martes, 15 de marzo de 2022

Autopsia de un puñado de recuerdos

¿A dónde viajan las personas que se han ido sin irse del todo?
Busco respuestas en los mismos sitios donde encontré las preguntas y me pongo a hacer malabares con los miedos de una niña escondida bajo mi cama para demostrarle que no son tan grandes como parecen, bailo desnuda por el pasillo la canción que años atrás me rompió sin piedad y dejo que me bese las heridas que ella misma provocó. 
Me coloco frente a esa hoja en blanco sin inspiración y recuerdo con cierto dolor cuando tu nombre era suficiente para no dejar de escribir intentando así que te quedaras de alguna forma cuando ya no estuvieras aquí; y ya sé que fui yo la que te alejó, cuanto más lejos más segura estaré, pero ojalá me lo hubieras puesto algo más complicado.
Me retuerzo de placer al ser consciente de que respiro bien sin que tu ausencia haya dejado de hacer ruido algún que otro Domingo, jugueteo con este silencio y recuerdo alguna que otra noche los días en que los silencios estaban llenos de ruido que pedía constantemente ser liberado, ser compartido para que así no creciera más, no lo hice y debí hacerlo, serte sincera, mostrarte que había bajo ese rostro sonriente y maquillado.
Encuentro una foto tuya en mi cartera, el dibujo que me regalaste y la orquilla que me prestaste al haber perdido mi goma de pelo. 
Los agarro con fuerza en señal de victoria y olvido cuál es exactamente la victoria que celebrar, supongo que lo que agradezco, te agradezco, es que me hayas devuelto los silencios sin que tu ausencia haya llegado a ser completa; con el tiempo pasó de doler a arañar y de arañar a acariciar, y gracias, porque no me siento merecedora de este trato de favor, pero a una tenía que perder y por primera vez decidí quedarme conmigo y perderte a ti.

Han pasado muchas cosas desde entonces; he vuelto a bailar todas las canciones delante de mi espejo y a sentirme preciosa en cada una de ellas, he vuelto a escribir con muchas más letras que las que componen tu nombre, he vuelto a darme una oportunidad y he recibido el beso de alguien que se emociona si me ve feliz, he vuelto a rodearme de gente y he vuelto a sentir el amor en todas sus formas y con la mayor intensidad, ya sabes que soy una intensita sin remedio.
¿Y sabes qué es lo mejor de todo?, que tú sigues aquí, a mi lado, y eso me hace feliz porque yo nunca quise irme, o no así, pero estás, aquí, junto a mí.
Te contaré un secreto; cuando estoy nerviosa tengo una lista de personas imprescindibles a mi lado, hay una persona que me da la mano y que me dice que me quiere y a mí me es imposible no ponerme a llorar, hay otras que me abrazan, otras que me llenan el rostro de besos y otras que pronuncian exactamente las palabras que necesito escuchar, y no muy lejos de ahí estás tú sonriéndome en silencio, te sonrío intentando controlar el llanto y entonces con tu energía y ganas de verme feliz me gritas sin control: 

- Venga Laura, ¡te vas a comer el mundo!, no tengo dudas de ello.

Y entonces, justo ahí, vuelvo a comerme el mundo, por cada una de esas personas que me rodean y que tanto me queréis y, sobre todo, por mí, porque al final las cosas no salieron tan mal como creía.

Te quiero. ♡



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