miércoles, 6 de noviembre de 2019

Carta a la parte que menos me gusta de mí misma.


Déjalo, de verdad, para ya, no lo vas a lograr, esto no, el tiempo no lo puede controlar nadie y menos alguien que se pasa más tiempo intentando atender a todos los detalles como si luego pudiera organizarlos como un puzzle y volver a vivir el momento que disfrutando el instante.
¿Sabes?, no me caes bien ni me gustas, hay muchos momentos en los que es muy complicado convivir contigo y llego a sentir un gran odio hacia como eres, pero, eres una parte de mí, lo que implica que vamos a permanecer juntas el resto de nuestra vida, nunca antes estas palabras me han producido tanto desagrado, así que más vale que hablemos acerca de nuestra relación.
Llevo años odiándote con intensidad, escondiéndote y batallando contigo para quitarte fuerza, pero, siempre me lo has puesto muy complicado.
Hoy vengo a hacer las paces y a decir que te acepto y que entiendo tu existencia, aunque no la apoye.
Entiendo que desde muy pequeñas nos han metido el objetivo de alcanzar un cuerpo que sólo se logra con muchos efectos artificiales y que cueste aceptar el que tienes, pero, por favor, haz un esfuerzo.
Tienes en tu cintura varios michelines, tus piernas, aunque pienses lo contrario, no son ni gordas ni feas, tienes pelo en zonas donde todo el mundo lo tiene así que no te sientas mal por una tontería como esa, y sí tienes zonas de tu cuerpo con muchos lunares o marcas, y ¿sabes? es un cuerpo lleno de vida y natural, deja de juzgarlo de manera tan dura y empieza a mimarlo algo y a no verlo tan poquita cosa y tan insuficiente.
También tienes la odiosa manía últimamente de pasarte más horas en tu mundo de luz y de color que en este, no es que esté mal hacerlo y sé que en esto si estás trabajando, pero, ¿por qué no trabajas en traer a tu mundo real algunas de las cosas que te hagan feliz en tu mundo? deja ya de analizarlo todo de manera tan detallada y, sobre todo, tan pesimista, tal vez te estés equivocando en muchas cosas y ni lo sepas, vamos, sal de tu maldita zona de seguridad, todo esto algún día no existirá, pero ahora estás en el momento, baila, salta, arriésgate, mete la pata hasta el fondo, lánzate de una vez a lo que no conoces y ni te pares a mirar si llevas o no paracaídas; tu existencia está evitando todo esto y obligándome a buscar el control, y ya que no vas a desaparecer te animo y te obligo a que dejes de esforzarte y lo hagas, con o sin miedo, pero déjame tranquila ya, déjame respirar, déjame ser quien quiero ser y ni se te ocurra invadir mi cabeza con pensamientos como si somos valiosas o no, si somos suficientes o no, si merece la pena o no.
 Estoy harta de tu manera tan complicada de verlo todo, así que de verdad, sé que lo escondes todo bajo un: "Intento que no acabemos hecha polvo", durante mucho tiempo he agradecido tu misión protectora sobre mí, pero ya no, he estado y estoy últimamente en construcción y quiero que me dejes coger el coche con una venda en los ojos y que me dejes estamparme tantas veces como lo necesite, quiero que confíes de nuevo, que me quieras y que dejes de sentirte tan inferior siempre.
En serio, me llevo esforzando varios meses para hacerte desaparecer y al final, para bien o para mal, me he dado cuenta que no puedo lograrlo y que el primer paso para conseguir todo lo que nos propongamos es aceptarte como una parte de mí y, de verdad, lo he hecho, pero, ahora necesito que reduzcas tu intensidad contra mí, que no controles absolutamente nada y que tomes aire dejándote llevar, sé que da muchísimo miedo, pero, yo estoy dispuesta a hacerlo y necesito, como una parte de mí que eres, que te comprometas a hacerlo.
Somos un ser complejo con una gran sensibilidad y no pasa nada, en serio, hay muchas cosas donde siempre has visto defectos y no lo son, sólo te pido, por favor, que confíes en mí, no tengo ninguna prueba o garantía de que esto vaya a salir bien, pero, el tiempo pasa y estoy deseando dejar de hacer las cosas a medias y empezar a vivir cada instante de manera intensa sin saber si llevamos en la mochila paracaídas o no, pero, para eso te necesito, necesito tu confianza y que empieces a quererme, pese a las dificultades que puedas encontrar por el camino para lograrlo. 

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