sábado, 15 de enero de 2022

Simplemente ella

Hoy es uno de esos días en los que si me preguntáis cómo estoy señalaría al corazón con un puñado de miedos y varios sacos de felicidad, no diría palabra alguna, no hace falta, luego volvería a colocarme los cascos y seguiría disfrutando esa canción tan romántica y que tantas veces he escuchado imaginando escenarios fantástico en los que el miedo desaparecía y sólo quedaban las ganas de sentir tanto amor como pudiéramos. 
Pero ahora mismo pienso en algo real; pienso en una sonrisa pequeñita que me tienta a besarla sin parar y en unos ojos de color caramelo que se humedecen al mismo ritmo que mi corazón se va ablandando, y no sé qué está haciendo exactamente pero siento un hormigueo en mi estómago y un montón  de fuegos artificiales cada vez que me besa, y me gusta, me gusta mucho no saber por qué estoy sonriendo al verla bostezar algo cansada o al contemplar su peculiar manera de de liarse los cigarros sin dejar de sonreír, no sé... estoy cagada de miedo, y sé que esta no es una manera muy poética de expresarse, pero me da igual, porque es real y con eso basta, tengo mucho miedo porque la quiero, sí, la quiero mucho y siento que cada vez la quiero un poquito más, y no estoy hablando de empezar a contar el tiempo que llevo sintiendo esto, ni de flores, ni de bombones ni de grandes parafernalias; a la mierda, que se vaya a la mierda todo eso que se hace con excesos de postureo y con ausencia de amor, yo estoy hablando de algo mucho más pequeñito y especial.
A veces caminamos por calles abarrotadas de gente y yo sólo quiero ver su carita ilusionada observando escaparates y al resto de personas, son alucinantes sus gestos y distintos rostros; y de pronto ella me mira, y yo sigo mirándola, y entonces con decisión una mano pequeñita se cuela entre mis dedos y aprieta mi mano con todo el amor que lleva dentro. 
Miedo, pánico, ilusión y mil granadas explotando aquí dentro, me gusta, me gusta tenerla de este modo, me gusta el momento pero me pueden los nervios en muchas ocasiones, venga rompe el hielo, di algo, lo que sea.

- ¿Qué piensas?

Entonces mira al suelo y sonríe. 

- Pienso que me gustaría estar 5 minutos más a tu lado. 

Esto si que es una declaración de amor, y me lo está diciendo a mí, que fuerte. 

¿Veis?, así ocurre, sin fuegos artificiales ni música que te reviente los tímpanos, algo aquí dentro se enciende y tiemblo, tengo miedo, pero la quiero, joder que si la quiero... me hace sentir la chica más preciosa y especial de Gran Vía un Sábado por la noche, y los Domingos han dejado de ser tristes, no sé, es complicado de explicar, pero es tan fácil de sentir... me siento feliz y tenía ganas de escribir(te).