viernes, 7 de agosto de 2020

La verdad y nada más que la verdad


La verdad es que, aunque haya conseguido mejorar en muchos aspectos, estoy muerta de miedo en muchas ocasiones.

La verdad es que no me da igual cuando digo que algo sí da igual.
La verdad es que me sigo sintiendo algo insuficiente, aunque haya disminuido el número de veces en los que me siento así.
La verdad es que a veces me siento algo vacía cuando me rodean demasiadas personas.
La verdad es que en un futuro me gustaría una rutina, un lugar estable al que volver cuando anochezca, pero me aterroriza la idea de que nadie esté esperándome, por lo que viajando, estando en continuo movimiento me siento a salvo.
La verdad es que estoy harta de decir "no te preocupes" o "pero bueno" cuando termino de contar algo que en el fondo sé que me duele o me importa.
La verdad es que sigo sin creerme del todo las alabanzas que recibo o que esa tía que se sube al escenario sea yo.
La verdad es que este año cierro mucho más que un curso o una etapa.
La verdad es que sigo reviviendo recuerdos pasados con la esperanza de hacerlos eternos, sé que no pasará.
La verdad es que a veces vivo instantes tan mágicos e intensos que se cuela entremezclado el pensamiento de: "Como voy a echarlo de menos y como va a doler cuando todo se acabe".
La verdad es que tengo miedo a sentir mucho o a no sentir nada, miedo a subir demasiado porque sé que en algún momento tocará bajar.
La verdad es que me parecen demasiado increíbles algunos días, algunas personas y algunos planes de futuro como para fantasear con la idea de que pueda ser real.
La verdad es que me cuesta creer que me queráis tanto y me aterroriza la idea de que en algún momento dejéis de hacerlo.
La verdad es que no quiero otra historia, ni otros lugares, ni otros sentimientos ni emociones que no sean estos.
La verdad es que algunas noches sigo tocando ahí justo donde duele y no dejo de hacerlo hasta que siento que no puedo más o hasta que caigo dormida.
La verdad es que tengo mucho miedo.
La verdad es que prefiero el dolor antes que no sentir nada o a irme de aquellos lugares de los que no quiero irme.
La verdad es que yo no me imaginaba nada de esto; perder el control de absolutamente todo tiene cierto grado de adicción que desconocía, y tal vez me vuelva a estampar, y tal vez nadie lo vaya a entender nunca, pero necesito hacerlo como prueba de que estoy viva, de que puedo sentir.
La verdad es que escribo porque soy una cobarde y no me atrevo a hablar demasiado o a destapar mis zonas en ruinas.
La verdad es que no tengo ni la menor idea de cómo se hace eso que las personas racionales llaman "soltar" y tampoco estoy muy por la labor de aprender aún sabiendo que es necesario.
La verdad... yo que sé, la verdad es que quiero quedarme a vivir aquí; en este instante, en este lugar, en este sentimiento, en este segundo que ya acaba de pasar, pero cada noche, a oscuras, recuerdo que eso es imposible, que el tiempo pasa, y vuelvo a sentirme muy muy pequeña mientras los miedos vuelven a capturarme y a alejarme de la vida. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario