadas explotando y yo solo corro salvaje a mi habitación para abrazar a esa niña pequeña de debajo de la cama y pedirle por favor que confíe, que se agarre al amor que ella siente y al que sienten por ella y que confíe un poquito más, que pronto terminará todo, que pronto sabremos volver a encontrar nuestra propia paz y equilibrio.

No está siendo fácil en muchas ocasiones, pero os contaré la parte menos fea, la parte más bonita de todo esto; tiene una sonrisa que un día la bauticé como uno de mis rincones favoritos, unos ojos que brillan como estrellas cuando está feliz y una esfera de magia a su alrededor cuando se siente querida, le beso, me besa y sonreímos a la vez mientras nos damos ahora un beso de esquimal, agarra mi mano y me regala un "Te quiero", ¿cómo no voy a quererla?, le quiero libre y en su libertad quiero que siga contando conmigo, que me vuelva a decir que me quiere, que está enamorada de mí, que es feliz queriendo y ofreciendo parte de su magia a otros, pero que será aquí dentro uno de los lugares en los que siempre podrá decir eso de: "Ya estoy en casa", y que siga queriendo volver a casa y seguirnos queriendo como la manifestación más bonita de que todo esto es real y que nada ha cambiado. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario