lunes, 26 de abril de 2021

Visita de un marciano a nuestro planeta para combatir la intolerancia


En este mundo las cosas no son fáciles de entender y mucho menos de llevar.
El ritmo es importante, pero no un ritmo musical.
Me refiero a un ritmo de vivir, de ser y de sentir que poco tiene que ver con bailar.
Existen normas, muchas normas, y el problema no es la cantidad.
Sino que muchas de ellas no están ni escritas, pero eso no te libra de que las tengas que reconocer y aceptar.
Hombre o mujer, pero eso de género neutro causa rechazo al no aceptar el otro que sus esquemas mentales previos debe actualizar.
Y ni se te ocurra hacer eso de usar la e que así sólo conseguirás que lo que quieras decir caiga en el olvido mientras esa pequeña e grita sin miedo: ¡qué sí existo joder!.
El amor, que te voy a contar yo a ti...
El heterosexual es aceptable aunque el machismo lo intoxica en ocasiones con tanta profesionalidad que ni cuenta te das.
Por eso alguna mujer
a la que ojalá puedas conocer
grita con clamor que no sólo duelen los golpes y que el machismo un día de estos vamos a vencer.
El lésbico sólo en el porno heteropatriarcal es aceptable de ver.
Y tal vez por eso no entiendan como es posible follar con alguien sin que por medio esté el verbo meter.
O que te suelten algo como: si un vestido llevas lesbiana no puedes ser.
El bisexual te intentarán decir que no existe, que es una etapa de confusión en la que te debes aclarar.
Y es que amigo marciano, quien poca inteligencia tiene ignora toda diversidad y observa sólo en unas asfixiantes opciones, ya sea en género u orientación sexual, su única realidad.
Ten cuidado, no te dejes contaminar.
Y hablando de contaminar, cada día la temperatura de nuestro planeta es mayor y en algunos lugares el aire ya no sé puede respirar.
Destrozamos nuestro planeta sin saber valorar lo que nos da y sólo queremos más y más.
No nos cuentes de donde vienes, pues no nos merecemos otro planeta en el que habitar si ni siquiera este hemos sabido cuidar.
Aunque no te desanimes que no todo es información negativa la que te debo dar.
Existen excepciones, excepciones sin igual.
Personas especiales, personas activistas que con su voz el mundo quieren cambiar.
Algunos nos miran raro, a otros les resultamos pesados.
Y muchos otros con seguridad afirman que al ser tan pocos de nada sirve lo que llevamos caminado.
Pero siempre será mejor esto que quedarse con los brazos cruzados.
Bienvenido a nuestro planeta, no es el mejor de todos, pero es el único que tenemos, así que ojalá que una temporada te quieras quedar.
Que nos hables de tu planeta, que aprendamos todo lo bueno que traigas contigo y que así nos podamos ayudar.
Bienvenido, te estábamos esperando, la aventura está a punto de empezar. 

