martes, 23 de noviembre de 2021

Pies fríos y corazón caliente 🤍


Andábamos equivocados; el amor no son grandes parafernalias,ni palabras grandiosas, ni besos de película... todo eso puede ser parte del amor, pero no es lo que demuestra la existencia o no de amor real.
El amor son conversaciones incómodas, pero necesarias, el amor es reconocer heridas pasadas que todavía están curando y recibir una caricia y un beso de buenas noches, el amor es llorar sin ocultar la cara por primera vez y descubrir que eres más valiente de lo que crees, el amor es perdonar y perdonarse, el amor es besar el recorrido de una lágrima y que no te asuste su existencia, creo fírmemente en el amor y me declaro fan absoluta de todas sus diversas manifestaciones, pero los cuentos de hadas olvidaron mencionar algunas de las partes más reales del amor; no es fácil querer ni dejarse querer en una sociedad en la que gran parte de las personas antes de que les hagan daño prefieren hacer daño, pero tampoco les juzgaría con demasiada dureza pues los miedos siempre hacen acto de presencia y a veces pueden intoxicarlo todo, pero supongo que por eso mismo el amor es algo para valientes, porque consiste en abrirse el pecho de par en par, cerrar los ojos y confiar en que esta vez no dolerá, porque el amor no duele, duelen los intentos de querer sin correr riesgos o sin estar dispuesto a mostrar esa vulnerabilidad, esa vulnerabilidad existe, y reconocer su existencia, validarla y compartirla es la base para aprender a querer bien. 
El amor se podría definir de infinidad de maneras distintas, pero para hablar de él no se necesita tanto ruido, ni tantos colores ni tantos castillos enormes, esas cosas son simples adornos o productos del amor, pero el amor es algo mucho más sencillo que todo eso. 
El amor es llorar al descubierto y no sentir miedo, dormir en el pecho de alguien y sonreír sin querer, notar unos pies fríos entre los tuyos, querer quedarte a vivir ahí y que un beso en la frente sea la manera más preciosa del mundo de decir "te quiero" y espantar esa noche a todas las pesadillas. 
Porque el amor no es más que eso, dejar de ocultar miedos, reconocer su existencia y querer ganarles las batallas más feroces en nombre del amor. 

lunes, 8 de noviembre de 2021

A su lado siempre parece todo más fácil

Llego a casa, por fin, están siendo unas semanas algo complicadas, aquí dentro últimamente el ruido es constante y acabo agotada intentando encontrar algo de claridad, pero no lo consigo y aumenta el ruido y mis esfuerzos por controlarlo, por controlarme y no perder la capacidad de distinguir lo racional de lo irracional.

Me preparo mi Colacao caliente con sus grumitos y escondo mis pies fríos y desnudos bajo la manta, me encanta la sensación de que se vayan calentando despacio. Me pierdo un rato en varias aplicaciones de mi móvil que en el fondo ni me interesan, luego enciendo la televisión y disfruto mientras me imagino siendo la protagonista de esa película admirando la capacidad que tiene de no pensar tanto y pasar a la acción. 

Pasado un rato apago la televisión y mi móvil; silencio externo, ruido interno, me pido a mí misma una tregua, algo de calma, me cuesta, pero en ocasiones lo consigo. De pronto entra mi abuelo con esa mirada apaciguada y esa sonrisa que tanto amor me transmite; se sienta a mi lado, le cuento que a veces vuelvo a sentirme muy pequeña, muy torpe y muy vulnerable, sobre todo cuando se trata de las relaciones interpersonales, creo que nunca me resultarán del todo sencillas; él me besa la frente con cariño y me dice con seguridad que sentirse perdida no es sinónimo de haber retrocedido al punto de partida, que debo ser algo paciente, que estas cosas también son parte del crecimiento, aunque me cueste identificarlas como tal, mi respuesta es un "ya" poco convencida mientras él me rodea con sus brazos mientras enciende la televisión para ver cualquier película de Navidad de esas que me encantan, y más si es a su lado.

En mis ojos se cuela cierta nostalgia que intento ocultar apoyando mi rostro en su pecho, gracias abuelo, de verdad, necesitaba exactamente esto. No verbalizo ni una sola palabra, pero me responde que siempre que le necesite estará a mi lado. Me rasco la nariz con la manga de mi bata y me acuesto en el sillón, no sé cuántas películas llevo, me hace feliz pensar que en poco ya es Navidad. 

Me asomo por la ventana, las nubes tienen un color rosado precioso, seguro que mi abuelo desde ahí arriba ha movido varias cables para pintármelas  así de bonitas, me gusta mucho tenerle y poder hablar con él siempre que lo necesito, me hace sentir bien (gracias).

Termino mi Colacao, y aunque aquí dentro siga existiendo más ruido del deseado, me siento mucho mejor de lo que me sentía esta mañana.