miércoles, 29 de marzo de 2023

Ojalá me hubieras escrito

 

Hoy ha sido el día de mi cumpleaños y me he sentido feliz recibiendo al amor de personas a las que quiero por distintas vías y de distintas formas. 

He salido a tomar el sol, he bailado y cantado temazo tras temazo en bragas por el pasillo de mi casa sintiéndome una diosa y después me he puesto a hacer una tarta como buena señora fetén. He intentado estar entretenida y lo he conseguido, pero ahora por la noche es cuando apareces en forma de un pequeño puñado de tristeza que me estruja el corazón. 

Hay algunas personas con las que actualmente ya no tengo relación que me han felicitado y han conseguido ablandarme el corazón, en momentos a lo largo del día de hoy me he imaginado como sería recibir una felicitación tuya, en instantes he creído estar mejor sin recibirla y en otros he fantaseado con recibir en un día como hoy un mensaje de ti felicitádome y/o disculpándote, he deseado en algunos momentos recibirlo, de verdad, pero no lo he recibido, por lo que volví al presente y a las personas que formar parte de él y que tanto y tan bien me quieren. 

Me siento algo ridícula por seguir esperando una explicación de alguien que probablemente ni se haya parado hoy a pensar en mí, me siento ridícula por creer que yo para ti era igual de importante de lo que tú eras para mí, pero bueno, debo decirte que prefiero ser la ridícula antes que la que se larga como tú lo has hecho. 

El hecho de que hoy no me hayas felicitado solo es una muestra más de que te has ido, de que no estás, aquí dentro hay un puñado de recuerdos que aún escuecen si los abrazo demasiado al ser consciente de que no son más que eso, recuerdos. 

¿Sabes? Una vez leí que a veces no queremos dejar de sentir una emoción desagradable en torno a una persona porque tal vez esa emoción sea lo único que nos queda de la relación, tal vez por eso no quiera soltar aún esta tristeza pequeñita durmiendo en mi pecho o esta rabia a la que no le dejo crecer, porque tal vez no quede más de nosotras juntas que esto y una infinidad de recuerdos, pero sé que debo soltar sin pretender encontrar una explicación que tal vez ni tú conozcas con claridad, así que tranquila que lo haré, pasito a pasito, de la misma forma en que tú te fuiste yendo, pero no sé, quería que supieras que hoy ha sido mi cumpleaños, que he pensado en ti, que en momentos he deseado recibir un mensaje tuyo, y que si lo hubieras hecho me habría permitido un pequeño espacio de tiempo para olvidar todo lo de ahí fuera y poder despedirme bien de ti. 

Te quiero y te echo de menos amiga mía, ojalá te esté yendo y te siga yendo todo muy bien. 

Hoy cumplo 24 años y abrazo esta tristeza sin dejar de ser feliz al ser consciente de que esto también es crecer. 

martes, 21 de marzo de 2023

La ausencia de una despedida que necesitaba tener

 

Siento tantas cosas y tan diferentes últimamente que la mayoría de veces ni siquiera puedo hablarlas porque me sobrepasan en momentos impidiéndome cierta liberación; y es extraño ¿sabes?, porque a la vez que siento todo esto siento un vacío en el que, al gritar, escucho mi propio eco, me resultar extraño sentir ambas sensaciones, aparentemente contradictorias.  

Me siento algo sola, y lo peor es que sé que no lo estoy, pero me siento como si estuviera en el interior de una cápsula en la que por mucho que grite o golpee las paredes no me escuchan aún haciéndolo, tal vez sea porque el problema está justo ahí, en que sí me escuchan todas las personas salvo la que más necesito que me escuche, yo misma. 

