jueves, 24 de mayo de 2018

La belleza de formar parte de las pequeñas y mayores revoluciones sociales y personales.


Llegué a la universidad este año ilusionada, en primer lugar por haber llegado, algo que veía ya demasiado difícil teniendo en cuenta mis pésimas calificaciones durante bachillerato, y en segundo lugar por tratarse de la carrera que había elegido hace dos años.
Un error que creo que cometí es el de hacerme la idea de que ya el primer año conocería a personas igual de ilusionadas por la carrera, que querrían cambiar ciertas cosas de su entorno y que serían, por decirlo de algún modo, las tres o cuatro personas especiales en todos los aspectos que te inspirarían a seguir adelante y que estarían a tu lado con el paso de la carrera.
Y sí, he conocido a algunas de esas personas, el problema es que excepto dos o tres ninguna de ellas son de primero, pero, de verdad que me siento enormemente orgullosa de haber conocido a personas increíbles.
El día 8 de Marzo algunas alumnas de la universidad propusieron juntarnos para ir a la manifestación feminista y decidí ir junto a la persona con la que mejor me llevaba y me llevo de mi clase, básicamente porque recién llegadas a la universidad queríamos hacer algo más que preparar trabajos y exámenes. Así que ahí fuimos, se nos notaba demasiado que, a diferencia de otras personas de la universidad, no habíamos ido a muchas manifestaciones, he de admitir que para mí era la primera... pero, hubo un instante en el que decidí que esa sería la primera de muchas más manifestaciones.♀️
Había muchísima gente por todos lados, hasta el punto de que tardamos más de quince minutos en salir del tren y llegar a la calle, pero, cuando salimos ocurrió, y de verdad que lo sentí así; se oía a todas las personas gritar diversas frases, sostenían carteles que llevaban escritos verdades como puños y los rostros de muchas personas mostraban esa rabia y esas ganas de cambiar de una vez por todas las  injusticias que se daban y se dan por seguir viviendo en una sociedad heteropatriarcal.
Muchas personas de la universidad empezaros a gritar diversas frases que eran respaldadas por otras personas, y es que no sé explicarlo porque creo que no se puede, me pasé unos minutos escuchando cada frase y como todas las personas las repetían y que bonito fue ver a tantas personas ahí, tanto mujeres como hombres que pedían justicia. Ahí me di cuenta que estaba donde quería estar, y que me moría de ganas de, con mayor o menor medida, formar parte de esa masa humana vestida principalmente con colores morados y que tan valiosa y fuerte me hacían sentir sin ni siquiera conocerme.
Unos meses después, por el mismo grupo de whatsapp por el cual se había organizado el acto del 8M, las más veteranas de la universidad propusieron crear una asociación LGBT en la universidad y jo, que bonito y que suerte ya el primer año de carrera haber conocido a personas que tengan tantas ganas de cambiar las cosas, por supuesto dije que sí junto a muchas más personas y, además porque suponía todo un reto el conseguirlo ya que la universidad ya nos había puesto algunas pegas el día del 8M para colocar un cartel con notas donde se expusiesen diversas razones por las cuales era necesaria la manifestación.
Sinceramente me parecía complicado que se pudiese llevar a cabo, pero, milagrosamente nos dieron la aprobación, os prometo que nunca he admirado tanto a unas personas como ese día en el que las mismas personas que tuvieron la iniciativa de crear la asociación nos dijeron que teníamos el visto bueno💁💁.
En serio, deberíais haberlas escuchado como nos lo comunicaron, así como el día que se explicó cueles eran los principales objetivos y motivaciones para la creación de dicha asociación, lo mostraban y transmitían con tanta ilusión y tantas ganas que era imposible no prestar atención en cada idea y propuesta.
No sé, es que intento explicarlo más o menos bien, pero deberíais estar ahí, no nos conocemos de nada la mayoría y cada una tiene su vida, sus preocupaciones, sus problemas, sus fiestas, sus amigxs, pero aún así están ahí cerquita; algunas de ellas chillan a pleno pulmón cada frase en las manifestaciones, alguna es el sombrerero loco🎩 de Alicia en el país de las Maravillas que sabe llevarte  junto a otros actores y actrices a otros mundos sin levantarte de la butaca del teatro o también saben recitar poesía con tanto sentimiento que crees que el tiempo no pasa💜, también hay alguna persona que sabe escucharte👥, tus mayores o menores problemas, sólo para que no te ahogues y alguna otra que tiene la capacidad de ahuyentar a los miedos con su sonrisa y su energía positiva,  no sé, lo que quiero decir es que lo más bonito de todo es que por esto o por aquello son personas realmente mágicas🎇 con la capacidad de hacerte sentir invencible.

Así que este primer año me quedo con algunas personas de mi clase que espero seguir teniendo cerca los próximos años📚, me quedo con algún que otro profesor que supo transmitir su asignatura con verdadera pasión sobre lo que nos estaba explicando, me quedo con pequeños momentos del día a día, pero, sobre todo, este año me quedo con ese grupo de personas que me enseñó y me transmitió de cerca porque es necesario formar parte de ese movimiento feminista♀️, de no quedarse callada, y que tanta ilusión y ganas de cambiar las mayores y menores injusticias tienen y transmiten, y que tan fácil resulta admirarlas por ello, ojalá que no estuviesen terminando ya la carrera😞, pero bueno... aún así me siento enormemente orgullosa de haber conocido a personas tan especiales en todos los sentidos, que todo el mundo te dice que irás conociendo a lo largo de la carrera, y espero que así continué.

Muchas gracias, de verdad, me miro al espejo y me siento invencible ante los mayores o menores problemas que tienen lugar, estoy aprendiendo a quererme así, con todos los defectos, con todas las torpezas... y por primera vez y desde hace tiempo siento que estoy donde realmente quiero estar.⭐⭐



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