martes, 25 de junio de 2019

Estoy muy orgullosa de ti.


Soy, desde hace poco, de dejarse llevar y de pensar que es una buena y bonita idea siempre que estés con las personas correctas.
Soy impredecible, soy de romper con todo si me asusto, de enamorarme hasta las trancas y de acordarme al volver de fiesta de quien se fue demasiado lejos, soy el intento continuo de quitarme esta coraza y el miedo sin pausa de que a nadie le guste lo que hay dentro o no ser lo suficientemente buena para nadie, de ahí la dificultad.
Soy de las que quiero tocar los extremos y juntarlos, a ver que pasa, un polvo a las 3 y media de la madrugada, un "Te quiero" a las 4, pasear por el Retiro y emborracharnos con canciones que hablen de nosotras.
Soy de mensajes extremadamente ñoños que escribo antes de quedarme dormida y que siempre lo termino con alguna que otra lágrima al pensar en la persona a la que se lo estoy escribiendo.
Soy de las que cree en el amor y de las que le encanta vivirlo con intensidad, soy una intensa, joder que si lo soy, en todos los aspectos, de las que piensa que es mejor llorar una despedida, un beso o en mitad de uno de esos momentos cursis que quedarse con las ganas de esos momentos.
Soy un intento de buscar un equilibrio y saber que no lo conseguiré (y tampoco me importa).
Soy de películas románticas los Domingos, de Lunes algo deprimida en los que me siento demasiado pequeña y de irme creciendo según pasan los días de la semana.
Soy de emocionarme con demasiada facilidad, fan de los abrazos fuertes y salvavidas que llegan sin previo aviso, soy fan de quien canta, quien baila, quien toca algún instrumento y de todas aquellas personas que juegan con el arte y lo comparten; el día que el mundo se vaya a la mierda yo quiero estar a vuestro lado.
Soy de creer en las hadas, de imaginarme duendes escondidos en mi habitación y de cuidarlos con cariño, de asomarme por la ventana y ver a Campanilla cuidándome, soy de las que cree en la magia y siempre lo hará sin dejar de crecer, de evolucionar, de cambiar al fin y al cabo.
Soy la que a veces sale de fiesta y se toma un par y la que otras veces necesita escapar de todo y pierde la cuenta de las cervezas que lleva, soy la que cierra los ojos a las tres de la mañana e imagina ser esa chica, lady Madrid de Pereza, y bailo mientras vuelvo a casa deseando que alguien me abrace de repente como sinónimo de: "Mañana recordarás esto y ya no dolerá".
Soy, también, un poco caos, un poco desastre, pero, hace tiempo que encontré en ese desastre cierta energía y fuerza, así que no pienso cambiar nada de mi precioso caos.
Hace unos años era mi mayor enemiga y no me gustaba verme en el espejo, sólo veía un conjunto de defectos que no sabía como tapar, me sentaba en el suelo frío del baño y lloraba y me seguía mirando y no me encontraba y me sentía algo sola, pero hace tiempo me volví a mirar y le perdí perdón a la chica del espejo, porque cuando hace años necesitaba un abrazo yo no supe dárselo, me senté de nuevo en el suelo y le miré, y me pareció precioso todo lo que en su momento intentaba tapar; su pelo oscuro, su piel blanca con algunas marcas. su cuerpo y su manera de ponerse roja o de reírse.
Y desde ese día hemos ido avanzando juntas, llenándonos de piropos, emocionándonos con canciones y recuerdos que creíamos olvidados y dejando ir a todos aquellos que nos hacían sentir pequeñas o que no querían estar en nuestra vida.
Me parece una chica maravillosa, estoy consiguiendo que se lo crea del todo y que enseñe esa forma de ser a quien tiene cerca, y lo está consiguiendo, no sabéis lo orgullosa que me siento de ella, aunque aún nos queda mucho por hacer en todos los aspectos.
Pero, me siento muy orgullosa de ella porque cuando todos creían que no podría volver a levantarse, ella sin darse cuenta que lo estaba haciendo, se levantó intentando llamar poco la atención, corrió como nunca lo había hecho, cerró los ojos y voló.
Estoy deseando que abra los ojos y me cuente como se siente, aunque ya acaba de contármelo.

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