Miedo, ni puta idea de hacia qué, pero miedo. Necesito que todo esto acabe ya y que acabe de verdad, que acabe el miedo, el dolor, la desconfianza y la soledad, si tú quieres largarte de mi vida, adelante, hazlo, pero no te lleves partes de mí, no te lo mereces. Dicen que la manera de irse de una persona dice mucho de ella, explícame entonces por qué tú decidiste irte así, ¿es ausencia de empatía o exceso de orgullo lo que te hizo desaparecer sin dar explicaciones?, se supone que una amiga es un lugar seguro, alguien que conoce tus heridas y puntos débiles y con quien puedes tener la seguridad de que jamás te golpearía o te haría daño intencionadamente, ¿entonces?, dime, ¿por qué?, es que te prometo que no lo entiendo y que he revisado al detalle cada comportamiento o momento que he vivido contigo por intentar encontrar un posible fallo mío, pero no, no he sido yo quien ha fallado en esta ocasión, has sido tú, y te juro que me duele más a mí que a ti decirte esto porque yo por mis amigas pondría la mano en el fuego, y porque tú eras de las importantes, de las que no me puede faltar para echarnos unas risas, darnos un abrazo o hacernos sonreír la una a la otra. Te busqué y te encontré muy alejada de la persona que decía ser mi amiga, te volví a buscar varias veces más e intenté encontrar alguna entrada a esa cápsula en la que vives, pero no encontré entrada posible, por lo que hice como que me iba a ir para protegerme de ti mientras te gritaba sin parar que no me dejaras ir, que no quería irme, y que sólo quería volver a encontrarme con mi amiga, la de verdad, con la que pasaba tardes de biblioteca entre risas y la que me sacaba una sonrisa cada vez que me veía, ¿dónde estás?, ¿estás ahí?, hace mucho tiempo que no te veo y te echo de menos, mucho.

No estoy bien, no voy a ir de orgullosa, no estoy bien porque una parte de mi dolor procede de ti y de tu ausencia en mi vida sin explicación alguna, creo que después de estos años me merecería, al menos, un por qué, pero da igual, cada día voy perdiendo interés en encontrar una explicación y tan sólo intento no guardarte ningún tipo de rencor por esa amiga que encontré en ti y a quien sigo queriendo con todo el corazón, ojalá te vaya bien, de verdad, ojalá seas muy feliz y que nadie te haga sentir como tú haces sentir a las personas cuando te vas de sus vidas. 

Te echo de menos, perder a una amiga de esas que tienes en la cajita de "importantes" es bastante doloroso y, todavía ahora, sigo sonriendo con un puñado de tristeza cuando recuerdo alguno de los momentos que pasamos juntas, veo la casa de papel y lloro en la parte en que Tokio y Nairobi se abrazan, ojalá que estuvieras aquí, ojalá que me dejaras pasar a tu madriguera y me pudieras contar qué ocurre. 

No estoy bien, pero volveré a estar bien, eso te lo aseguro, queda mucho que vivir y que crecer aún como para creer que no podré con esto, me gustaría que siguieras aquí, pero contigo o sin ti seguiré y volveré a ser yo algún día de estos; escribiré un libro, viajaré sola, celebraré mi cumpleaños y volveré a ser la chica feliz que cree en las personas y que quiere y se deja querer por ellas, eso sí, ni se te ocurra volver cuando me veas en cualquiera de esos instantes, no quiero que nadie que no haya estado conmigo en las malas me haga creer que me acompaña en los momentos buenos, eso no es acompañamiento, es interés, así que ni se te ocurra volver. 

Tus amigas tienen razón, eres toda una terrorista emocional en cuanto a despedidas, como amiga eres genial, a mí me has hecho muy feliz en cada uno de los momentos que hemos vivido juntas, así que por ahí gracias, aunque ya podrías haberlo hecho un poco peor si tu manera de irte iba a ser esta. 

De corazón, te deseo lo mejor, ojalá algún día salgas de tu caparazón un poquito más y seas capaz de despedirte sin destrozarlo todo, sé que es complicado, pero más complicado es vivir escapando de todo lo que nos haga sentir o perder el control, como amiga, salvo el momento "despedida", lo has hecho tan bien que tal vez por eso ahora cueste tanto soltarte, pero tranquila, contigo o sin ti estaré bien. 