sábado, 17 de abril de 2021

La paradoja de estar sin estar


Fue en una mirada, como siempre ocurre, cuando fui consciente de que hacía un tiempo que deseaba irme por no saber quedarme, observé ataduras y jaulas donde ayer observaba libertad, ¿en qué momento había ocurrido?, intentaba nerviosa retroceder, deshacer los últimos pasos del juego de atreverse a ser valiente al caer en la cuenta de que había dejado de ser un juego y no me atrevía a seguir jugando con una montaña de pensamientos, emociones y sensaciones que cada vez dolían más ante mis esfuerzos de mantenerlos en silencio.
Así que salí a media noche y sin hacer ruido, sabía que no estaba preparada para despedirme, pero también que no hacerlo supondría que los monstruos nocturnos me desvelaran los meses siguientes, mi intención era que dejara de doler, desaparecer de un mapa en el que la x ya fue despejada y poder hacer como que nada de esto había ocurrido, aceptar una ausencia indeseada por no ser capaz de soportar durante más tiempo ese silencio ruidoso que no cesaba casi nunca; me hubiera encantado que esto fuera una película de Domingo en que uno de los personajes intenta irse y el otro encuentra las formas de hacer que se quede, en verdad me hubiera encantado encontrar en mí otra forma de estar o de aclararme sin tener que abandonar la partida, pero no supe hacerlo y eché a correr en dirección de una libertad perdida mientras cortaba el maldito hilo rojo al sentirlo como una soga a la altura del cuello, fue entonces cuando mis pulmones se llenaron de oxígeno en mitad de un llanto liberador que me permitió que el silencio fuera durante unos minutos sólo eso, silencio.
El viento me arañaba la piel y no sabría identificar exactamente que pensaba mientras corría, me sentía como los segundos antes en que Alicia decidió meterse en la madriguera del conejo, como Wendy antes de salir volando por la ventana o como Blancanieves antes de morder la manzana; meses atrás jamás habría imaginado hacerlo, pero sentía, para bien o para mal, que era lo que necesitaba, salir de ahí, abandonar todo intento de hacer las cosas bien y agarrarme a la posibilidad de volver algún día. 
Las cosas son más fáciles cuando uno de los dos es un hijo de puta, porque en esos casos puedes echar toda la mierda fuera, protegerte bajo esa falsa creencia de culpar al otro sobre algo que controlan dos.
Pero, en parte, ser consciente de que tú también influyes en los resultados te hace gestionar las emociones y sensaciones que eso provoca y tener la temida charla contigo misma, esa que creías que podrías evitar si te alejabas lo suficiente tuvo lugar, no fue fácil y guardo algunas partes de ella en mi mesilla, pero me sirvió para ser sincera, para perdonarme y perdonarte, para liberarme y para entender que sin errores previos no se puede llegar a nada bien hecho después, así que yo que sé, obviamente me hubiera gustado que las cosas hubieran salido de una manera diferente, pero tal vez todo esto era y es necesario para saber en adelante que sí y que no volver a hacer. 
Te bajé del pedestal, me disculpé por haberte otorgado sin ni siquiera preguntarte una responsabilidad tan grande e innecesaria como esa y lo destrocé durante horas con mis manos al entender que me prefiero antes en cualquier charco saltando, alcanzando a ver en las manchas, en los rasguños y en toda imperfección el significado del amor. 
Nunca había vivido nada de esto, me siento últimamente ante toda emoción y sentimiento como una niña en su primer día de colegio, algunas sensaciones fueron complicadas de gestionar y dolieron con tanta intensidad que me asustó la idea de no poder salir de ahí, pero cuando ya creía ser merecedora de la etiqueta de "incompetente emocional" un ave fénix nació entre las cenizas con unas alas de infinidad de colores mágicos, juntos pegamos nuestro grito de guerra al comprobar que Blancanieves despertó, que Alicia descubrió un nuevo mundo, que Wendy sí sabía volar y que resulta que sí, que después del fin del mundo sí hay vida, y fuimos felices, aunque todavía no fuéramos conscientes de ello.
Nada absolutamente nada salió como esperaba y me temo que casi nunca lo hará, pero voy acostumbrándome poco a poco, me encantaría haber hecho todo de manera distinta, poder llamarte ahora porque sí y sin previo aviso y contarte emocionada todo lo que ocurrió, pero los miedos siguen haciendo de las suyas llevándome a la creencia de que eso supondría volver a donde no quiero volver si no es contándote absolutamente todo, ¿qué más da?, tal vez esta sea la única manera de crecer, sabiendo abandonar tu casa para que no te quede otra alternativa que buscar nuevos hogares en quienes sí se mueran de ganas de serlo, aún así gracias por quedarte, cada día dueles un poco menos y ya sólo me quedo con todo lo bueno que vivimos, que no es poco.
No sé, ni yo me entiendo en muchas de las ocasiones en las que lo intento, me cuesta entender por qué echamos de menos tantísimo lugares donde ya nada era igual, supongo que solemos echarnos de menos a nosotros mismos cuando todo parecía fácil, y tal vez por eso esperamos, porque nos agarramos a la idea de que podemos volver atrás cuando eso es imposible.
No sé, me tengo que ir. 

jueves, 8 de abril de 2021

Si tu forma de querer está entre las pruebas por las que crees en el amor no lo estás haciendo tan mal como crees


