jueves, 19 de octubre de 2023

Rumbo a ninguna parte


Llueve, no sé todavía si dentro, fuera, o en ambos a la vez, pero lleva horas lloviendo y parte del frío externo ya se me ha colado entre los huesos. A veces me da miedo que se quede en silencio mi alrededor porque eso significa escuchar el ruido de aquí dentro, y me da miedo, tal vez por eso llevo este último mes escapando de ese ruido a través de no parar y de que haya el suficiente ruido externo como para creer que el de dentro ya no existe.
Pero existe, está aquí, lo siento en los momentos más bonitos y felices de este último mes, y lo odio, porque por su culpa ya no son bonitos y felices del todo, o tal vez sea yo la que no anda bonita y feliz del todo, pero... ¿para qué querría estar bonita y feliz si ni siquiera sé exactamente dónde estoy?, ¿estoy en algún rincón?, ¿dónde estoy?, ¿hacia dónde voy?.
Que sí, que estoy en la edad perfecta para perderme una y mil veces, para fallar, para cambiar y para empezar de cero en una hoja nueva, pero que esté en el momento idóneo para ello no reduce la incomodidad y complejidad de estas sensaciones, intento tolerarlas o que ellas toleren la desorganización de mis movimientos, pero no nos llevamos bien y acabamos con pequeños reproches que esconden grandes miedos.
Me he empezado a mover, es algo, no suficiente ya que me gustaría ser capaz de moverme más, pero me he empezado a mover, todavía desconozco la dirección de mis pies o los posibles destinos a los que estos me llevarán, pero me vuelvo adicta a la sensación de sentirme realizada, aunque solo sea unos minutos, es como escapar de todo.
No se me da muy bien hablar de esto con nadie o casi nadie, a veces creo que apenas he mejorado en el tema de socializar con las personas, pero no es eso, es únicamente que a veces no sé cómo se hace, no sé cómo salir de esa sonrisa y aparente constante ilusión que otras personas tienen tan asociadas a mi persona, me gusta los lugares en los que puedo abandonar toda careta y ser real, es más, me gusta estar con personas con las que pueda ser real, me ayuda a ver las cosas con algo más de claridad en ocasiones.
Joder, y ahora lloro, y lloro más, aumenta mi ritmo cardíaco y me viene la maldita de la ansiedad a besarme sin aviso ni permiso. Necesito parar de nuevo y volver a mirar aquí dentro, y me da rabia porque apenas siento que me haya desplazado del punto de partida de hace unos meses, pero me siento perdida y a veces esto me hace llorar cuando menos quiero hacerlo, bueno, en verdad me siento también un poco sola, tengo a mi lado a personas que me quieren, pero no sé... a veces me siento a kilómetros de distancia de absolutamente todo mi alrededor.
¿Dónde estoy?, ¿hacia dónde voy?, menuda puta mierda esto de la incertidumbre, nunca se me ha dado bien gestionarla ni tolerarla, no sé cómo se hace, hay muchas cosas últimamente que no sé cómo van.
A veces me pongo nostálgica y triste a la vez; pienso en cuando mi única preocupación era llevar los deberes hechos o volver a casa a las ocho y media y sonrío de recordarme con mis dos o tres amigas incondicionales siendo feliz, tal vez lo recuerdo con aún más cariño por cómo estoy ahora. A la vez pienso en el mismo instante y cierta tristeza emerge desde mi interior al ver a una niña muy atenta al resto de personas para cumplir todas las normas, sociales y de otros, y que así le quisieran. Con el tiempo me liberé de cadenas impuestas y de esa aparente felicidad constante y me permití una mayor libertad de experimentar y compartir mis emociones, todas sin excepción, quité el veto a alguna que otra y les di paso a todas. 

Siento muchas cosas a la vez, miedo también, pero no sé exactamente hacia qué, supongo que a la incertidumbre de no saber si estoy o no caminando o hacia dónde estoy yendo, y vuelta a llorar, cláramente tengo un día tonto... ya lo tengo, bueno tengo una ínfima parte de lo que tendré que seguir explorando, tengo miedo a quedarme en silencio y escuchar lo que hay aquí dentro, me necesito de nuevo, aunque a penas me haya movido, necesito volver a mirarme bien y decirle con cariño a la niña de aquí dentro que todo irá bien, que estoy con ella a muerte, y que su ritmo y ella misma están bien y son válidos, aunque hoy nos cueste creérnoslo.

Menuda movida esto de crecer.