martes, 21 de marzo de 2023

La ausencia de una despedida que necesitaba tener

 

Siento tantas cosas y tan diferentes últimamente que la mayoría de veces ni siquiera puedo hablarlas porque me sobrepasan en momentos impidiéndome cierta liberación; y es extraño ¿sabes?, porque a la vez que siento todo esto siento un vacío en el que, al gritar, escucho mi propio eco, me resultar extraño sentir ambas sensaciones, aparentemente contradictorias.  

Me siento algo sola, y lo peor es que sé que no lo estoy, pero me siento como si estuviera en el interior de una cápsula en la que por mucho que grite o golpee las paredes no me escuchan aún haciéndolo, tal vez sea porque el problema está justo ahí, en que sí me escuchan todas las personas salvo la que más necesito que me escuche, yo misma. 

Miedo, ni puta idea de hacia qué, pero miedo. Necesito que todo esto acabe ya y que acabe de verdad, que acabe el miedo, el dolor, la desconfianza y la soledad, si tú quieres largarte de mi vida, adelante, hazlo, pero no te lleves partes de mí, no te lo mereces. Dicen que la manera de irse de una persona dice mucho de ella, explícame entonces por qué tú decidiste irte así, ¿es ausencia de empatía o exceso de orgullo lo que te hizo desaparecer sin dar explicaciones?, se supone que una amiga es un lugar seguro, alguien que conoce tus heridas y puntos débiles y con quien puedes tener la seguridad de que jamás te golpearía o te haría daño intencionadamente, ¿entonces?, dime, ¿por qué?, es que te prometo que no lo entiendo y que he revisado al detalle cada comportamiento o momento que he vivido contigo por intentar encontrar un posible fallo mío, pero no, no he sido yo quien ha fallado en esta ocasión, has sido tú, y te juro que me duele más a mí que a ti decirte esto porque yo por mis amigas pondría la mano en el fuego, y porque tú eras de las importantes, de las que no me puede faltar para echarnos unas risas, darnos un abrazo o hacernos sonreír la una a la otra. Te busqué y te encontré muy alejada de la persona que decía ser mi amiga, te volví a buscar varias veces más e intenté encontrar alguna entrada a esa cápsula en la que vives, pero no encontré entrada posible, por lo que hice como que me iba a ir para protegerme de ti mientras te gritaba sin parar que no me dejaras ir, que no quería irme, y que sólo quería volver a encontrarme con mi amiga, la de verdad, con la que pasaba tardes de biblioteca entre risas y la que me sacaba una sonrisa cada vez que me veía, ¿dónde estás?, ¿estás ahí?, hace mucho tiempo que no te veo y te echo de menos, mucho.

No estoy bien, no voy a ir de orgullosa, no estoy bien porque una parte de mi dolor procede de ti y de tu ausencia en mi vida sin explicación alguna, creo que después de estos años me merecería, al menos, un por qué, pero da igual, cada día voy perdiendo interés en encontrar una explicación y tan sólo intento no guardarte ningún tipo de rencor por esa amiga que encontré en ti y a quien sigo queriendo con todo el corazón, ojalá te vaya bien, de verdad, ojalá seas muy feliz y que nadie te haga sentir como tú haces sentir a las personas cuando te vas de sus vidas. 

Te echo de menos, perder a una amiga de esas que tienes en la cajita de "importantes" es bastante doloroso y, todavía ahora, sigo sonriendo con un puñado de tristeza cuando recuerdo alguno de los momentos que pasamos juntas, veo la casa de papel y lloro en la parte en que Tokio y Nairobi se abrazan, ojalá que estuvieras aquí, ojalá que me dejaras pasar a tu madriguera y me pudieras contar qué ocurre. 

No estoy bien, pero volveré a estar bien, eso te lo aseguro, queda mucho que vivir y que crecer aún como para creer que no podré con esto, me gustaría que siguieras aquí, pero contigo o sin ti seguiré y volveré a ser yo algún día de estos; escribiré un libro, viajaré sola, celebraré mi cumpleaños y volveré a ser la chica feliz que cree en las personas y que quiere y se deja querer por ellas, eso sí, ni se te ocurra volver cuando me veas en cualquiera de esos instantes, no quiero que nadie que no haya estado conmigo en las malas me haga creer que me acompaña en los momentos buenos, eso no es acompañamiento, es interés, así que ni se te ocurra volver. 

Tus amigas tienen razón, eres toda una terrorista emocional en cuanto a despedidas, como amiga eres genial, a mí me has hecho muy feliz en cada uno de los momentos que hemos vivido juntas, así que por ahí gracias, aunque ya podrías haberlo hecho un poco peor si tu manera de irte iba a ser esta. 

De corazón, te deseo lo mejor, ojalá algún día salgas de tu caparazón un poquito más y seas capaz de despedirte sin destrozarlo todo, sé que es complicado, pero más complicado es vivir escapando de todo lo que nos haga sentir o perder el control, como amiga, salvo el momento "despedida", lo has hecho tan bien que tal vez por eso ahora cueste tanto soltarte, pero tranquila, contigo o sin ti estaré bien. 

Te quiero.

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