Esto no es un blog, es mucho más. Es la última bombona de oxígeno que me queda en ocasiones. Es cada centímetro de mi piel sintiendo la lluvia. Es un vacío aquí dentro que a veces araña provocándome vomitar las últimas mariposas que habitan en mí. Es el conjunto de monstruos que habitan bajo mi cama confesándome sus miedos. Es un polvo sucio y rápido. Es un jodido y precioso caos difícil de entender, así que no te pido que lo entiendas, pero sí que no te olvides de donde esta la salida.
viernes, 27 de agosto de 2021
Primavera
sábado, 14 de agosto de 2021
Si la vierais sonreír lo entenderíais
Y de pronto te encuentras sonriendo como una idiota con el sonido de la respiración de una de esas personas especiales a través de tu teléfono, eliminando, mágicamente, todos los kilómetros que os separan y abrazándote con tanto amor que hasta alguna lágrima confiesa que no te creías que esto pudiera ocurrir.
Besa con sus labios cada herida pasada, toca una canción lenta en el piano de tus costillas haciendo que tú añadas la letra y recorre con su lengua cada centímetro de tu cuerpo desactivando todos tus mecanismos de defensa, derritiendo tus corazas y tentándonte a jugar a ser el funambulista que recorre un vacío en el que una mirada dulce y a la vez hambrienta se convierte en tu línea de vida, y en razón más que suficiente para echar un pulso a los miedos y que un gemido entrecortado haga que estos tiemblen de pánico al ver como el placer y la felicidad agarran corazón y entrañas y se besan con tanto amor que parece que nunca hubiesen sufrido daños en combate.Tu cuerpo se convierte en el lienzo de obras maestras que aún no han sido creadas y mis dedos dibujan sobre tu espalda una carta de amor que quemaré después con mi lengua, mientras tus gemidos me confirman que ya la han leído y que menuda pasada sentir esto que sentimos cada vez que nuestras miradas se encuentran encubiertas en un "sin querer" que contiene más deseo del que creímos que podríamos controlar.
Jugamos a ser niñas perdidas de NuncaJamás que no quieren ser encontradas y nos planteamos quedarnos allí a vivir, que desde aquí todo es más sencillo, menos complicado; acordamos un punto común al que regresar si nos perdemos y varias estrellas se emocionan al vernos bailar con libertad sin que ello implique dificultad alguna, no sé exactamente cómo lo hacemos, pero lo hacemos bastante bien para la poca experiencia que tenemos.
Me pierdo en ti mientras tú besas unas mejillas enrojecidas y siento que exploto por los aires mientras descubro que sí que es posible llegar las nubes impulsándome lo suficiente desde ese columpio de tus labios que, aunque no sea muy grande, es el tuyo, y por eso mismo yo no quiero bajarme aún de aquí.
Sigo escuchando tu respiración, en ocasiones más acelerada, otras más pausada, me pasaría horas escuchándola y fantaseando sobre cómo sería contarte todo esto, contarte que no sé qué estamos haciendo, pero que te quedes cinco minutos más, después otros cinco y otros cinco más, y con un poco de suerte que siempre tengas más ganas de quedarte que de irte
viernes, 6 de agosto de 2021
Los miedos aprietan, pero no ahogan
domingo, 1 de agosto de 2021
Barcos de papel
Sonríe y el mundo se pone a dar vueltas mientras todo se detiene aquí dentro en el segundo exacto en el que cualquiera nos haría una foto al besarnos, es una boca con sabor a mermelada de fresa y tal vez por eso sea imposible no volver a ella mientras sus ojos juguetean con los míos con una aparente seguridad que perderemos ambas en cuanto a alguna le de por acercarse unos centímetros.
Tu nariz sigue las pistas perdidas de un tesoro oculto en mi columna vertebral y termina en mi clavícula derecha columpiándose unos segundos para alcanzar mi cuello, un cuello que se retuerce despacio al ritmo de esa canción que escriben tus besos continuados, los cuales se esfuerzan por bloquear todos mis pensamientos y así dejarte llevar el control o hacerte creer que lo llevas.
El reloj nos recuerda que tenemos mucho que hacer y que ya vamos tarde, el sonido del microondas lo envuelve todo en una esfera de familiaridad y con un calor que es imposible no disfrutar unos minutos, es como estar inmerso en una rutina de la que decías que no querías formar parte hasta que has visto en la nevera una nota que pone: "¿Vamos a comer al restaurante nuevo de la esquina?, te espero allí a las tres, te quiero. ♡"
Vuelves a sonreír con tus aparentes aires de seguridad sentada en esa mesa del Ikea y vuelvo a perderme en esa curva tan bonita de tu rostro mientras tus piernas rodean mi cintura con firmeza para evitar que me vaya, acaricio tu cuello mientras te coloco bien el cuello de la camisa, iba bien hasta que mis manos descubren un botón desabrochado, observo el resto mientras una pequeña parte racional dentro de mí me recuerda una lista interminable de cosas que hacer, acaban todos los botones desabrochados y tu piel se eriza velozmente mientras firmo en tu pecho un tratado de paz para que nadie salga ileso, ¿o era herido?, tarde, tu boca juguetea con la mía y me pide asustada que no me vaya ahora, pero me tengo que ir, se me hace tarde, se nos hace tarde.
Saco mi colacao del microondas, disfruto los grumitos mientras me observas intentando averiguar cómo va eso de la paciencia, tardo apenas unos minutos en terminármelo y te beso rápidamente antes de irme mientras te ríes de algo que no me quieres contar.
Pasan sólo unos segundos y entro apresuradamente de nuevo, me observas sorprendida mientras cojo esa nota de la nevera, freno un momento en seco y te digo con vergüenza:
- A las tres en el restaurante nuevo de la esquina, yo también te quiero.
No quiero rutinas, no quiero la cotidianidad del día a día, pero durante unos minutos la idea de que nuestra máxima aventura sea ir al cine los fines de semana y nuestro máximo drama elegir muebles nuevos no me ha parecido un mal plan de futuro, repito, no quiero rutinas, sólo que hoy estoy sensible, déjame joder.