domingo, 11 de septiembre de 2022

Últimas lecciones

 

Sonríe y el mundo se paraliza deslumbrado por ese "algo" que tiene y que te hace imposible no querer quedarse un ratito más a su lado; va por ahí escondiéndose a veces en el disfraz de alguien cualquiera o bajo armaduras que le impusieron en medio de batallas, pero ya solo quedan fragmentos de ellas, ahora se deja ver más sin escudo ni disfraz y aparece entonces una niña nerviosa mirándote con cariño y pidiéndote un abrazo o una muestra de afecto que algunos días volverá a provocar que se desborde el mar de sus ojos, pero esta vez será a causa de la felicidad y del amor que siente. 

Es una mujer especial y, tal vez lo sea porque estoy enamoradísima de ella o tal vez porque realmente lo es, pero no sabría explicaros con exactitud el porqué, simplemente lo sé porque cuando nos cogemos de la mano nos volvemos invencibles sin importar el lugar en el que estemos o las personas que estén a nuestro alrededor, es una manera preciosa de sentirnos juntas, de saber que si alguna se tropieza o mete la pata la otra se dará cuenta y sabrá esperar, cuidar y respetar nuestro propio ritmo individual. 

Con ella he aprendido mucho, del amor y de ella, y he entendido así esas palabras de una de mis poetisas preferidas: "no la quiero para mí, la quiero para todo", y es que quererla es una manera preciosa de ser libre, de vernos libres la una a la otra y decidir en mitad de esta libertad seguir caminando juntas. Yo no quiero fronteras en nombre del amor porque el amor lo único que debe tener es fronteras, que no límites. Yo quiero que cambie de trabajo si lo desea, que se largue fuera de España y conozca nuevos reinos, que salte de aquellos precipicios que le den miedo, que se bese con todas sus crush y con más si tiene la oportunidad y quiero que me lo cuente todo, contarle yo después todas mis aventuras por aquí o por allá y quedarnos dormidas abrazadas diciéndonos que nos queremos porque nos echábamos de menos, y esto no es fácil, no es fácil acercarse a ese amor sano y real, es una tarea lenta donde la comunicación y la confianza deben existir para poder proteger nuestro castillo de los feroces miedos y dementores que procedan de ahí fuera o de nuestro propio interior, pero lo estamos haciendo, estamos en un constante proceso de amor, aprendizaje y crecimiento conjunto y, a la vez, también personal.

Estoy enamorada de ella hasta las trancas, y por eso mismo le quiero libre, porque no concibo la existencia de un amor real sin la existencia de la libertad individual y conjunta. 

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