domingo, 30 de junio de 2019

No te mereces que te escriba esto.

El problema, tu problema, fue creer que desnudarse era quitarse la ropa y echar un polvo sucio y rápido antes de quedarnos dormidas, aunque ¿qué te voy a decir a ti?, si ese era tu único objetivo
No debería estar escribiéndote después de tanto tiempo, y sí, a día de hoy lo reconozco, reconozco que si me quedé esa noche ahí mientras me ibas quitando la ropa fue porque ya estaba atrapada en una red que me impedía pensar que todo acabaría esa noche; yo enamorada de ti hasta las trancas deseando estar a la altura y tú pensando en quien sería la próxima gilipollas a la que le quitases las bragas.
Respiración agitada, caricias rápidas y torpes que me roban la ropa y tres besos mal dados en cada zona que queda al descubierto, cierro los ojos deseando que te des cuenta que sólo necesito un beso lento y un: -Me voy a quedar aquí cerca todo el tiempo que me dejes.
Pero ninguna de las dos cosas llega y pierdo mi mirada entre los edificios que se pueden ver desde la ventana, fuera llueve, dentro de mí también.
Vuelvo a recuperar mi ropa y escupes un: "Te quiero" acompañado de un beso lento en la frente, estaba deseando con tantas ganas ese instante que me lo creo, y sonrío, y me enamoro un poco más de ti de lo que ya estoy, menuda idiota ¿verdad?.
Es verdad que dejaste aquí dentro varios complejos físicos que aún siguen, que los próximos días dejaste a alguien sentir que no estaba a la altura de nada ni nadie, aquí dentro hacía mucho frío y no te importaba.
Pero, a día de hoy te agradezco que recurrieras a la salida de emergencia y que escapases tanto como pudieras, ese día no comprendí las razones por las cuales lo hiciste.
Hoy entiendo que te debió asustar la idea de empezar la noche creyendo que sería yo quien no estaría a la altura y que terminases siendo consciente de que la que no lo había estado eras tú.
Ya sabes lo que dicen:
-Cuando alguien se va es para dejar sitio a alguien mejor.
Así que gracias, gracias por no haberte quedado más tiempo donde no querías estar.

martes, 25 de junio de 2019

Estoy muy orgullosa de ti.


Soy, desde hace poco, de dejarse llevar y de pensar que es una buena y bonita idea siempre que estés con las personas correctas.
Soy impredecible, soy de romper con todo si me asusto, de enamorarme hasta las trancas y de acordarme al volver de fiesta de quien se fue demasiado lejos, soy el intento continuo de quitarme esta coraza y el miedo sin pausa de que a nadie le guste lo que hay dentro o no ser lo suficientemente buena para nadie, de ahí la dificultad.
Soy de las que quiero tocar los extremos y juntarlos, a ver que pasa, un polvo a las 3 y media de la madrugada, un "Te quiero" a las 4, pasear por el Retiro y emborracharnos con canciones que hablen de nosotras.
Soy de mensajes extremadamente ñoños que escribo antes de quedarme dormida y que siempre lo termino con alguna que otra lágrima al pensar en la persona a la que se lo estoy escribiendo.
Soy de las que cree en el amor y de las que le encanta vivirlo con intensidad, soy una intensa, joder que si lo soy, en todos los aspectos, de las que piensa que es mejor llorar una despedida, un beso o en mitad de uno de esos momentos cursis que quedarse con las ganas de esos momentos.
Soy un intento de buscar un equilibrio y saber que no lo conseguiré (y tampoco me importa).
Soy de películas románticas los Domingos, de Lunes algo deprimida en los que me siento demasiado pequeña y de irme creciendo según pasan los días de la semana.
Soy de emocionarme con demasiada facilidad, fan de los abrazos fuertes y salvavidas que llegan sin previo aviso, soy fan de quien canta, quien baila, quien toca algún instrumento y de todas aquellas personas que juegan con el arte y lo comparten; el día que el mundo se vaya a la mierda yo quiero estar a vuestro lado.
Soy de creer en las hadas, de imaginarme duendes escondidos en mi habitación y de cuidarlos con cariño, de asomarme por la ventana y ver a Campanilla cuidándome, soy de las que cree en la magia y siempre lo hará sin dejar de crecer, de evolucionar, de cambiar al fin y al cabo.
Soy la que a veces sale de fiesta y se toma un par y la que otras veces necesita escapar de todo y pierde la cuenta de las cervezas que lleva, soy la que cierra los ojos a las tres de la mañana e imagina ser esa chica, lady Madrid de Pereza, y bailo mientras vuelvo a casa deseando que alguien me abrace de repente como sinónimo de: "Mañana recordarás esto y ya no dolerá".
Soy, también, un poco caos, un poco desastre, pero, hace tiempo que encontré en ese desastre cierta energía y fuerza, así que no pienso cambiar nada de mi precioso caos.
Hace unos años era mi mayor enemiga y no me gustaba verme en el espejo, sólo veía un conjunto de defectos que no sabía como tapar, me sentaba en el suelo frío del baño y lloraba y me seguía mirando y no me encontraba y me sentía algo sola, pero hace tiempo me volví a mirar y le perdí perdón a la chica del espejo, porque cuando hace años necesitaba un abrazo yo no supe dárselo, me senté de nuevo en el suelo y le miré, y me pareció precioso todo lo que en su momento intentaba tapar; su pelo oscuro, su piel blanca con algunas marcas. su cuerpo y su manera de ponerse roja o de reírse.
Y desde ese día hemos ido avanzando juntas, llenándonos de piropos, emocionándonos con canciones y recuerdos que creíamos olvidados y dejando ir a todos aquellos que nos hacían sentir pequeñas o que no querían estar en nuestra vida.
Me parece una chica maravillosa, estoy consiguiendo que se lo crea del todo y que enseñe esa forma de ser a quien tiene cerca, y lo está consiguiendo, no sabéis lo orgullosa que me siento de ella, aunque aún nos queda mucho por hacer en todos los aspectos.
Pero, me siento muy orgullosa de ella porque cuando todos creían que no podría volver a levantarse, ella sin darse cuenta que lo estaba haciendo, se levantó intentando llamar poco la atención, corrió como nunca lo había hecho, cerró los ojos y voló.
Estoy deseando que abra los ojos y me cuente como se siente, aunque ya acaba de contármelo.

