martes, 15 de septiembre de 2020

Lo único que hago bien es escribir.


Como si absolutamente todo hubiera sido un sueño demasiado bonito para ser verdad y acabara de despertar.
Todo es exactamente igual, pero nada lo veo o lo siento de la misma forma, ¿realmente ha desaparecido todo lo que creí haber logrado o tenido bien agarrado, o sigue ahí y no soy capaz de abrir los ojos de nuevo?.
De verdad, me estoy esforzando mucho pero no lo consigo, sólo escucho ruido a mi alrededor y tengo ganas de desaparecer temiendo que nadie note mi ausencia, aunque sé que eso no pasaría, pero aún así quiero irme de aquí, esto duele demasiado para permanecer más tiempo, hace rato que he dejado de creerme hasta yo los : "estoy bien" y noto mis ojos demasiado húmedos.
Joder quiero irme ya, esto me da demasiado miedo, miedo estar viviendo lo que sólo ocurría en mis pesadillas, y quien sabe tal vez ni está ocurriendo, pero la percepción parece tan verídica que no sé ni que pensar.
Respira, respira, respira, estás así solo por todo el caos que tienes dentro de ti, fuera todo sigue igual de bien y sólo necesitas tiempo para que te des cuenta y tú vuelvas a ser la de siempre.
Quiero creérmelo, ojalá sea eso, por favor que sea eso, pero no lo sé y me asusta la idea de que aquella parte de mí que me hacía ilusionarme y reírme sola haya desaparecido y ya no tenga más para aportar, joder estoy muerta de miedo, pero ni siquiera me atrevo a alzar la voz por miedo a que todo esto sean imaginaciones mías y sonrío de forma vacía.
"Estás que deslumbras".
Me siento buena actriz, ¡¡socorro!!, venga coño di que no estás bien, ponte como una magdalena si lo necesitas, tal vez eso resolvería todo, tal vez así abrirías los ojos y podrías darte cuenta que todo volverá a ser como siempre, pero que ahora mismo demasiado tienes con estar contigo misma.
Mira yo que sé, estoy cansada y no quiero irme así a la cama, no puedo más con este tipo de noches. 

lunes, 7 de septiembre de 2020

Esta no es la última canción, pero sí es la última vez que suena así.


Nuevas etapas, nuevas experiencias, nuevos vientos, nuevas sensaciones, nuevos retos, nuevos días grises o no tan grises, nuevos recuerdos, nuevas personas, nuevas rutinas, nuevas normalidades, todo nuevo, pero, la misma ciudad de papel y la misma belleza y fealdad simultánea que provoca esa relación de amor-odio.
Todo cambia, en silencio, a oscuras y sin opciones de retorno, aunque lo hace de una manera tan sutil, tan elegante o tan violenta que nadie dice nada, es como si estuviéramos jugando al escondite con los monstruos de debajo de la cama y el miedo a que nos vieran fuera mucho mayor a las ganas de empezar una lucha de la cual no saldremos victoriosos.
Hoy he pasado, con la canción de Dinamita de Sidecars en mis cascos, por la misma zona por la que caminaba hace un año, no estaba igual; faltaba algún recuerdo, alguna persona o alguna sensación, tenía y tengo miedo a sentir lo que sentí y más miedo a ser consciente de que aquello que faltaba ya no podía volver, y si lo hacía no sería igual, tenía miedo a sentir lo que sentí, pero algo me impedía huir, algo me obligó a sentir lo que estaba sintiendo; poco a poco todo lo que creí que se había ido me abrazó sin tocarme y a distancia y me regaló una última canción, nunca un baile me había parecido tan bello y tan triste al mismo tiempo.
Termina la canción, silencio, algún que otro miedo, pero también ganas, de lo nuevo, de lo desconocido, de que vengan épocas mejores.
Me siento como si tuviera un libro con el envoltorio puesto todavía, como si sujetara entre mis manos una hoja en blanco y pudiera hacer lo que quisiera con ella, no sé que hacer, pero me levanto del banco en el que estaba sentada siendo distinta sin dejar de ser yo.
Camino decidida hasta que recuerdo el baile de hace unos minutos, me doy la vuelta, prometo que esta es la última vez, creo que es la primera vez en mi vida que siento únicamente una alegría inmensa de lo que llevo vivido, de lo que llevo recorrido, dios, he sido capaz de vivir instantes tan mágicos e inolvidables y emociones tan intensas que me han tentado con la idea de pedir dentro de ellas permiso de residencia, pero no lo quiero, pese a sentirme tentada a aceptarlo y que así entonces la vida sea algo más fácil.
Todo cambia, nada permanece igual y yo necesito y quiero formar parte de ese cambio, no puedo ni quiero rechazar la infinidad de galaxias que me quedan por descubrir tan sólo por haber dejado parte de mí en esta.
Tengo miedo, pero también muchas ganas, estoy preparada, sé que aún queda mucho por descubrir, mucho por sentir y mucho por vivir fuera de estas cuatro paredes.