miércoles, 27 de diciembre de 2023

Respira y mírame


Hoy me ha estado acompañando durante el día cierto nivel de ansiedad que hacía tiempo que no tenía; no he profundizado en ella, estaba cansada y no me apetecía meterme en esa movida, pero creo que una parte procedía de las emociones desagradables de un menor con el que traté en el trabajo y que se me acabaron pegando más de la cuenta.

Al comienzo sentí culpa por haberme implicado tanto y por los respectivos pensamientos saboteadores, los cuales yo misma he alimentado. Ahora, por la noche, estoy intentando hablarme más desde el amor y menos desde el juicio mientras recuerdo que a veces estas cosas, como ser humano que soy, pasan y no pasa nada. La ansiedad no es que haya disminuido demasiado tras esta especie de tregua conmigo misma, pero me ha ayudado un poco a reconciliarme con esta imagen de mí.

La que tiene ansiedad en exceso en ocasiones, la despeinada, la de las ojeras marcadas en ese pálido rostro y la que a veces pierde el control quedándole como única vía de escape confiar en ella misma y en que todo irá bien. 

Me sigue, a veces, asustando esa pérdida de control, ese "fluir", por alguna que otra mala experiencia pasada, y mirarme al espejo en estos días, pero me hace sonreír verme sonreír en el espejo hasta en estos días, me recuerda un poco la importancia de seguir siendo capaz de ver la belleza que hay en mí y a mi alrededor hasta en el día más caótico.

A veces la "vida adulta" se me hace bola y la ansiedad hace mayor acto de presencia del que me gustaría, en verdad yo sé que esto no es más que una sana señal de mí para mí pidiéndome, por favor, que mire para dentro, lo haré, de verdad, tengo ganas de tener una cita conmigo misma. 

Buenas noches, espero que mañana sea un día más tranquilo. 


viernes, 1 de diciembre de 2023

Abuela, abuelo, os quiero muchísimo, feliz navidad.


Hola Abuela, te escribo con el pecho lleno de felicidad, supongo que ya sabrás las razones. 
Te echo de menos, eso siempre me seguirá ocurriendo, y lo seguiré sintiendo en ese rincón de mi corazón en el que hay una puerta en la que se lee: la casa de la abuela. Pero, una de las cosas buenas del paso del tiempo es que tu ausencia ya dejó de doler, y ahora te recuerdo desde el más profundo amor, ese con el que siempre me recibías y me tratabas en vacaciones. 
Abuela, lo he conseguido, estoy trabajando de psicóloga con distintos grupos de menores que no han tardado en robarme el corazón, pese a que aún les cuesta eso de dejar de hablar cuando les pido silencio; y seguro que no me lo reconoces, pero estoy segurísima de que desde ahí arriba has movido algunos de tus hilos mágicos para que esté hoy donde estoy, a ti hace años se te daba muy bien hacer punto, hacías verdaderas obras de arte, así que es imposible que no hayas hecho de las tuyas en este tema, sin duda alguna es el mejor regalo de navidad que podría haber recibido, gracias.

Estas son las segundas navidades sin ti, tu ausencia sigue arañando por dentro cuando en los anuncios de la tele hablan de reunirse con la familia o cuando alguno de ellos nos toca la fibra sensible, en este momento del año siempre fantaseo con como eran las navidades contigo: subir a Galicia, el olor de tu perfume el día de la comida familiar, el sonido de tus manoletina por el pasillo, tus abrazos, tan calentitos y tan refugio, y tu sonrisa de felicidad al estar con los tuyos. Este año mamá ha decidido que no subiremos a Galicia, no he querido presionarla mucho porque sé que el momento en que volvamos al norte y ya no haya una "casa de la abuela" esperándonos será duro, pero aún así me gustaría ser capaces de volver a juntarnos en la tierra que tantos años ha sido y sigue siendo hogar, volveremos en algún momento, te lo prometo.
¿Qué tal las cosas por ahí?, ¿qué tal el abuelo?, ojalá estéis bien y felices, os lo merecéis más que nadie por todo el corazón que entregasteis por aquí. Te quiero mucho abuela, tú y yo siempre hemos sido algo reacias a decírnoslo por vergüenza o por sentirnos demasiado vulnerables, pero ambas sabíamos que lo sentíamos, y así nos lo decíamos a través de los abrazos de bienvenida y despedida en vacaciones, me parece que también es una forma bonita de expresarlo.
¿Sabes?, a lo largo de la formación académica y personal de cada persona se nos muestran distintas figuras referentes que destacaron en distintas áreas como la psicología, el deporte, la música, etc... todas ellas hicieron grandes cosas para llegar a ser quienes fueron, pero nunca se habla de quienes estuvieron cuando todavía no eran conocidos, sus padres, sus abuelos, sus amigos de la infancia y de la adolescencia... me parece injusto que no sean ni nombrados.
A mí de mayor me gustaría poder tener un corazón como el tuyo y sentir y hacer sentir tanto amor como tú nos hiciste sentir a cada una de tus nietas, es verdad que, como buena intensita y activista de causas sociales, siempre intentaba flexibilizar tu forma de pensar en referencia al colectivo LGTB, al feminismo o a personas y colectivos que se salieran de la norma social, pero sé que la mayoría de tus pensamientos fueron otorgados por otros y por la época que viviste y que no nacieron en ti. 
Tú, abuela, siempre has tenido el pecho lleno de amor y sé que ese amor es infinito, independientemente del camino que tomemos cada una de tus nietas, ya nos lo decías a veces: "yo lo que quiero es que os vaya bien y seáis felices".
Pues abuela, gracias porque lo soy, he cogido a esos miedos de la mano y he salido ahí fuera con ellos y con sacos llenos de ilusión, mientras me decía por dentro: Soy mucho, valgo mucho y merezco mucho. 
Gracias abuela, las vacaciones en la casa de la abuela siempre fueron hogar, refugio, y el lugar donde me convertí en la adulta que hoy soy, una fiel creyente del amor en todas sus formas y manifestaciones que fantasea, a veces, con llegar a tener el corazón que tenían sus abuelos maternos, fuisteis y siempre seréis mis mejores maestros en temas del amor.

Os quiero y os echo de menos, feliz navidad, nos vemos dentro de una vida de la que siempre seguiréis formando parte.