sábado, 22 de junio de 2019

Siempre te creímos

Querida mujer de fuego, nosotras siempre te creímos.
Te dije que todas las mujeres que estamos aquí fuera no íbamos a dejar que cayeras en el olvido, que saldríamos ahí fuera a pedir justicia, a exigir que no se le llamase "agresión sexual" a lo que fue una VIOLACIÓN y por fin el Viernes 21 de Junio de 2019 se ha condenado a los lobos que te atacaron con 15 años de cárcel, porque esos no son hombres, son unos cerdos que se hacían llamar "La manada", pero la Manada somos nosotras querida mujer de fuego, todas las personas que te hemos creído desde el primer momento y que alzamos la voz por ti, así como lo hacemos por cada una de nuestras compañeras, de nuestras hermanas.
Querida mujer de fuego hoy debemos sentirnos orgullosas de haber alzado la voz lo suficiente para exigir justicia y que tu caso no fuera juzgado desde la visión patriarcal que tanto daño ha hecho y sigue haciendo.
Debemos sentirnos orgullosas no sólo por la sentencia de 15 años por VIOLACIÓN, sino porque este es un avance importante en la destrucción de la sociedad cis-heteropatriarcal y de todo lo que ello conlleva.
Querida mujer de fuego, lo hemos conseguido,hemos ganado esta batalla, pero, aún queda muchísimo por lo que luchar y por lo que alzar la voz, pero lo seguiremos haciendo juntas día tras día y con la sororidad como principal arma de revolución.
Antes de terminar me gustaría pedirte una última cosa querida mujer de fuego:
No dejes de hacer lo que quieras y cuando quieras, LA ÚNICA CAUSA DE UNA VIOLACIÓN SON LOS VIOLADORES.
Eres una luchadora y una superviviente, una mujer de fuego y somos muchísimas las que estamos alzando la voz y las que lo seguiremos haciendo.
Así que, por favor, sal ahí fuera porque tu vida está todavía empezando y aquí fuera, hoy más que nunca, miles de personas nos sentimos muy orgullosas de lo logrado, de que se haya hecho justicia, sin olvidar que aún queda mucho por luchar, por exigir para terminar con la sociedad cis-heteropatriarcal juntas, formando la Manada tan bonita y enorme que formamos. 

miércoles, 12 de junio de 2019

Catarsis Emocional.

Pasos torpes y desorientados, el contacto de sus zapatos negros con el suelo es lo único que rompe el silencio.
Se apoya en las paredes e intenta inhalar algo de aire, escucha una canción lenta para dos y duda si la melodía viene de algún bar perdido o es consecuencia de la mezcla de recuerdos y alcohol.
Baila, gira sobre sí misma y muy bajito tararea la canción como si de una nana se tratase, intenta contener las lágrimas un segundo, pero luego le es imposible y se mezclan con una risa que le permite coger todo el aire que necesitaba.
Empieza a caminar por el bordillo de la acera como si de una funambulista se tratase; pasos rápidos y lentos se combinan mientras sigue girando al ritmo de la canción sin perder el equilibrio.
Desde fuera resulta precioso y estremecedor a la vez observarla tan perdida y caótica, aunque, lo que realmente estremece es ser consciente de lo poco que le importa estarlo.
Cierra los ojos e imagina la cuerda por la que camina a kilómetros de distancia del suelo, siente el frío aire arañandole las mejillas y respira tan hondo como puede, hacía tiempo que no lo podía (quería) hacer y ahora que nadie le ve no quiere dejarse nada dentro.
Deja caer el bolso al suelo, se libera de los molestos tacones, se quita la americana que le ha estado oprimiendo el pecho toda la noche y grita el estribillo de la canción con una voz entrecortada.
Sonríe y se da cuenta que lo único que necesitaba esa noche era romper con todo, en vez de tantos litros de alcohol que asesinaran a las últimas mariposas de su interior.
Sigue girando sobre sí misma, le da miedo parar, el instante es parecido a cuando de pequeño apretabas con fuerza la parte de tu cuerpo donde tuvieses la herida sabiendo que cuando dejaras de hacerlo iba a empezar a doler de verdad.
Lo que siempre olvidábamos era que en mitad de ese dolor siempre venía alguien, nos soplaba ahí donde nos dolía, nos miraba con ternura y nos hacía entender que sino era hoy, mañana el dolor ya habría desaparecido.
Llega a su portal, introduce la llave con torpeza y al entrar se observa en el espejo del ascensor, se siente realmente feliz pese a lo caóticamente emocional que haya resultado la noche; mañana no se acordará de apenas nada por haber empezado la noche creyendo que el alcohol evitaría el dolor, mañana ya no estará apretando la herida con fuerza y entonces empezará el dolor, el temido dolor, pero, hoy se siente feliz y eso es lo único que realmente le importa.