sábado, 26 de noviembre de 2022

Baílame lento

 

El baile, ¿quién me iba a decir que esa sería la forma en que te podría volver a encontrar?, suenan unos acordes y empieza la canción, cierro mis ojos y dejo que la canción controle mi cuerpo, al comienzo todo es oscuro, solo bailo, después empiezo a sentir tantas cosas que me cuesta creer que este instante sea real, a veces viajo al pasado y una alegría preciosa mezclada con cierta nostalgia contenida retuerce mi cuerpo y me hace sonreír sin querer, otras veces viajo al futuro y observo infinidad de colores y aventuras que están por llegar, reconozco mis heridas mientras bailo, reconozco mi sentir, mis emociones, mis sentimientos y mi propio reflejo siendo feliz mientras la canción suena.

Durante este rato mi niña interior ha dejado de llorar o se ha levantado de la cama, y ahora se siente la persona más bella y más especial del mundo, me agarra fuerte de las manos mientras sonríe sin parar y respira profundamente mientras deja que su cuerpo guíe sus pasos, nos sentimos preciosas, sexys, vivas, intensas, brillantes y realmente invencibles mientras bailamos; los juicios quedan fuera, las inseguridades quedan fuera, los miedos quedan fuera, aquí dentro solo estamos ella y yo teniendo la mejor cita de nuestra vida en medio de nuestra habitación y con la letra de cualquier canción intensa guiando nuestros pasos. 

Cuando ya está terminado la canción es cuando escucho como empieza a llorar un poco mientras respira agotada, me pide que vuelva rápido, que suele sentirse muy triste cuando paso tiempo lejos de ella, lágrimas de tristeza y culpabilidad entremezcladas se me desbordan delante de ella, le confieso que yo también le echo mucho de menos y le beso la frente como si ambas supiéramos que va a pasar más tiempo del que debería para volvernos a ver. 

Le agarro la carita, es un rostro inocente y feliz, pero también observo en él signos claros de cansancio y tristeza, le pido un poquito más aún sabiendo que no puede más y le prometo que pronto volveré a bailar con ella, que soy muy feliz cuando lo hago y que un trabajo de fin de máster no va a hacer que pasemos tanto tiempo alejadas. 


miércoles, 16 de noviembre de 2022

Insomnio


En días como hoy, en los que aquí hace frío, es en los que más noto tu ausencia o tu lejanía, te busco y te rebusco pero no logro encontrarte, grito nuestro nombre y confundo el eco con tu respuesta, minutos después descubro que sólo era el eco de mi voy y que a ti sigo sin escucharte ni verte, perdóname pequeña, hace meses que vivo muy atenta a todo lo que ocurre a mi alrededor y no he prestado apenas importancia a qué aquí dentro tú me pedías alguna muestra de afecto urgentemente, no lo hice y ahora no te encuentro. 
No sé por donde empezar, por donde retomar el camino que estaba llevando, cuando creo haber encontrado todas las respuestas cambian todas mis preguntas y me siento realmente sola en varios momentos del día, ¿dónde estás pequeña?, te echo de menos, me echo de menos, estar así es agotador.
Ojalá pronto podamos volver a encontrarnos, agarrarte de la mano, pedirte perdón por haberme ido tan lejos y dejarme rodear por tus brazos, no sé quién de las dos necesita más un abrazo de la otra. 
Te quiero mucho, ojalá pronto volver a vernos y quedarnos juntas agarraditas de la mano. 

sábado, 12 de noviembre de 2022

Vomitando sobre el papel.

 

Estoy cansada de estar triste, irritable, callada, ausente y, en definitiva, estoy cansada de estar cansada; estoy cansada de encerrarme en mí misma cuando más necesito un abrazo o un "todo irá bien" por parte de otros, estoy cansada de la monotonía del día a día, del miedo que siento ante esa hoja en blanco titulada futuro y de las muchas despedidas que llevo en tan poco tiempo, estoy cansada de tener miedo, de los constantes comentarios de mi madre recordándome que todavía son ellos quienes me pagan las cosas, estoy cansada de llorar, de tener frío, de querer un montón de cosas y, al final, que el miedo me paralice y no poder dar ni un solo paso. 

Estoy cansada de tenerle tanto miedo a que llegue este año la Navidad y ser consciente de nuevo de la ausencia de una abuela que se fue demasiado rápido y sin avisar. Estoy cansada de responder bien cuando no estoy bien y que sólo reconozca que no lo estoy cuando me acerco a un peligroso precipicio. Estoy cansada de la tensión de mi mandíbula y del dolor de mi espalda cuando me paro a pensar, estoy cansada de ver llorar a la chica del espejo y de haberme olvidado cómo consolarla, sigo a su lado, pero no sé cuál de las dos necesita más un abrazo de la otra. Estoy cansada de estar así, de mi estado de ánimo estos últimos meses, de sentir que he perdido una importante parte de mí que me gustaba mucho, de no saber abrirme el pecho cuando sé que lo necesito y de sonreír por fuera y llorar por dentro. 

"Se acerca la Navidad, pero aquí dentro es primavera", ojalá, ojalá recordar cómo era eso de que aquí dentro pudiera seguir siendo primavera independientemente de lo que pasara ahí fuera, pero tengo los pies fríos y aquí dentro hay más oscuridad que luz en muchos más momentos de los que me gustaría. No estoy preparada para la Navidad ni para verme obligada a hablar de felicidad, deseos o magia cuando yo me siento lejos de todo eso, serán unas navidades en las que buscaré abrazos en los que refugiarme y en los que poder sentir que todo está bien, que todo irá bien, pero no van a ser las navidades que me gustaría, eso está claro. 

Estoy cansada de sentirme así, algo perdida y algo tristona, pero fantaseo con la idea de volver a encontrarme pronto y ser quien quiero ser, eso sí que sería un regalo increíble estas navidades, el problema o la suerte es que es un regalo que únicamente yo puedo ofrecerme.