Te quiero.

domingo, 19 de marzo de 2023

Carta a un corazón imparable

 

Querido corazón de Casi: 

Llevo unos minutos embobada viendo a tu dueña dormir y debo decir que está preciosa, pero yo ahora quiero hablar contigo, tal vez esto es algo ridículo el hablarle al corazón de una persona, pero lo vi en una película romántica y me pareció precioso, así que yo quiero hacer lo mismo como buena persona intensita y romántica (ñoña) que soy. 

Seamos sinceros, ambos sabemos que tu dueña no lleva unos meses especialmente fáciles que digamos, que bueno, ya sé que yo tampoco estoy para tirar cohetes, pero ahora estamos hablando de ella y de algo muy importante que debo pedirte, a mí me encanta estar a su lado por una infinidad de razones y si me deja estoy dispuesta a quedarme cerquita de ella cuidándola y queriéndola el resto de mi vida, pero quiero pedirte que tú hagas lo mismo, debajo de esas corazas que a veces intenta volver a cargar se encuentra alguien que te necesita fuerte y a su lado para seguir creyendo en el amor, nunca he visto a nadie con tanto amor en su interior y eso es algo muy valioso y demasiado bonito como para correr el riesgo de que lo pierda, así que quiérela, enséñale de verdad a la chica tan preciosa que yo veo en ella, háblale del amor en su máximo esplendor y totalidad y recuérdale todo lo que ha hecho por ser hoy la persona tan preciosa que es, muéstrale la imagen de esa niña perdida encerrada en un castillo de barrotes de hierro y ayúdale a que vuelva a ser consciente, cuando crea haberlo olvidado, que fue ella solita quien salió de ahí, fuera yo tuve el enorme privilegio de coincidir con ella, pero fue gracias a que salió de su mazmorra la razón por la que pudimos vivir cogidas de la mano la mayor aventura de todas, las de vivir nuestro día a día sin soltarnos nunca. 

No ha sido una temporada fácil que digamos, sé que ambas hemos sentido en varios momentos como se tambaleaba hasta el suelo que había bajo nuestros pies y que en ocasiones llegamos a dudar de si seríamos capaces de seguir caminando juntas, me da miedo cantar victoria porque sé que el hecho de que la guerra aparentemente haya concluido ahí fuera no implica que aquí dentro no haya mucho que limpiar, curar y reconstruir, pero mírate amigo, estoy segura de que eres uno de los corazones más fuertes y con más ganas de sentir amor de los últimos tiempos, es bonito que tu dueña haya aprendido a guiarse por ti y que tú hayas sabido apostarlo todo por amor, es por esto por lo que no te pido nada de otro mundo, tan solo que sigas haciendo lo que ya has hecho a lo largo de estos años, que le quieras y le sigas cuidando tan bien como sabes hacer, como sabemos hacer, ambos sabemos que debajo de esa coraza está alguien que necesita de vez en cuando un "Te quiero", un abrazo, un "todo va a ir bien" y que alguien esté pendiente de si ha llegado ya a casa, así que demuéstrale la persona tan bonita que es y oye, si puedes influir un poquito para que siga queriendo compartir su vida conmigo pues te lo agradecería un montón, por pedir...

Tienes una dueña querido corazón de la que estoy perdidamente enamorada, me encanta verla dormir y me encanta compartir mi vida con ella, también tengo aquí dentro mi saquito de miedos, inseguridades y desconfianza que últimamente hace más ruido del que me gustaría, pero el corazón que llevo aquí dentro me dice siempre sin dudarlo que es por aquí y que jolín, la veo sonreír y siento que he llegado a mi hogar, mi rincón especial, en el que hacerme unas palomitas y ver juntas una película después de cenar, échame una mano y ayúdame a que ella vea en el espejo a la chica que veo yo todos los días, sé que te va a necesitar tanto como tú a ella, así que cuídala, por favor, y quiérela bien y bonito, de esa forma en que me enseñaste a hacerlo a mí. 

