domingo, 11 de junio de 2023

La incertidumbre sobre el papel

 

No sé muy bien qué me ocurre, pero algo aquí dentro araña, duele y entristece, lo peor siguen siendo mis dificultades para abrirme el pecho y mostrar esto ante la maldita pregunta de "¿qué tal?", acabo llorando sin querer cuando intento pronunciar el "bien" y me doy cuenta de lo evitativa que he sido estos meses y de todos mis esfuerzos por esconder bajo la cama a miedos que solo querían y necesitaban ser observados. 

Desde hace unos meses me siento un poco sola en gran parte de momentos, no sé muy bien por qué, pero así me siento, como a kilómetros de distancia de infinidad de personas y de mí misma, en ocasiones cuando estoy cansada de sostener tantas fronteras y mecanismos de defensa me relajo y me dejo abrazar y ser por quienes me miran con tanto amor y/o ganas de conocerme, me da miedo enseñarles todo esto, me agobian las expectativas y la incertidumbre, y esto último acaba de llegar y sé que, en mayor o menor medida, se quedará aquí. 

Necesito volver a mí, seguir curando heridas propias por haber considerado "hogar" la boca del lobo, y volver a confiar en los de ahí fuera, que pánico la verdad; dejarme cuidar, abrazar, querer y llorar a mares en quienes de verdad quieran estar aquí cerquita para demostrarme de nuevo que, aunque cayera en unas manos ausentes de amor, eso no significa que el resto vayan a ser igual.

Necesito volver a creer en mí, ser como soy y volver a ser consciente de mi valor, me siento diminuta últimamente y, en ocasiones, transparente, pero cuando alguien me ve, cuando alguien me mira a los ojos soy yo la que evita cualquier acercamiento por miedo a nuevas heridas o a que no encuentre nada interesante aquí dentro. 

Vacío. He vuelto a perder el control de muchos procesos internos y ahora esa palabra me acojona escribirla, leerla y escucharla; supongo que es por la intensidad y frecuencia con la que la siento o por haber llegado el momento en que tener que exponerme a la ausencia de un camino claro al ser yo la única que puede decidir por dónde ir. Miedo de nuevo, pero sigo respirando, eso es importante. 

¿Y ahora qué?

Tal vez ahora no haya nada más que esto, abandonar mi modo automático de supervivencia, dejar de evitar lo inevitable y volver poco a poco a tener esas citas preciosas que antes tenía con la niña y mujer del espejo, ¿seguirá ahí?. Tengo muchísimas ganas de seguir siendo capaz de abrirme el pecho ante nuevas personas, aunque no lo parezca, me encanta conectar con nuevas personas, pero he descubierto que esto va a llevar tiempo, y es que últimamente tengo más ganas de que me cuiden, me escuchen y me quieran bien que de un polvo rápido sin apenas miradas de verdad.

Hay un lugar que sigue intacto, que sigue conservando toda su magia sin importar que esté ocurriendo fuera, los teatros. Es de los pocos lugares donde puedo volver a ser yo, donde vuelvo a ser inmensamente feliz y donde acabo emocionándome al sentirme parte de él. Se apagan las luces, se abre el telón y vuelvo a ser invencible, cada día estoy un poco más enamorada del teatro. 

En fin, sigo sin saber qué me pasa, pero espero volver a mí pronto y que todo vaya bien.


No hay comentarios:

Publicar un comentario