miércoles, 3 de abril de 2019

Estereotipos y prejuicios


Empecemos tratando una idea básica y que no todos conocen: los prejuicios no son lo mismo que los estereotipos, y al igual que existen prejuicios y estereotipos negativos, también hay algunos positivos, aunque debemos tener cuidado con ese término de "positivos".
La diferencia principal entre un estereotipo y un prejuicio está en el componente emocional; un estereotipo es un conjunto de creencias que comparten los miembros de un grupo, es sólo información que tienes (que puede ser cierta o no), pero esa información no te causa ningún tipo de emoción.
En cambio, el prejuicio es el conjunto de estereotipos acerca de un grupo + un componente emocional en ti ante ese grupo que generalmente suele ser negativo (asco, miedo, odio, etc...).
Y es ese componente emocional lo que hace que cuente con gran dificultad el cambiar los prejuicios de una persona, porque cambiar un conjunto de creencias no es relativamente difícil si esa persona comprueba que no está en lo cierto, pero, cambiar la emoción que tiene sí es complicado por el hecho de que las emociones juegan un importante papel a la hora de formar nuestra identidad, es decir, ese cambio emocional supone en la persona tocar aspectos de su identidad y a nadie le gusta que toquen esa parte. 
Ahora bien, aunque no todos los prejuicios/estereotipos son negativos, son a estos a los que más importancia se les da y los que más se estudian por el hecho de que son los que nos causan un malestar a corto/largo plazo y los que pueden llevarnos a la deshumanización (despojar a las personas de su identidad y humanidad) o hacia actos discriminatorios, sexistas, etc.
Ahora, lo siento, pero viene una de esas verdades universales que nos cuesta admitir: 

            -Todos tenemos prejuicios.

En mayor o menor medida, pero los tenemos y por eso es bueno aceptar esto como algo inevitable y tenerlo en cuenta a la hora de pensar/actuar para dejarlos a un lado. 
El mantenimiento de los prejuicios tiene algunos riesgos a la hora de interactuar con el resto de personas como pueden ser considerar al endogrupo (grupo del que formamos parte) como lleno de diversidad en el cual cada persona tiene características personales muy específicas y, por contrapartida, considerar al exogrupo ( grupo del que no formamos parte y ante el que tenemos algunos estereotipos/prejuicios) como un grupo muy homogéneo, es decir, que apenas se diferencian unas personas con otras respecto a sus características personales. 


¿Y por qué siguen existiendo los prejuicios si la mayoría son negativos y tan mal vistos están?.
Bien, pues queridos amigos, porque los prejuicios cumplen unas importantes funciones a la hora de relacionarnos y en nosotros mismos, por eso siguen existiendo.
En muchas ocasiones, mediante los prejuicios escondemos miedos o dudas, por ejemplo, puede haber muchas personas a día de hoy que manifiesten odio a los homosexuales por tener dudas ellos mismos respecto a su orientación sexual, o también hay personas que pueden manifestar odio a los inmigrantes por el miedo a que un inmigrante ocupe el puesto laboral de esa persona, por decirlo de una manera más o menos clara: el odio que conllevan muchos prejuicios esconde el miedo a lo desconocido, pero, claro, esto no es fácil de admitir. 
Otra de las funciones de los prejuicios es focalizar la frustración que podemos sentir en algunos momentos en el grupo al que tenemos ese prejuicio y considerarlo a dicho grupo culpable de nuestros problemas, digamos que es como una pésima manera de liberarnos de parte de nuestra tensión y no reconocer, en muchas ocasiones, que nosotros somos los que hemos acabado teniendo ese problema por nuestra culpa, pero es una función a nivel adaptativo* muy eficaz.
Y la última función sería aumentar una autoestima baja al considerar a otro/s grupo/s inferiores a nosotros.  

*Es decir, no es éticamente adecuado considerar a otros inferiores a nosotros o echar sobre ellos la culpa de nuestros problemas, pero estas funciones nos permiten vivir en equilibrio (más o menos), sino tendríamos que vivir asumiendo que todo lo malo que nos pase es culpa nuestra o conteniendo la frustración. 
A eso me refiero, hay otros mecanismos que no hacen daño a nadie y que logran aumentar la autoestima o liberar frustraciones, pero los prejuicios también consiguen estas funciones y por eso siguen existiendo. 

Ahora (y prometo no enrollarme más) voy ya a la parte positiva de todo esto: 
                   Hay condiciones que reducen en gran medida el prejuicio ↴↴↴

Legislación: Aquellos países donde se proporciona a todas las personas el mismo reconocimiento legal, las mismas oportunidades económicas y el mismo poder hace que autoridades e instituciones estén obligadas a cumplir esas normas igualitarias y, por tanto, prestar apoyo moral y legitimidad a ambas partes.

He de decir que, personalmente, creo que aunque queda muy bonito escrito aún queda mucho que avanzar para que se lleve 100% a la práctica.

Hipótesis del contacto: Creo, sinceramente, que este es uno de los métodos más eficaces para combatir los prejuicios, consiste en la realización de una actividad conjunta una persona discriminada y la persona que tiene alguna clase de prejuicio hacia esa persona, pero, ¡cuidado!.
No vale cualquier actividad, debe ser una cooperativa en la que ambas partes saquen algún beneficio ya que si es una actividad competitiva se puede lograr todo lo contrario a eliminar el prejuicio.

El último método para controlar los prejuicios es ser conscientes de ellos y, de este modo, darnos cuenta cuando nos está influyendo.

En resumen, se puede cambiar los prejuicios aunque sea un proceso complicado sobre todo por el tema de las emociones que conlleva, lo único que hace falta es tiempo, paciencia (mucha) e ir liberando a las personas de esos prejuicios negativos y que descubran la riqueza que tiene la diversidad.
Terminó aquí para no ser más pesada de lo que ya lo haya sido, me encantaría contaros muchísimas cosas más y será un placer hacerlo si queréis algunx, pero por hoy, es todo.
Hasta pronto🙋🏻‍♀️