viernes, 30 de agosto de 2019

Te echaré de menos, muchísimo.

Jamás creí que un desastre como este pudiera llegar a querer tanto y con tanta intensidad a alguien.
Y mucho menos aprender a quererse a sí misma a través la mirada de otra persona.
Me da igual lo que pase mañana, siempre serás esa persona especial de la que nunca nunca me olvidaré.
Te quiero, joder que si te quiero...
Te quiero muchísimo. 

jueves, 29 de agosto de 2019

Tengo miedo, pero, no voy a frenar ahora.

Esta es la última vez que te escribo, que decido escribirte; porque sé que volveré a hacerlo, pero esa ya será por necesidad y me esforzaré por no hacerlo aunque sé que lo haré cuando sienta que el nudo de mi garganta aprieta demasiado.
Hoy he vuelto a quedarme dormida pensando en ti y, de ese modo, has pasado a estar un poquito más cerca de mí.
Te echo de menos y tengo miedo porque sé que dentro de muy poco tiempo ya tendré que ir aceptando que no estarás aquí.
Estoy rodeada de gente y busco el sonido de tus carcajadas, la arruga en el lado izquierdo de tu rostro cuando sonríes o el brillo de unos ojos, de tus ojos...
¿A quién quiero engañar?.
Estoy buscando(te) entre todas estas personas y sé, perfectamente, que no voy a encontrarte, pero ni te imaginas lo que me gustaría que estuvieras aquí ahora mismo, me bastarían 5min.
Y es que te miro y te elegiría mil veces más sin dudarlo, me pasa que me siento feliz al pensar que todos quieren tocar el cielo con las manos y yo lo abrazo deseando que se pare el tiempo en ese instante.
Me pasa que no te has ido todavía y que ya te echo de menos más que a mí misma, ojalá que algún día pierdas el billete de vuelta o, al menos, que tardes en encontrarlo para abrazarte el suficiente tiempo para que acabe oliendo como tú, y así no sentirte tan lejos.
Pero aún así y a pesar de todo, sé que no voy a olvidarme de ti nunca, que siempre serás esa persona especial de la que hablaré con un nudo en la garganta conteniendo alguna que otra lágrima, esas que ahora dejo que fluyan por mi rostro al anochecer y con esas canciones románticas que llevan tu nombre.
Hoy hace frío y tengo miedo de sentirlo dentro de mí porque el invierno no ha llegado todavía, tengo miedo porque llevo meses pisando el acelerador y ya veo el jodido muro que tanto me asusta, aunque, es subrealista, creo que nunca antes había sido tan feliz.
Y no, no voy a frenar, no quiero hacerlo aunque me esté muriendo de miedo, aunque sepa que esto va a ser más duro de lo que me imaginaba, aunque esté a punto de sentir como todo me atraviesa el pecho brutalmente no pienso frenar ahora.
Algunos me entenderán y otros me dirán que se me está yendo la cabeza, que esto es un acto suicida, pero, ninguna de esas personas saben de ti.
Y yo (te) pienso ahora y (me) digo que suerte he tenido de poder conocerte y que grandísima suerte que me hayas dejado estar ahí día tras día a tu lado, ¿cómo me iba a arrepentir de eso?.
Lo dije y lo diré siempre:
Repetiría este viaje inolvidable mil veces más siendo la persona más feliz del mundo que soy ahora aún sabiendo que las mil veces te acabarías yendo.
Además, no se puede ir del todo quien te sigue abrazando por dentro (¿No?).
Ya está ahí, ya lo veo, el maldito muro que me hará volver a la realidad y ante el cual siempre frenaba para evitar el dolor, esta vez no pienso frenar. 

martes, 20 de agosto de 2019

Ritual de antes de dormir.



2:30 


Me acuesto en la cama, recuerdo alguna pequeña conversación, luego paso al sonido de tu risa o a tu especial forma de mirar.
Noto húmedas mis mejillas, mierda, esta vez no quería llorar.
No quiero que te vayas.
Sigo pensando en ti, cierro los ojos y te veo sonriendo, entonces desaparece el miedo y sólo quiero abrazarte o quedarme embobada mirándote.
Noto como las lágrimas se deslizan por mis mejillas velozmente y muy bajito abrazada a la almohada susurro:
No quiero que te vayas.
Pero también sonrío porque no dejo de recordar instantes a tu lado mientras lloro, me agoto de la intensidad de lo que siento aquí dentro ahora mismo y acabo quedándome dormida con una sonrisa sinónimo de:
Gracias a ti soy feliz.
Buenas noches.