Bueno, pues ahora sí que sí, buenas noches querido corazón de Casi, gracias por ser como eres y por todo lo que haces por ella en nombre del amor, y buenas noches amor mío, que tengas dulces sueños, yo prometo seguir estando aquí cuando te despiertes. 

Os quiero mucho. 

La tinta invisible de mi piel

 

Tengo miedo, ha vuelto y, aunque sé que no es para quedarse (o no en estos niveles), me dificulta cualquier mínimo intento de avance, tengo miedo a muchas cosas, tantas que ni sabría identificar todas ellas con claridad; volver a exponerse, a arriesgarse, a conocerse, no es un proceso fácil, y menos si partes de un terreno en el cual ya sufriste daños, la desconfianza se vuelve a activar hasta ante el sonido de una pisada como mecanismo de alerta y de defensa, intento aceptarla para que no haga más ruido, la intento mimar aunque no sea cariño lo que siento hacia ella y le explico que la guerra ya terminó, que estamos en nuevos lugares, nuevos contextos y ante nuevas personas, y que si hemos elegido la opción de lanzarnos por los aires debemos, inevitablemente, pasar por aquí y confiar, pero hostia el miedo que da; el ritmo cardíaco acelerado, el nudo en la garganta, el inicio de ese dolor de pecho y cabeza y el silencio lleno de ruido, ¡basta!, es distinto, no tengas miedo, confía.

Abrazo cada sensación desagradable siendo consciente de su inevitable existencia y con ganas de que pronto piense que soy lo suficientemente empalagosa como para que quiera largarse, ojalá poder pedirle una fórmula mágica para no sentir nada de esto, ojalá que a veces no fuera yo la responsable de lo que siento, ojalá poder escapar durante unas horas, pero esto es lo que hay y es parte del betadine y del agua oxigenada que debo echar sobre la herida, duele más de lo que creí que lo haría, y el miedo muerde en esas zonas que todavía no están del todo cicatrizadas intentando hacerme sentir pequeña y encerrarme de nuevo sobre mí misma, no lo conseguiréis, no quiero volver a sentirme así, pese a las dificultades que sigue conllevando ciertos días confiar de nuevo en mí o en otros.

Respira, tranquila, todo esto es completamente distinto a lo que viviste, nada es igual, no tengas miedo o intenta no tener demasiado, dejará de doler y volverás a conquistar esa paz y tranquilidad completa sin renunciar a tus ganas de conocer nuevas historias en nuevas miradas, pero ahora es tiempo de cuidarse, de mimarse y de respetar tu propio ritmo personal, olvídate de otros, olvídate de sus ritmos y sus historias, ahora es tiempo de volver a confiar, de volver a tirarse de este helicóptero aún sin saber si llevamos paracaídas en la mochila, sé  que da muchísimo miedo, y más después de habernos estampado ya anteriormente, pero no nos queda otra que confiar.

Te quiero. 


jueves, 16 de marzo de 2023

Granadas en forma de besos

 Siendo sincera reconozco que has golpeado mucho más fuerte de lo que creí que lo habías hecho en un comienzo, y mira que he intentado entenderte y sencillamente alejarme de ti sin juzgar tus actos, pero me has hecho daño y no creo merecerlo, no creo que me mereciera coincidir con una persona como tú que ha dejado tantas granadas escondidas bajo mis tierras que ni siquiera me atrevo a dar más de dos o tres pasos sin que el miedo me vuelva a paralizar. 

¿Sabes? Yo no valgo tan poco como para haberme sentido tan reemplazable, tan olvidada y tan diminuta; besé unos labios venenosos creyendo que eran a mí a quien querían besar y me quedé a dormir entre los brazos de quien creía que sabría sostener y cuidar, pero me equivoqué, me quité la armadura y bajé el escudo ante quien menos debí haberlo hecho y aprovechaste una de esas noches mientras dormía para atacar bajo un disfraz de autodefensa o aparente amor propio cuando desde el comienzo te dije que yo no quería golpearte, desterrarte, que no quería guerras porque el amor lo último que debe de ser es una guerra, ¿me veías cuando me abrazabas?, ¿qué sentías?, ¿cómo haces eso de abrazar y soltar cuando el suelo desaparece bajo nuestros pies?, ¿es así como has sobrevivido todo este tiempo?.

¿Sabe qué es lo peor?, que mientras me estabas haciendo daño yo estaba súper convencida de que no eras consciente de ello y que toda la culpa era mía porque claro, no te pedía que parases, y si en algún momento te hubieras dado cuenta te juro que me hubiera puesto mi careta de payaso y te habría prometido que me iría solo por no cargar con la culpa de hacerte daño yo a ti, que yo no quería eso, que yo quería demostrarte que esa niña que puntualmente vi dentro de ti ilusionada hablándome de sus hobbies y sueños era tan merecedora de amor como cualquier otra persona y estaba dispuesta a irme por creer en que podía conseguir que tú hicieras este gran descubrimiento de ti, la única razón por la que no me fui fue porque cuando estaba esperando ese tren de ida sin billete de vuelta apareció la persona de la que estoy enamorada pidiéndome con manos temblorosas y ojos acuosos que no me fuera, te prometo que estuve a punto de irme, pero no pude, no quise irme, nunca nadie antes me había pedido que no cogiera el tren y supongo que por eso no lo hice cuando ella me miró de esa forma en que creí que ya no lo volvería a hacer. 

Ojalá el orgullo te dejara libre unas horas tan solo y me vieras, me conformaría con eso, con ser vista por ti de manera real y observes el dolor que siento, no te lo deseo, no quiero que vengas a recogerlo y te lo lleves contigo, pero sí me gustaría que reconociera su existencia para que así observaras las heridas que este me ha provocado en distintas partes de mi cuerpo.

Estoy todavía intentando perdonarte, no está siendo un proceso nada fácil, pero no quiero quedarme con nada que me pueda intoxicar, te estoy intentando perdonar por mí y no por ti, porque no creo que nadie que no reconozca sus agresiones merezca un perdón, eso sí, no quiero que vuelvas, no quiero volver a pasar por ti ni que tú pases por mí, no quiero volver a cometer el error de intentar  salvar a alguien abrazándole mientras esté alguien me golpea por la espalda, no te deseo nada malo, pero ojalá que algún día alguien te escriba una carta de despedida diciéndote lo tanto que te quería aún después de tus intentos de generar en las personas el sentimiento contrario. 

Me has hecho daño de una manera tan sutil y tan agresiva a la vez que ahora todas las personas ante mis ojos son posibles agresores y miro siempre sus manos por si las tuvieran manchadas de sangre y tuviera que salir corriendo, es agotador vivir así, no sé cómo lo haces; hace unos días observé la magnitud de las heridas, una persona a la que quiero mucho me abrazó, nunca antes lo había hecho, y yo al instante abrí bien los ojos, mi ritmo cardíaco se aceleró preparándose para un posible enfrentamiento y con mis manos en vez de abrazar las dejé preparadas para golpear, esta persona no me golpeó, dejó de abrazarme y me sonrío con ternura y yo entonces observándome a mí misma me comprobé confusa al no saber cómo actuar en estas circunstancias, durante unas segundos sentí una parte horrible de ti en mí, me dio miedo sentirlo y más miedo me dio sentir durante unos minutos que me había transformado en una persona como tú.

P.D: Ojalá algún día te dejes querer y sepas querer bien y de verdad.