Nos lo merecemos, todos, sin importar lo que vino antes o si estamos preparados para ello, no creo que nadie nunca lo esté, pero igualmente nos lo merecemos.
Nos merecemos que algún día en algún grupo de amigos alguien hable durante horas de la persona tan increíble que ha conocido y se esté refiriendo a nosotras, nos merecemos un ramo de flores o una caja llena de tu chocolate preferido, ese que mencionaste de pasada cuando creías que no te estaba escuchando, nos merecemos un candado en ese puente y que tiren la llave porque, pase lo que pase, alguien al vernos ha dicho con un puñado de ilusión y otro más grande de amor: "es ella".
Nos merecemos que alguien se muera de ganas de saber cómo nos ha ido el día, que nos llame a las tres de la mañana porque no podemos dormir o que quiera estar a nuestro lado, aunque sean sólo esos últimos cinco minutos, nos merecemos que nos besen tanto que hasta les sea difícil dejar de hacerlo, nos merecemos que nos echen de menos si no estamos y que tenga como resultado un: "buenas noches, tengo ganas de verte", nos merecemos que nos hagan sentir personas sencillas y fáciles de tratar, aunque nosotras ya sepamos que no lo somos, nos merecemos que se emocionen más que nosotras cuando le contemos que nos ha pasado algo muy bueno, nos merecemos que hasta en las discusiones tengan claro que no se quieren ir de aquí, nos merecemos que nos miren de la misma forma en que nosotros mirábamos de pequeños debajo del árbol al descubrir que había regalos, nos merecemos que nos cojan de la mano y que no quieran soltarla, nos merecemos ese beso de película porque sí, nos merecemos que se acuerden de nosotras al ver cualquier tontería por la calle que dejó de ser una tontería al conocer que para nosotras era importante, nos merecemos que nos hagan reír en mitad de un polvo y que se queden a dormir a nuestro lado, nos merecemos que el Domingo nos dejen elegir la película porque eso es lo de menos, nos merecemos que nos quieran bien y bonito, nos merecemos ser capaces de encontrar las formas hasta cuando creamos que no sabemos, nos merecemos que nos miren bailar y que sonrían sin parar porque sienten que esto es mejor que cualquier trébol de cuatro hojas, nos merecemos que se nos vaya la cabeza, para bien y para mal, y que aún así tengamos ganas de darle las buenas noches, nos merecemos que alguien piense en nosotros cuando escucha su canción preferida,  nos merecemos que alguien marque en un libro las frases que le recuerdan a nosotras y que acabe el libro lleno de marcas, nos merecemos que en un concierto nos miren más a nosotras que al cantante sólo por vernos disfrutar, nos merecemos que graben la parte más importante de nuestra película preferida porque nos hemos quedado dormidas, nos merecemos que ser valientes parezca fácil aún sin serlo, nos merecemos un "pásalo muy bien" cuando le contemos nuestros planes con los amigos y un "no creo que sea la mejor idea, pero si tu crees que sí hazlo, yo estoy aquí ", nos merecemos que nos saquen de nuestras casillas mil veces y que así vayamos creciendo sin apenas ser conscientes de ello, nos merecemos que nuestros lunares sean cofres del tesoro y nuestras marcas los cuentos de buenas noches que nunca pasen de moda, nos merecemos que algún día, cuando ya hayamos aprendido a hacer todo esto con nosotras mismas, haya alguien con las mismas ganas de escucharnos como si fuéramos la canción que acaba de salir y que nunca pasará de moda porque menudo temazo. 

jueves, 1 de abril de 2021

Conversaciones con una de esas amigas de hace años


-No es que esté mal, aunque siga con mis momentos de bajón y colapso a veces, pero tampoco estoy bien, estoy como fuera de mí y esperando a tener una nueva rutina, estabilidad o poder estar de nuevo a gusto del todo, no sé si me explico...

- ¿Has exprimido lo que sientes? 

- ¿A qué te refieres?

- Hace años escribías muchísimas cosas tristes porque decías que era lo que te salía y que tampoco te disgustaba que así fuera, hasta que un día me dijiste que ya no solías escribir todo bajo ese filtro de tristeza porque ya no te salía hacerlo, fue como una manera de exprimir al máximo todo lo que sentías en ese momento mientras ibas abandonándolo y cambiando sin darte cuenta hasta el final de que lo estabas haciendo, pues ya está, haz ahora lo mismo, escribe sobre lo que sea con tu lado cursi/poético y tal vez se va aclarando todo.

-Ya, pero no es igual, hace años está claro que no estaba bien, pero al menos sabía con claridad qué me ocurría o qué sentía, pero ahora es que ni siquiera sé eso, tengo una montaña enorme de pensamientos y sensaciones y algunas de ellas no sé ni identificarlas.

-Bueno, ¿y qué más da?, eso no tiene por que ser algo negativo, tú empieza a escribir de tus mundos o de este y de todo lo que sientas, y así seguro que se te organiza todo, y además tus mejores relatos siempre los has escrito en estos momentos, cuando no sabías muy bien qué escribir.

-No sé, puedo probar en ratos sueltos, aunque con la universidad no tengo apenas tiempo, pero bueno lo haré sólo cuando lo necesite aunque no sé yo que me saldrá.

-Tú sólo acepta esas sensaciones, deja que te llenen como tú misma sueles decir, y cuando sientas la necesidad de liberarlas escribe, seguro que así vas viendo todo con mayor claridad o vas a mejor seguro. 

La verdad que no sé si va a funcionar porque carezco últimamente de cualquier tipo de orden, lógica o claridad aquí dentro, pero voy a probar.