viernes, 16 de agosto de 2019

Hoy es Viernes, Viernes de Teatro


Hoy es Viernes de teatro, de sentarnos apretados más de seis personas en un sillón que sólo es de dos, de llenarnos de besos y abrazos porque sí, porque la semana ha sido dura y porque nos hemos echado un poquito de menos.
Hoy es Viernes, Viernes de dejar nuestras vidas a un lado durante unas horas, dejar las preocupaciones, los miedos, los complejos e inseguridades y desaparecer del mundo, volver a ser niños y niñas perdidas de Nunca Jamás, salvar a Narnia de una bruja que quiere hacerse con el poder, volar sin necesidad de poseer polvo de hadas y creer en la magia porque la vemos y, sobre todo, la sentimos cada vez que hay teatro; tal vez, por eso se deba cerrar la puerta, para que no se escape, para que parte de esa magia se quede a vivir en el interior de cada uno de nosotros.
Unas risas de fondo, algunas improvisaciones o varios ensayos, miradas de complicidad que llenan, que abrazan, que hacen el mismo efecto que ese polvo de hadas para alzar el vuelo.
Todo fluye como si se tratase de un mar de emociones, sentimientos y sensaciones que nadie intenta controlar o limitar, cada persona es única, inigualable y con infinitos rasgos que le hacen especial, ni os imagináis lo bonito que es observarles durante horas en silencio y ver como van creciendo, como van naciendo flores ahí donde creían tener ruinas y lo fácil que es admirarles, quererles y desear que nunca termine ese instante porque quiero quedarme a vivir en él.
Una vez que termina todo, las puertas se vuelven a abrir y cada uno vuelve a su rutina diaria, vuelta a cargar con el puñado de miedos, complejos e inseguridades, aunque ahora pesa un poco menos.
Y ya está, cada uno sigue con su vida hasta el próximo Viernes, y ahí dentro se queda ese algo, esa magia que sólo tiene teatro y sólo se siente cuando formas parte de él.




Os echo de menos a todxs demasiado, ojalá veros pronto, volver a llenarnos de abrazos y que alguno de ellos no termine nunca.
Os quiero

jueves, 1 de agosto de 2019

Te vi pasar fugázmente y pedí un deseo

No sé como lo has hecho ni en que momento exacto ocurrió, pero, te has convertido en esa persona de la que hablan las canciones románticas, te has convertido en quien convierte cualquier lugar en hogar si eres tú quien abres la puerta, en quien pienso antes de quedarme dormida o quien se encuentra bajo ese: " No estaba pensando en nada".
Te vi pasar la primera vez y pedí un deseo con los ojos cerrados deseando que se cumpliese.
No te alejes de mí.
¿Sabes?, todo esto es una mierda, perdóname ser tan directa pero lo es; es una gran mierda estar asimilando que pronto te daré un abrazo y ya no habrá más después de ese, o para ser más exactos, es una mierda estar asimilando que pronto daré un último abrazo a quien no dejaría de abrazar jamás.
Te quiero, así, sin filtros, sin peros y con todo el corazón encogido deseando que no pasen estos meses demasiado rápidos.
Alguien dijo una vez que la vida es como un baile en el cual tenemos miedo a que nos saquen a bailar, y es increíble porque tú eliminaste cualquier miedo y bailas toda la noche creando cierta magia a tu alrededor que hace imposible no quedarse a vivir bailando a tu lado sin ni siquiera importar si hay o no música, tú ya la llevas dentro de ti.
¿Sabes que es lo que más me gusta?, que apareces sin previo aviso y sin advertencias de lo que está a punto de pasar, te cuelas en lo más profundo de cada persona desordenando todo y llenándolo de amor y luego ya es imposible que esa persona pueda olvidarse de ti.
Me observo un día cualquiera en el espejo y como una idiota creyendo que aún puedo controlar algo aquí dentro me digo a mi misma: -No te enamores.
Pero ya es tarde, me observo sonriendo sin saber porque lo hago y descubro en el lado izquierdo de mi pecho a una niña escribiendo tu nombre en las paredes de un órgano que no quería saber nada de sentimientos hace un tiempo.
Y así, sin querer y de pronto, te vuelves imprescindible en mi día a día, y así, de pronto, sin dejar de ser feliz por ti, también me paso alguna que otra noche llorando al pensar que pronto ya no te tendré aquí.